Todo eran abrazos y caras de alegría en el césped del José Zorrilla. El triunfo en Valladolid, con un gol de Stuani, sabía a permanencia en el Girona, pero aún faltaba una última parte de la ecuación que se produjo este miércoles: la derrota del Leganés. El triunfo del Villarreal ante los pepineros (3-0) dejó a los blanc-i-vermells a siete puntos del descenso cuando solo restan seis por jugarse, mientras que Las Palmas consumó su descenso a Segunda con la victoria del Alavés ante el Valencia (1-0).
El equipo de Míchel, metido en una lucha por la salvación que no esperaba al inicio de la campaña, más plausible entonces la pelea por Europa, no se jugará nada en las últimas jornadas ante la Real Sociedad y el Atlético en casa. La despedida de una temporada en cualquier caso histórica, por la participación en la Champions, será finalmente plácida con los colchoneros en Montilivi.
Pero el billete a Europa ha pesado en una plantilla renovada este curso con fichajes que no han rendido al nivel esperado. Los nueve goles entre Abel Ruiz y Miovski, uno menos que Stuani, han sido insuficientes para suplir la venta de Dovbyk. Asprilla, el más caro de la historia del club, de 18 millones, no se ha adaptado, mientras que Danjuma solo ha ofrecido chispazos.
Bryan Gil ha sido importante por momentos, pero se lesionó de gravedad en el tramo final. Misehouy, muy joven, ha pasado inadvertido, y Van de Beek no ha vuelto a ser aquel gran jugador del Ajax. Solo Krejci, titular fijo, y Arthur, que ha dado aire en el tramo final, han funcionado. Quique Cárcel volverá a tener mucho trabajo en un verano que se presenta movido en el Girona