Ibrahim Chakir: “Y pasé a Bekele y Kipchoge”

Vuelta y Vuelta

“Mi hermana Essoad me pagaba las zapatillas en mis primeros años”, dice Ibrahim Chakir, olímpico en maratón en París 2024

Ibrahim Chakir besa sus zapatillas Asics, a principios de diciembre en el maratón de Valencia

Ibrahim Chakir besa sus zapatillas Asics, a principios de diciembre en el maratón de Valencia 

Getty Images

El talento te hace buen corredor, la constancia te hace campeón

Hicham El Guerruj

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Han pasado casi treinta años desde mis grandes años como atleta y aquí sigo, cincuentón largo, creyéndome que conservo algo de lo que fui.

La gente de Asics presenta un nuevo modelo de zapatillas (la Novablast 5) y, para celebrar el evento, nos ha citado en la pista cubierta del Palacio de Deportes de Zaragoza. Nos propone correr dos kilómetros en progresión, persiguiendo la luz láser que se enciende en la cuerda y que acelera a cada vuelta, y así es como la experiencia va derivando hacia un callejón sin salida.

Ahí vamos una veintena de periodistas, comerciales, vendedores de producto, y también el gran Ibrahim Chakir (30). Vamos persiguiendo al láser, suerte de liebre que va más rápido a cada vuelta que pasa y al principio nos lleva a seis minutos por km pero luego se pone a 5m00s, y a 4m30s, y a 4m00s, y a 3m40s, 3m30s, 3m00s, y a 2m45s... y ahí no me pregunten el cómo, pero observo cómo todos sacamos la lengua.

Ya no podemos más.

Y entonces Chakir estira la zancada y se lanza en persecución del láser.

Cómo vuela el tipo.

¿Cómo es posible...?

¿Cómo puede correr tanto?

Cuando todo acaba y le lanzo la pregunta, Chakir se encoge de hombros.

Me responde:

–Mi vida es correr, ¿sabe?

Mi vida es un sueño. Me he casado con Shirley, me he profesionalizado con Asics, he corrido en unos Juegos”

Ibrahim ChakirMaratoniano olímpico

(...)

Hace ya diez años o más, en la casa familiar de los Chakir en Vilafranca del Penedès, Ibrahim compartía su cuarto con tres hermanos y de una pared colgaba un vinilo: “Tokio 2020”.

–¿Y qué pasó con el vinilo?

–Bueno, ya no vivo ahí. De hecho, siete de los ocho hermanos nos hemos ido de casa. Queda el pequeño. Yo vivo con Shirley, que es mi esposa. Estoy viviendo en un sueño, ¿sabe?

–¿...?

–Me he casado este año. Me he profesionalizado con Asics. ¡Vivo del atletismo! No llegué a Tokio 2020 pero fui olímpico este verano. Corrí el maratón de París 2024.

–¿Ya se tatuó los cinco aros?

–Los musulmanes no podemos tatuarnos. Me hice este collar de plata (me muestra la cadena que cuelga de su cuello, la misma que luce en la imagen). Tampoco podemos llevar oro. Encargué un collar idéntico, aunque de oro, a Shirley. Le debo mucho.

Ibrahim Chakir, maratoniano de Asics

Ibrahim Chakir, maratoniano de Asics 

Albin Durand

–¿Por qué?

–Ella trabaja en las oficinas de Big Panda (firma de ropa). Es mi compañera de entrenamientos: en mis trotes largos en Vilafranca viene con la bicicleta. Otras veces me voy a Soria, con el grupo de Enrique Pascual Oliva, y allí ya cuento con más compañeros.

(Hace muchos años, Enrique Pascual Oliva dirigía los pasos de Fermín Cacho y Abel Antón; hoy dirige a Daniel Mateo).

–Le debo mucho a quienes me rodean. Por ejemplo, a mi hermana Essoad.

–¿Por qué?

–Mi padre (Abdelhamid) trabajaba en el campo o en un restaurante. Él ponía el dinero para comer y para el techo bajo el que dormíamos. Mis hermanas mayores ayudaban con todo lo demás. Essoad se sacrificaba para pagarme las zapatillas de correr. Porque al principio no era fácil...

Ibrahim Chakir, en el Palacio de Deportes de Zaragoza, días atrás

Ibrahim Chakir, en el Palacio de Deportes de Zaragoza, días atrás 

LVG

Me habla de sus primeros logros bajo la tutela de Maria Carbó, en Vilafranca, cuando se fajaba en los 3.000m obstáculos. Y de su experiencia en León, con Enrique Villacorta, cuando todo lo que ganaba se lo enviaba a la familia. Y de sus vacaciones de verano, como dependiente en una tienda o bajo el sol en la viña, con Abdelhamid. Y de cuando se retiraba de muchas carreras porque no entendía las derrotas y volvía triste a casa y el padre le decía: ‘Pues déjalo’. Y la madre, Fátima: ‘Si le gusta, que siga’.

–Y ahora he llegado a correr 255 kilómetros en una semana y en el maratón de París, ¡qué aventura! A la altura del medio maratón pasé a Kipchoge. Le dije: ‘¡Ale, ale!’. Flipé, no esperaba verle ahí. Y en el 33 adelanté a Bekele, el monstruo de mi infancia. ¡Genial! Cuando coincidimos luego, en el antidopaje, nos hicimos una foto juntos. Bekele es un ser superior, es como Hicham El Guerruj, el ídolo que me inspiró a correr.

(En París 2024, Ibrahim Chakir acabó 34.º).

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