El que la sigue la consigue y Mads Pedersen por fin se salió con la suya. El velocista danés obtuvo la recompensa a la Vuelta a España que está completando, en la que tiene muchos números de ser considerado el ciclista más combativo. Había sido segundo en Ceres (3.ª) y acumulaba varios puestos de honor pero el ciclista del Lidl se empeñó en que no quería irse de es esta ronda española sin una etapa y no lo hará. En Monforte de Lemos cobró la deuda y acabó, aunque fuese por un día, con la tiranía del UAE.
Inferior a Philipsen en los sprints, Pedersen, que acumuló cuatro triunfos parciales en el Giro en mayo y que no fue incluido en el equipo del Tour, decidió buscarse la vida en fugas. Era la quinta en la que se metía.
La quinta fue la buena
Inferior a Philipsen en los sprints, el danés ha sido protagonista metiéndose en cinco fugas
Con él, Pedersen llevaba a cuatro compañeros de equipo y todos se volcaron para que el poderoso ciclista llegase con opciones de victoria a la meta. Ghebreigzabhier y Verona tiraron del grupo perseguidor para no perder de vista a Vine, que quería la octava del UAE, y Vervaeke, que se fueron por delante en el alto de Barbeitos. Después, con la entrada de Bernard y Ciccone, los dejaron ya muy cerca.
En el momento decisivo, Pedersen supo estar en el corte bueno y remató el trabajo batiendo en el sprint reducido a Aular y Frigo. “Es nuestro referente. Es el líder de este equipo y el que lo mantiene vivo. Lo llevaba buscando desde el primer día y por fin lo ha conseguido”, explicó Carlos Verona, feliz por haber sido partícipe.
Ya les pasó con Castrillo y Romo
Es la tercera vez que el equipo telefónico ve cómo se quedan sin la gloria en el último suspiro mientras otros celebran
A Pedersen se le da bien la Vuelta, ya que en el 2022, cuando la conoció, ganó tres etapas y el maillot verde de la regularidad, que ahora también viste.
Si el danés ya tiene lo que quería y por lo que tanto había peleado, al Movistar se le volvió a quedar cerca pero sin poder celebrar. De nuevo al palo. Es la tercera vez que el equipo telefónico ve cómo se quedan sin la gloria en el último suspiro mientras otros celebran. Lo mismo le pasó a Castrillo, que el viernes abandonó con fractura de clavícula, en Larra-Belagua y a Romo, que este domingo se cayó, en Los Corrales de Buelna. Lo seguirán intentando en la tercera semana a ver si les es más propicia.