El Barcelona no pierde cuando no gana el Balón de Oro masculino, porque se ha apoderado del femenino. El Barça sonríe, como Lamine Yamal y Raphinha en París, porque vuelve a estar en boca de todos. El club blaugrana luce sus mejores galas en el Théâtre du Châtelet, porque sigue siendo una referencia, una fábrica de Balones de Oro, antes masculinos, ahora femeninos. El del 2025 lo recogió, por delante de Mariona Caldentey, por tercera vez Aitana Bonmatí, que hizo historia, que la convierte en única del mundo, los tres, además, consecutivos.
El Barça disfruta pese a que el premio gordo fuese para Ousmane Dembélé, el favorito por el peso de la Champions, porque aún así siempre consiguen ser protagonistas y tener posesión con cuatro trofeos en la gala (la goleadora Pajor y la joven Vicky López) y leyendas como Iniesta y Ronaldinho como manos inocentes.
Aitana, Lamine Yamal, Vicky López y Pajor
Pese a no levantar la Champions, el Barcelona se lleva cuatro trofeos de París y mucho protagonismo
A sus 27 años, la centrocampista de Sant Pere de Ribes se sitúa a la altura de Michel Platini y Leo Messi, que ya habían hecho el triplete de seguidilla. “Voy a improvisar un poco. Es el tercer año y el teatro aún impresiona. Es especial recibirlo de la mano de Andrés Iniesta que es uno de mis ídolos junto a Xavi”, confesó. Siempre reivindicativa, destacó que por primera vez los premios femeninos son los mismos que el masculino tras la creación del Kopa y el Yashin también para mujeres. “Gracias al Barça que es el club de mi vida y me lo ha dado todo. Ya son 14 años”, recordó Aitana.
Con un Laporta orgulloso presidiendo la expedición más numerosa en la alfombra roja, el Barcelona respeta y aplaude porque, en el fondo, es un club que crea, moldea y exporta Balones de Oro al mundo. Se pudo comprobar de nuevo. Dembélé, Aitana y Luis Enrique, los ganadores de los tres grandes trofeos, tienen una historia innegable barcelonista. El cuarto triunfador es un Lamine Yamal, formado en la Masia, cada vez está más cerca de la cima del fútbol mundial. El año pasado fue octavo, con menos del 6% de los votos. Un curso después, solo está a un peldaño. La corona de rey, o la chistera de mago, que se ajusta a la cabeza en su celebración de los goles podrá esperar. ¿Cuánto? Esa pregunta solo depende de él.
Temor a ser eclipsado en casa
Con menos goles que Dembélé (18 por 33) y con menos títulos (cayó en las semifinales europeas), el chico maravilla hizo temblar al transatlántico parisino
En esta edición, con menos goles que Dembélé (18 por 33) y con menos títulos (el PSG con el francés se llevó la Champions), el chico maravilla hizo temblar al transatlántico parisino, con al Jelaifi a la cabeza, al no tener claro si podía quedar eclipsado en su propia casa.
El rictus nervioso de los representantes del PSG contrastaba con la felicidad y el poderío que transmitía la familia barcelonista. Al Barça se le vio dominando la escena. El presidente Joan Laporta estuvo acompañado de su plana mayor, los vicepresidentes Rafa Yuste y Elena Fort, los directivos Xavier Puig y Joan Solé y además de sus hombres de confianza Masip y Echevarría. El equipo masculino tenía nominados a su entrenador Flick y a Lamine Yamal, Raphinha y Cubarsí. Del femenino viajó casi media plantilla del femenino: Aitana, Alexia, Patri Guijarro, Pina, Pajor, Vicky López, Graham y Cata Coll. Pero de todos, el protagonismo lo acaparó Lamine Yamal estaba muy sonriente al bajar del vehículo con el que llegó, bromeando y hasta Hansi Flick se permitía ajustarle la pajarita en un gesto muy paternofilial. Después de las fotos de grupo, le pidieron posar en solitario. Y él, encantado, todo de negro, con su traje italiano de solapa ancha y doble botonadura de Dolce&Gabanna. “Lo veo con una ilusión contenida, rodeado de sus amigos y compañeros. Me gusta cómo se toma las cosas”, confesaba Laporta.
“I don’t know” (no lo sé), le respondió a Gullit cuando el presentador le preguntó si estaba preparado para el premio gordo. “A lo mejor te veo luego”, le dijo con un punto de picardía.
El trofeo Johan Cruyff
Más importante que un trofeo individual es el calor de los aficionados”, dijo en un vídeo Luis Enrique, elegido mejor entrenador
Pero acabó imponiéndose la lógica. La historia la escriben los vencedores. Y la primera Champions del PSG era un objetivo tan deseado y buscado que el jurado no lo ha podido pasar por alto. Todo estaba preparado para la gran fiesta del fútbol francés.
Ganó Dembélé, que tras seis temporadas en el Camp Nou, ha explotado con 27 años en el Parque de los Príncipes todo el potencial que el Barça vio en él cuando era un joven prometedor que despuntaba en el Borussia Dortmund. “En el Barça estuve con grandes jugadores como Messi e Iniesta y fue un gran aprendizaje. Luis Enrique es una persona muy importante para mí en mi carrera, es como mi padre”, resumió su metamorfosis.
Las promesas
De los ocho trofeos Kopa se han entregado, seis han sido para Pedri, Gavi, Lamine Yamal (2) y Vicky López, ganadora de la primera edición femenina.
“Más importante que un trofeo individual es el calor de los aficionados”, dijo el técnico asturiano, que estaba en Marsella jugando el clásico del fútbol francés y agradeció el premio Johan Cruyyf al mejor entrenador con un vídeo. Sí que subió Sira Martínez, la hija de Luis Enrique, para recoger el premio Sócrates a la Fundación Xana.
De momento, lo que nadie le puede quitar al Barcelona es ser cantera de estrellas, con dos nuevos trofeos Kopa. De los ocho que se han entregado, seis han sido para el Barça: Pedri, Gavi, Lamine Yamal (2) y, desde ayer, Vicky López, ganadora de la primera edición femenina.