Omar El Hilali, futbolista de padres marroquíes y de doble nacionalidad que se ha formado en la cantera del Espanyol y que ahora es uno de los puntales del primer equipo, dio su punto de vista, en Betevé, sobre la inmigración y algunas problemáticas que se han generado últimamente, como la de Torre Pacheco.
De familia humilde, Omar, criado en el barrio de Santa Eulàlia de L'hsopitalet, explicó primero una situación personal, que vivió en sus carnes, y que refleja el estigma con los inmigrantes de determinadas nacionalidades y clase social. “Mi madre estaba en una tienda con mi sobrino y la acusaron de haber robado y cuando llegué yo y vieron que era mi madre la cosa cambió y le pidieron perdón”. Algo que para Omar “no puede que por el hecho de que unos inmigrantes sean delincuentes lo tengamos que sufrir el resto”.
Hay una minoría que no viene con la idea de ganarse el pan y nos manchan”
Omar hace una reflexión sobre una determinada inmigración. “La mayoría de la gente que viene aquí, no sólo de Marruecos, sino de Rumanía o de donde sea vienen a trabajar ya ganarse el pan. Pero hay una minoría que no vienen con esta idea y manchan la nuestra”. Contra eso, el jugador del Espanyol, que es internacional con Marruecos, tiene clara la receta. “No sé cómo están las leyes, pero la persona que viene aquí y no lo haga a trabajar, tenga oportunidades y no quiera cogerlas, no queda otra opción que devolverlo de donde ha venido”.
E insiste en la idea: “A mí, la gente que no sabe que soy futbolista me mira mal como si hubiera cometido 40 delitos. Y esto nos perjudica. Creo que sería muy sencillo que aquellas personas que no vienen a trabajar devolverlos al país del que vengan, sea cual sea”.
Las palabras de Omar han suscitado cierta polémica y han avivado múltiples debates. El jugador del Espanyol nunca se ha mordido la lengua. Hace dos temporadas, en Segunda, paró un partido en Cartagena porque escuchó unos insultos racistas desde la grada, lo que después denunció ante el colegiado y en los medios de comunicación.
En una entrevista a La Vanguardia en 2024 decía lo siguiente: “Mi opinión es que España no es un país racista. Mis padres vinieron de Marruecos y nunca han vivido un episodio racista. Este es un país que acoge muy bien a la gente de fuera. Pero sí que es cierto que si alguien viene de fuera a delinquir en vez de a trabajar, ese mínimo de personas manchan la imagen de todo un país”, insistió.
