Verstappen hace saltar la banca en Spa: victoria, 'pole', Sprint y 125 puntos de ventaja

Max Verstappen se lo ha llevado todo de Bélgica: la victoria dominical (10.ª del año, 8.ª consecutiva), la pole del viernes, la pole de la Sprint Race y los 8 puntos de la carrera corta. Solo le faltó la mejor vuelta de carrera con su punto extra, que le birló Lewis Hamilton en el último giro. Ambicioso y demoledor, el neerlandés no deja ni las migajas a sus rivales. Ya aventaja a su inmediato perseguidor, Checo Pérez, en 125 puntos. Ni salir 6.º es un impedimento para acabar arrasando (dejó al mexicano a 22 segundos). Tal es su superioridad que incluso se permite ponerse sarcástico y desafiar las órdenes y consejos de su ingeniero Gianpiero Lambiase, marcándose una vuelta para el escaparate aun a riesgo de desgastar sus neumáticos. Por segunda vez esta temporada, un coche que no era Red Bull salía de la pole. Pero de poco le sirvió a Leclerc arrancar en la punta porque Checo Pérez no le dejó liderar ni una vuelta. Le pasó con facilidad en la recta de Kemmel imponiendo la superioridad de su Red Bull. Estuvo animado el arranque. Sainz, valiente, superó a Piastri en el cuarto puesto, pero le costó un toque del McLaren que le dejó el Ferrari dañado con un boquete en el pontón y lo ralentizó. El que más brincó fue Fernando Alonso, que pasó de 9.º a 6.º en la primera vuelta. El asturiano ascendía al quinto puesto al superar a Sainz en la vuelta 5, con serios problemas el madrileño, que veía cómo también le pasaban Tsunoda y Albon (gv. 6/44). La duda era cuánto tardaría en llegar Verstappen a los puestos de cabeza, desde la 6.ª posición de parrilla (por la sanción de 5 puestos por sustituir la caja de cambios). El neerlandés aprovechó la debilidad de Sainz y la avería de Piastri para situarse cuarto, detrás de Hamilton. Poco le duró la resistencia del Mercedes, porque Verstappen le clavó la dentellada en la sexta vuelta para subirse al podio (3.º). Tenía al líder, su compañero de equipo, a 4 segundos. Nadie dudaba en Spa de que lo pillaría más pronto que tarde. Primero tenía que superar a Leclerc, segundo. Se lo zampó en la vuelta 9 con una facilidad pasmosa en la recta abriendo el DRS. Su Red Bull pasó a 339 km/h; el Ferrari ‘solo’ alcanzó los 315 km/h. El segundo puesto era de Verstappen. Tenía a Checo a solo 2,7 segundos. El primer envite entre los Red Bull llegó en el primer pit-stop. La escudería energética respetó el liderato de carrera de Pérez para permitirle parar antes (v. 14), lo que facilitó que el mexicano mantuviese el primer puesto cuando paró Verstappen (v. 15). No le hizo gracia al neerlandés, que siguió segundo, pero a menos de un segundo (3 décimas en la vuelta 16/44). ¿Les permitiría competir Red Bull? Por supuesto. Verstappen, insaciable, se comió a su compañero en la recta de Kemmel por fuera. En la vuelta 17 ya era líder de la carrera, disparado a por su décima victoria... si la lluvia no lo impedía. En la vuelta 19/44 empezó a aparecer la lluvia que se anunciaba en el radar. Todos los equipos esperaban a que la pista estuviese más mojada para cambiar los neumáticos medios –gastadísimos ya- por los rayados. “Está lloviendo mucho”, informaba Verstappen a su equipo en la vuelta 21, en la que estuvo a punto de perder el control de su bólido en la subida de Eau Rouge. Podía haber dicho adiós a la carrera con ese susto, cuando sacaba más de 5 segundos a Pérez y 12 a Leclerc. Mientras los pilotos esperaban a que arreciara la lluvia para cambiar de gomas, Sainz acabó retirándose. El madrileño, que rodaba último con el coche dañado, sufría su primer abandono de la temporada. La lluvia fuerte dribló el circuito de Spa, salió el sol y Verstappen volvió a apretar el acelerador para alejarse definitivamente de Pérez. En la vuelta 28/44 ya le metía casi 9 segundos a su compañero. El mexicano, a su vez, tenía el segundo puesto controlado con 6,3 segundos sobre Leclerc, que veía amenazado el podio por Hamilton. Tras sus respectivas paradas para calzarse el blando para la recta final (16 vueltas), al monegasco y al inglés les separaban apenas 2 segundos. Alonso, que rodaba quinto tras una buena estrategia medio-medio-blando, salvó su posición en la segunda parada del acoso de George Russell, a falta de 14 giros. En ese tramo final ya nada cambió, ni un solo ataque para ganar posiciones: Leclerc mantuvo a raya a Hamilton, al inglés no lo inquietaba Alonso, muy lejos, y al asturiano tampoco le amenazaba Russell, que se quedó sexto. McLaren bajó el nivel de los últimos GP con el séptimo puesto de Norris. El único entretenimiento lo ponía Verstappen con discusiones matrimoniales con su ingeniero de pista, Gianpiero Lambiase, que le recomendaba que utilizase más la cabeza porque había degradado demasiado los neumáticos con una vuelta rápida innecesaria. El neerlandés, sarcástico, le soltó que también podía apretar un poco más para ensayar otro pit-stop...