La retirada de los olímpicos será más llevadera, salvo si juegas a baloncesto, hockey o waterpolo

Ayudas del Gobierno

El CSD anuncia las Becas Transición para dar respaldo a medallistas o diplomas de París 2024 que se retiren

En el primer diseño han decidido excluir los deportes de equipo; los consideran “bajo el amparo de los clubes”

En este grupo de deportes no se comprende la distinción y señalan que las becas ADO son menores para ellos

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Álvaro Martín y María Pérez, después de proclamarse campeones por equipo en marcha en los Juegos Olímpicos de París, de 2024 

MIGUEL GUTIÉRREZ / EFE

Sobre el asfalto del Trocadero, a orillas del Sena y a los pies de la torre Eiffel, Álvaro Martín (ahora becario en un bufete de abogados) logró un oro (equipo mixto) y un bronce (20 km) en los Juegos Olímpicos de París, en 2024. Apenas un mes después anunció su retirada con todo lo que ello supone. Más allá del cambio de modo de vida, de la falta de objetivos y del bajón emocional, hay otro tabú, que en ocasiones se pronuncia con la boca pequeña porque puede causar rubor, pero que es igual de traumático. Y es el dinero.

Durante años, si, obviamente, los resultados acompañan, los deportistas viven bajo el paraguas de las becas del Consejo Superior de Deportes (CSD). Eso supone, grosso modo, recibir una horquilla que oscila entre los 12.000 y los 62.000 euros anuales en función de los éxitos deportivos y de las categorías. El salto, de cien a cero.

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Ahora, con tal de mejorar uno de los grandes caballos de batalla –canalizar esta retirada como hacen otros países–, el propio CSD ha elaborado las Becas Transición, que pretenden “crear certidumbre y respaldo durante el periodo posterior a la retirada de la competición”. Estas ayudas, en resumen, se destinan exclusivamente a aquellos deportistas que hayan conseguido medallas o diplomas en los Juegos Olímpicos de París –o ahora en los de Invierno de Milán–, lo que supone el 57% por el momento. La delegación española, en el 2024, la integraron 383 miembros y 221 quedaron entre los ocho primeros.

En el caso de Álvaro Martín, para seguir el símil y al haber sido medallista, recibirá los dos años posteriores a la retirada 62.000 euros anuales. “Estas becas suponen un paso adelante en la protección social del deportista de alto nivel, un puente que facilite su adaptación a su nueva etapa vital y profesional”, explican fuentes del CSD a La Vanguardia. “Esta etapa supone para muchos incertidumbre y vulnerabilidad”, añaden y también apuntan: “La existencia del apoyo económico explícito tras el fin de la carrera deportiva no solo aporta estabilidad personal, sino que puede traer un efecto positivo en el rendimiento de los deportistas al reducir la incertidumbre futura”.

Esta ayuda no solo aporta estabilidad personal sino que puede traer un efecto positivo en el rendimiento”

Fuentes del CSD

Pero también hay letra pequeña en esta primera convocatoria en la que se han excluido los deportes llamados profesionales (golf, tenis y ciclismo en ruta masculino) y los deportes de equipo, que no tienen derecho a ella. Hay ejemplos, como Laura Ester, la portera de waterpolo campeona olímpica, o María López, capitana de la selección de hockey que fue diploma. Ambas se despidieron en ese ciclo. Los deportes de equipo lograron dos medallas de oro y cuatro diplomas en París, y en total 94 deportistas acabaron entre los ocho primeros. El CSD expone su razonamiento, aunque insiste que “se está hablando con las federaciones y los deportistas, no se puede considerar definitivo este primer diseño, seguimos trabajando”. “Estos deportistas desarrollan su trayectoria bajo el amparo de clubs o equipos profesionales, lo que conlleva salarios, primas, derechos de imagen o coberturas contractuales que no existen en otras disciplinas en las que la estabilidad financiera viene solo dada por el CSD”, argumentan.

Los deportistas afectados por esta distinción discrepan de estos criterios. En primer lugar, apuntan que ya hay dos raseros, precisamente, en el importe de las becas asignadas durante la carrera. Al oro de un deportista individual la toca una ayuda de 62.000 euros, pero para un deportista de equipo se reduce a 30.000. A lo largo de una carrera –con las variaciones que hay anualmente con el importe de la beca en función de los resultados– consideran que esa distinción ya es notoria. El CSD, por su lado, entiende también que muchos recursos se destinan a que los clubs ganen músculo y puedan ser el motor de las selecciones, algo que, indirecta o directamente, acaba en los deportistas. “Seguimos trabajando para reforzar el ecosistema en su conjunto. Está prevista una línea de ayudas dirigida específicamente a clubs deportivos para fortalecer la estructura de los deportes de equipo”, soslayan desde el CSD.

Seguimos hablando con federaciones y deportistas, no se puede considerar definitivo”

Fuentes del CSD

Los deportistas de equipo, por su parte, subrayan otros aspectos a tener en cuenta. “Carolina Marín, Mireia Belmonte o María Pérez –por citar tres iconos recientes– compiten por ellas, con su nombre, y con la posibilidad de conseguir ingresos extras en patrocinadores. Ellas dan la visibilidad. Nosotras somos más anónimas, competimos representando a España. Si nos patrocinan, es al equipo, no a nosotras”, reflexionan. Y añaden dos matices: los clubs tienen menos recursos y espacios que los centros de alto rendimiento; y, en deportes como hockey o waterpolo los salarios de las deportistas en sus clubs no son (con excepciones) elevados.

Hasta la fecha, existía solamente el Programa de Atención al Deportista de Alto Nivel, cuyo reto era la inserción laboral. Desde su creación, 1.670 deportistas encontraron trabajo. Obviamente, hay acompañamiento y formaciones duales durante la carrera.

Pese a la problemática que subyace con los deportes de equipo ahora, y la voluntad del CSD de seguir mejorando este primer diseño, estas Becas Transición intentan solventar –con menor o mayor acierto– uno de los traumas de los deportistas en su retirada. Que al menos durante uno o dos años puedan estar cubiertos económicamente para vivir como personas de carne y hueso. Serlo, lo son siempre, con su fragilidad a veces oculta, pese a que en sus deportes sean dioses.

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