Las canciones de Cesária Évora (un tipo de música característico de Cabo Verde llamado morna, que recuerda al fado y al blues) están llenas de melancolía y evocan la morriña y la tristeza de los esclavos de toda África que, a partir del descubrimiento en 1456 por exploradores portugueses del volcánico archipiélago de diez islas y cinco islotes hasta entonces deshabitado, fueron trasladados a sus costas por los desalmados traficantes para venderlos y enviarlos a las Américas, una mercancía más a exportar junto con la ropa, las armas y el ron.
Évora, la nativa más famosa de Cabo Verde, murió en el 2011, y habría que ver qué cantaría ahora para celebrar la clasificación del país (colonia portuguesa hasta 1975) para el Mundial que se disputará el año que viene en México, Canadá y los Estados Unidos. Con poco más de medio millón de habitantes, es la segunda nación más pequeña en población (después de Islandia), y la más pequeña en territorio, que logra esa gesta.
Los ‘tiburones azules’ son una escuadra disciplinada y versátil, con buena defensa y peligrosa al contraataque
Sin apenas recursos naturales, con poca tierra arable y una casi total dependencia del turismo, Cabo Verde ha sido castigada históricamente por varias hambrunas, es una nación de diáspora y hay más caboverdianos repartidos por el mundo (los Países Bajos, Francia, Estados Unidos, Portugal...) Que en el archipiélago a unos quinientos kilómetros de la costa africana. Pero lo que es duro para la vida y el trabajo puede ser bueno para el fútbol.
El técnico Pedro Leitão Brito, conocido como Bubista (jugó brevemente en el Badajoz, y luego en Angola y Portugal antes de reciclarse como entrenador), ha reclutado una escuadra de la diáspora, totalmente cosmopolita, con integrantes de una veintena de equipos de veinticinco ligas distintas que se comunican en inglés, porque muchos de ellos no aprendieron de sus padres la versión del criollo que es el lenguaje habitual de las islas.
Roberto Lopes, uno de los héroes de la clasificación para el Mundial, es un hijo de caboverdiano y madre irlandesa que vive en Dublín y juega para el Shamrock Rovers. Bubista le siguió la pista y envió un mensaje por Linkedin en portugués que el futbolista, sin entender ni palabra, borró pensando que se trataba de propaganda o incluso un intento de estafa. Nueve meses más tarde recibió otro similar y esta vez, escamado, le aplicó el traductor de Google y descubrió para su sorpresa que era una propuesta del entrenador de Cabo Verde para ser internacional por el país de sus antepasados paternos. No dudó en decir que sí, y ahora tiene un billete para el Mundial norteamericano.
Los tiburones azules ocupan tan solo el lugar 71 en el ranking mundial de la FIFA, pero desde que tomó las riendas en el 2020 Bubista ha formado una escuadra sólida que basa su éxito en la disciplina, la buena organización defensiva, la versatilidad táctica y un contraataque eficaz. Otras selecciones africanas como Marruecos han tenido éxitos internacionales con equipos formados a base de jugadores nacidos en otros países, a quienes se les suele acusar de falta de compromiso cuando las cosas salen mal. “Nosotros luchamos más por el hecho de ser de la diáspora, corremos y marcamos goles para hacer felices a nuestras familias caboverdianas”, dice el irlandés Lopes.
Cabo Verde es un país de renta per cápita media baja (417 dólares al mes) en términos globales pero elevada para África, cuya estabilidad económica y política (el actual presidente, Jose María Neves, es de centro izquierda) lo hace seguro y atractivo para el turismo, excelente para avistar ballenas y tortugas. Cesária Évora lo puso en el mapa con sus canciones, y quizás el año que viene los futbolistas hagan que se hable de él a base de goles.
Las vueltas que da el fútbol
Bebé, de las burlas en el Manchester United al Mundial del 2026
n los cuatro años que estuvo en el Manchester United, Tiago Manuel Dias Correia, Bebé, solo jugó dos partidos y no marcó ningún gol, después de haber llegado con excelentes referencias del fútbol portugués. La afición la tomó con él y se convirtió en el blanco de sus burlas. Desde entonces ha tenido una carrera de trotamundos, con escalas en el Besiktas turco, el Río Ave, el Benfica, el Córdoba, el Eibar, el Rayo, el Zaragoza, el Racing de Ferrol y actualmente el Ibiza. Con Cabo Verde ha sido internacional en 26 ocasiones y, aunque ya tiene 35 años, figura en la lista de Bubista como uno de los candidatos a jugar el Mundial.


