Abrazos y sonrisas, todo lo contrario a la pesadumbre con la que salieron de la piscina singapurense en estos Mundiales el pasado lunes, cuando Hungría las hizo añicos y las apeó de la final. La selección española femenina de waterpolo venía de ganar el oro olímpico y el listón estaba alto por mucho que el seleccionador sea otro (Jordi Valls por Miki Oca) y se hayan caído cuatro pesos pesados. España persigue la gloria en cada campeonato, por eso el palo fue duro.
Pero a veces el color de una medalla es el matiz. Detrás de cada ella hay una historia, y esta España siempre contará que se levantó después de una caída dura, que venció a Estados Unidos y que se colgó un bronce que sabe a oro porque algunas de las integrantes nunca se había subido a un podio. Sí Anni Espar o Bea Ortiz, quienes se tiraron el equipo a la espalda en los momentos de dificultad. Especialmente la barcelonesa, autora de tres goles y de un sinfín de asistencias. “Estábamos muy abajo cuando perdimos en semifinales, pero ahora estamos muy felices. Ganar es maravilloso y con estas compañeras más”, dijo. El 12-13 final refleja la tensión de un partido vibrante.
A la selección española femenina se le pedía recuperarse. Y las “guerreras”, como ellas mismas se definen, demostraron tener siete vidas. Entendieron que lo que un día se ve gris al día siguiente puede colorearse. La terapia funcionó y desde la primera acción se intuyó que todo iba a ser diferente.
Anni Espar, la capitana, rompió el hielo con un gol marca de la casa. Escorada en posición de cinco, ni se lo pensó y batió a Amanda Logan por el palo corto. Estados Unidos vivió un ciclo olímpico más vulnerable y se marchó de París sin medalla. Y de nuevo España, que ya la ganó en la ciudad de la luz, fue mejor en un primer cuarto en el que se colgó medio bronce. Pese al ímpetu y acierto de Nehusul (autora de dos goles), España se había desacomplejado y las jóvenes asumieron el reto.
Daniela Moreno, Ariadna Ruiz y Paula Prats anotaron en tres lanzamientos ajustados y pusieron el 2-4 antes del primer periodo. Estados Unidos solo convirtió una de las cinco superioridades.
Siguió con el rodillo España, con Espar como faro. Suya fue la asistencia del 2-5 a Paula Leitón, que remachó desde la boya. España subió la intensidad defensiva, con brazos que dificultaban los tiros estadounidenses, y una Martina Terré que hasta detuvo un penalti antes del 3-5 de Emma Lineback. Nada estaba hecho, pero España había encontrado el camino.
Y eso que hubo dificultades, como en el intermedio del segundo parcial. Jewel Remer hizo el 4-5 y España se atascó. No encontró a una Elena Ruiz desacertada porque no la dejaron ni respirar o a una Bea Ortiz que sí encontró fortuna desde el punto de penalti (4-6). Martina Terré y la defensa sujetó a España. Y Anni Espar llevó el marcador a 4-7 al descanso. La barcelonesa, afincada en Australia desde hace años, era la líder que necesitaba España tras el fiasco de Hungría.
Si hasta ese momento el tanteo era controlado, en el tercer parcial todo se derramó, especialmente del lado estadounidense. Apareció Emily Ausmus, la máxima goleadora americana, que marcó desde la boya y de posición cinco (extremo izquierda), lo que contrarrestó el buen momento de Espar, que anotó su tercer gol, Carlota Peñalver y Paula Crespí. Con más superioridades que España, Estados Unidos supo jugar esas situaciones de mujer de más y recortó distancias con dos goles de Lineback y un 50% de acierto en esta faceta. España llegaba solamente dos por delante (9-11) al momento clave.
Atascada la selección española en ataque, Estados Unidos se creció como Grecia con la masculina este martes. De nuevo Lineback, desde posición uno, escorada, encontró un resquicio para ponerse solamente a un gol (10-11). Crecía la tensión, sufría España hasta que Paula Camus, en posición de boya y en una gran acción individual, recibió otro pase de Espar para girarse y marcar el 10-12. España respiraba. Quedaban cuatro minutos. Un mundo.

El equipo español durante una charla del técnico Jordi Valls
Las de Jordi Vallas habían perdido el truco en defensa y las americanas encontraron la estrategia: jugar a la boya, provocar la exclusión y lanzar desde posiciones laterales. Así Jewel Remer volvía a colocar a un gol a las americanas. Cada ataque español estaba cargado de tensión, pero Bea Ortiz cogió la responsabilidad en la siguiente superioridad para volver a la diferencia de dos (11-13). Hasta que Martina Terré intervino para detener un lanzamiento que se hundió entre el larguero y el poste y propició unos minutos de suspense por el VAR. Quedaban un minuto y 20 segundos y Lineback puso el 12-13. Otro final de suspense.
España falló el ataque pero supo defender bien, sin exclusiones con Leitón de defensora de boya, y recuperó un balón que era definitivo. Ya no quedaba tiempo para más. Las españolas se la pasaron hasta que el tiempo se acabó y se inició una fiesta con la que se despiden de Singapur. Siguen en el podio pese a los cambios generacionales y estructurales. Todo sigue en orden.