La Asociación Alemana de Fútbol (DFB) ha explicado en un comunicado el por qué de este reivindicativo gesto: "Queríamos usar el brazalete de nuestro capitán para defender los valores que tenemos en la selección nacional de Alemania: diversidad y respeto mutuo. Junto con otras naciones, queríamos que nuestra voz ser escuchado".
En un país donde la homosexualidad es ilegal, Alemania considera que la prohibición de la FIFA es igual a "negarles una voz" y de ahí que hayan posado con sus bocas cubiertas: "No se trataba de hacer una declaración política: los derechos humanos no son negociables. Eso debería darse por sentado, pero aún así no es el caso. Por eso este mensaje es tan importante para nosotros. Negarnos el brazalete es el lo mismo que negarnos una voz. Mantenemos nuestra posición".
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