El día de gloria de Max Verstappen iba a ser pasado por agua. La lluvia, invitado habitual en Suzuka, no quiso perderse proclamación como bicampeón. Pero no iba a ser una carrera fácil y anodina desde la pole.
Para empezar, la salida no pudo ser más emocionante, con mucha salsa. Leclerc salió mejor –con un tiempo de reacción más rápido que Max-, se emparejó por el interior con Verstappen, que se tuvo que emplear a fondo para frenar más tarde y no perder la posición delantera en la curva 2 con un exterior valiente.
Así las cosas, después de solo dos vueltas y tras dos horas de espera, Verstappen pasaba de verse perseguido por dos Ferrari a tener a Pérez tercero ayudándole contra un Leclerc que se había quedado solo, con Ocon cuarto, Hamilton quinto y Alonso sexto, con Russell detrás.
Reanudación de la carrera
Verstappen arrasó sobre mojado, con la ventaja de abrir pista y no tener problemas de visibilidad
La carrera se reanudó después de dos horas y 10 minutos de interrupción, a las 16.15 hora local (9.15 hora española), con los pilotos muy cabreados por lo sucedido con la grúa entrando en la pista, y con los bólidos calzando gomas de lluvia extrema detrás del coche de seguridad. Pero sin posibilidad de completarse los 53 giros o 2 horas de carrera. De esta circunstancia se generó la confusión sobre el reparto de puntos.
De modo que, como la FIA no aclaró en ningún momento cuántos puntos correspondían hasta las entrevistas a los pilotos en el prepodio, Verstappen y Red Bull no sabían a qué atenerse. "Me siento un poco solo", decía Max en el sofá, esperando a salir al podio. La celebración del neerlandés no pudo ser más descafeinada. Fue en el podio cuando le dijeron "Ya eres campeón".
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