Doce días después de la confirmación de que Joan Garcia pagaba su cláusula, se desvinculaba del Espanyol y firmaba por el Barcelona, el club perico anunciará la próxima semana, si no hay giro de guion, el fichaje del socio 5.894. Se trata de Ramon Terrats, de estirpe perica desde hace más de un siglo, quien siempre soñó con vestir la camiseta blanquiazul, pero que el destino le cerró las puertas en el fútbol base. Después, sí pisó el RCDE Stadium defendiendo los colores de Girona, Villarreal y Getafe. Ahora, por fin, y a sus 24 años y con 69 partidos en Primera, logra cumplir su objetivo y cubre el vacío emocional dejado por el portero formado nueve años en el Espanyol.
El futbolista acaba contrato en 2026 con el Villarreal, por lo que ambas entidades están acabando de ultimar las condiciones de lo que, a estas horas y según fuentes consultadas, es una cesión con opción de compra obligatoria. Todo se cerró el viernes. Las buenas relaciones entre Espanyol y Villarreal, ya constatadas en la cesión un año más del lateral izquierdo Carlos Romero, y el deseo del mediocentro de volver a Barcelona han pesado.
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La llegada de Terrats supone, por un lado, un punto más a favor de la estrategia en el mercado del director deportivo, Fran Garagarza, que se ha anticipado con la llegada de jugadores libres y con la contratación del delantero de la Sub-21, Roberto Fernández, y ahora con la de Terrats, prometedor centrocampista que fue determinante en la salvación del Getafe de José Bordalás, club donde recaló en enero. El Espanyol sigue ganando patrimonio tras equilibrar su situación económica y regresar a la normativa 1:1. Y esta semana se debe anunciar también la renovación de Javi Puado.
La llegada de Terrats, además, entusiasma a los aficionados después de lo ocurrido por Joan Garcia. El centrocampista, sin ser formado en Sant Adrià, se convertirá nada más llegar en un jugador franquicia por su historia y corazón perico, en digno heredero de aquellos futbolistas que han marcado la historia perica por su implicación.
Una puerta siempre cerrada en el Espanyol
Pandiani y Martín Posse marcaron su senda y Girona le dio la oportunidad de Primera
Nacido a 50 metros del Nou Sardenya, estaba claro que Terrats empezaría jugando en el Europa. Allí fue un brillante lateral izquierdo, con sus idas y venidas, hasta que Walter Pandini llegó al juvenil, lo resituó de central y apostó por él. Y llegó la Damm, con otro experico de entrenador, Martín Posse, que llamó al Espanyol para recomendarlo porque le veía potencial. Pero aquello quedó en saco roto.
El Girona lo rescató cuando estaba abocado a las categorías de barro, con un paso por el Sant Andreu. Y llegó la llamada de Alex Vizuete, del Girona. Allí su camino fue imparable. De estrenarse con el primer equipo a irse al Villarreal. Se consolidó como un jugador de Primera que ha tenido ahora la oportunidad en el Getafe de ser una piedra angular. Y llegará al Espanyol con la piel curtida y con las ganas de marcar una etapa.