Como en casa en ningún sitio aunque la casa esté todavía a medio hacer. El hogar siempre será el hogar pese a que falte mucho para que sea perfecto. El Barça no quería fallar en su regreso al Spotify Camp Nou y se puso manos a la obra, nunca mejor dicho, para firmar una victoria contundente para la historia del club. Un triunfo solvente y sin contemplaciones ante el Athletic que le permite encabezar provisionalmente la Liga. Lewandowski inauguró el marcador del nuevo estadio, Ferran se regaló un doblete, Fermín también vio puerta, Lamine dibujó dos asistencias de genio y Eric Garcia estuvo de sobresaliente.
Montados en la ola de electricidad de los prolegómenos los once futbolistas del Barça arrancaron la rentreé en el Camp Nou como chacales. Con una presión por tierra, mar y aire. Imponiéndose en todos los duelos. Dirigiéndose a la portería contraria sin perder tiempo ni caer en barroquismos. Vulgo, de cara a barraca. Por eso el primer gol del remozado (semi aún) estadio tardó muy poco en llegar. Llevó la marca de Lewandowski, que se hizo con el balón tras otra recuperación barcelonista liderada por Eric Garcia. El polaco engatilló con la izquierda un remate raso y superó la oposición de Unai Simón. El portero del Athletic tocó la pelota pero no acertó a desviarla. Lo celebró el nueve a lo grande y con el brazalete de capitán mientras el público festejaba alborozado.
A veces los festejos distraen pero en el caso del Barça habían conectado al equipo al completo. Un equipo con seis canteranos, siete catalanes y cinco debutantes en este estadio. Uno de ellos, Gerard Martín, fue la sorpresa de la alineación al ser titular y, sobre todo, por ubicarse como central izquierdo. El chico cumplió con solvencia, como de costumbre, tanto ahí como después, cuando se desplazó al lateral. Eric Garcia pasó a la medular mientras atrás volvía a la portería un seguro Joan Garcia y delante formaban vanguardia Lamine Yamal, Ferran y Lewandowski.
Existía el peligro de que todos quisieran meter el primer gol pero como llegó en un santiamén ese riesgo se evaporó y el Barça siguió a lo suyo. Con Eric Garcia y Fermín maravillosos en el esfuerzo, con Cubarsí lanzando pases en profundidad milimétricos y con Lamine dibujando diabluras. Aunque en ocasiones se complicó en exceso el genio de Rocafonda enseñó que puede y debe ser el dueño de este estadio en los próximos años.
Paradójicamente el público, quizás por la presencia masiva de turistas, caía en un silencio que solo se rompía para abroncar a Nico Williams tras su segundo verano dando calabazas al Barça. No le afectaron los silbidos pues comenzó a aparecer. Habilitando a Unai Gómez, que se topó con Joan Garcia, o rozando el empate con un chut envenenado.
Los jugadores barcelonistas salieron a jugar como once chacales
El partido se estaba tornando peligroso para el Barcelona, un punto precipitado en sus acciones y ya se sabe que cuando le pasa eso suele atacar mal y defender peor porque cada contra del rival se convierte en un cuchillo. Por fortuna para sus intereses, al filo del descanso, Lamine Yamal brindó una asistencia en diagonal y con el exterior hacia Ferran Torres. El valenciano batió a Unai Simón con un tiro que entró llorando tras tocar en el guardameta. Un gol de los llamados psicológicos para ampliar diferencias.
El Barça había ido de más a menos pero el marcador le era muy favorable. Solo debía sellar el triunfo en la reanudación. Lo hizo. Ya sin Balde, que recibió un golpe y fue sustituido por Araújo. Como en la primera parte el campeón no dio tregua al Athletic de entrada y Fermín transformó en el tercer gol un genial pase filtrado de un Eric Garcia indiscutible. Juegue donde juegue, cómo está el polivalente catalán y cómo está el centrocampista andaluz, que le puso la guinda a su partido 100 como barcelonista en su primer día en el Camp Nou. Vaya par de fenómenos.
El Athletic perdía los papeles y Sancet, al más puro estilo Goicoetxea de los 80, pateó a Fermín. El colegiado le expulsó tras acudir al VAR. Con todo perdido Valverde retiró a Nico Williams, abucheado por el respetable.
Lamine Yamal dejó su sello con dos asistencias de genio y Eric Garcia estuvo sobresaliente
La historia del encuentro, en cuanto a su signo, ya estaba escrita. El Barça iba a ganar en el retorno al hogar y Flick lo aprovechó para dosificar a sus hombres. Aparecieron Dro, Casadó, Bernal y Raphinha, que reapareció entre ovaciones. Se tomaron un respiro Lewandowski, Fermín o Eric, que se marchó coreado por la grada. Joan Garcia se sumaba a la fiesta con un vuelo espectacular para dejar su portería a cero, algo que no ocurría en el Barça desde que el exportero del Espanyol se lesionara. Para redondear la tarde el partido terminó con el cuarto gol, obra de Ferran a servicio de Lamine Yamal. Un partido perfecto para los que ya son los amos del Camp Nou.
