Desde el palco de la pista Olímpica del Real Club de Polo, contemplamos un desenlace único.
Esto no ocurre a menudo: tras las dos mangas reglamentarias, jinetes británicos e irlandeses van empatados a los puntos, van 16 para cada uno, y la coyuntura fuerza el desempate.
“Casi nunca había visto un desempate tan cerrado”, dice Santi Mercè, presidente del CSIO Barcelona
El desempate es una suerte de prórroga o penaltis que se resuelve a recorrido único: se reduce el número de obstáculos de 1,60m, de quince a ocho, y los jinetes deben ir muy deprisa, y ya no concursan cuatro por equipo sino uno, el mejor británico ante el mejor irlandés, y Billy Twomey, el mejor irish, firma un cero en 38s42 y Scott Brash (39), el mejor british, respira hondo.
Ahora es su turno, el de Scott Brash.
Es un jinete sensacional, quinto del ranking mundial, líder del equipo británico que ganó el oro olímpico en Londres 2012 y París 2024, y está fino en estos días pues el viernes se apuntaba el GP Ciudad de Barcelona, y en este domingo a lomos del maduro Hello Jefferson (un alazán de 16 años) se maneja como pez en el agua.
En la primera manga ha firmado un recorrido limpio, y ha tenido un solo derribo en la segunda (cuatro puntos en total), pero ahora está sintiendo la presión.
Gran Bretaña nunca ha ganado la final de la Copa de las Naciones, suerte de final de la Champions League, el irlandés Twomey ha ido deprisa y limpio, y los british contemplan a Brash con lupa.
–¿Qué le dice usted al caballo? –le preguntamos a Brash en la sala de prensa, cuando todo ha acabado.
–A esas alturas ya no tengo una conversación con el caballo. No tengo nada que decirle. Él no sabe que está concursando en Barcelona y que estamos buscando el oro. Para entonces solo siento el apoyo de mis magníficos compañeros y la certeza de que el caballo y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. Si entiendes todo eso, te sientes reconfortado.
“Casi nunca había visto un desempate tan cerrado”, dice Santi Mercè, presidente del CSIO Barcelona
Reconfortado pues, Scott Brash se desliza ahí abajo, lo hace cuando ya luce el sol en la tarde de Barcelona, con Collserola de fondo, los drones sobrevolando el escenario y la mirada de Santi Mercè volcada en él.
Brash se desliza y registra otro cero (concurso limpio) y 38s19, dos décimas y medio menos que Twomey, y así es como los británicos tumban a sus vecinos, como quien dice en el último penalti de la tanda, y Mercè, que preside el CSIO Barcelona, ya está de pie en el palco, no puede contener los nervios, pues estas cosas no pasan a menudo:
–En toda mi vida, apenas he visto un desempate así en dos o tres ocasiones. Y además, fíjese qué bonito lo ha hecho Brash. Este jinete y este caballo me encantan.
Contemplar un concurso hípico junto a Mercè es una experiencia única, pues lleva toda la vida rodeado de caballos y en su discurso se entremezclan el sentimiento y la pasión con el análisis quirúrgico. Ahora interpreta que el competidor ha derribado el obstáculo porque no ha balanceado bien el caballo, o que está acertando en el tempo y cerrará limpio, o se sorprende porque potencias como Suecia, Suiza y Brasil no se han ganado una plaza en esta final, dato que ilustra una realidad: la hípica está en alza, ser uno entre los ocho mejores países del mundo es una tarea titánica.