El Madrid bajó a la tierra al Espanyol. No hubo milagro ni nada que se le pareciese en el clásico fundido a negro que suele sufrir este equipo cada vez que pisa el Santiago Bernabéu. Solo necesitaron los blancos ser eficaces, ni siquiera brillantes, para despachar a los de Manolo González y afianzar su liderato en la Liga. Dos goles en dos disparos lejanos, en los que el portero blanquiazul no estuvo afortunado, sentenciaron las opciones pericas de hacer historia o, como mínimo, de parecerlo.
Pese al desenlace final, se plantó el Espanyol en el Bernabéu como quien se sienta en una mesa de casino dispuesto a tentar a la suerte. Quiso desafiar la lógica, mover la ruleta a su favor y, por momentos, sobre todo al inicio, pareció que la bola podía caer en casilla perica. Pero la efectividad se impuso a los sueños y, como casi siempre en Chamartín, y ya son 29 años, fue el Madrid quien se llevó el premio gordo. Pierde su condición de invicto, pero se marcha el equipo blanquiazul con la sensación de haber podido hacer algo más sin los errores propios.
Ponía el Madrid el liderato en juego ante un equipo blanquiazul que no se había visto en otra igual en décadas, convertido en la revelación del campeonato en las primeras jornadas. Demasiadas veces llegó el Espanyol derrotado a este estadio y otras tantas salió con los pies por delante, pero en esta ocasión al menos llegó a discutir su destino en el primer tiempo. Personalidad, ideas claras y un plan de partido muy marcado, que no fue otro que intentar cazar a los blancos en alguna transición rápida.
Siempre con la portería de Courtois entre ceja y ceja, el primer disparo del partido fue de Edu Expósito. Se refugiaba en su campo el equipo de González para maniatar a un Madrid confuso, y a continuación se lanzaba a su cuello. Puado amenazó en varias ocasiones, Roberto incomodó a Militão y Asencio, más dubitativo que de costumbre en el corte.
Militão sorprende desde lejos
Es este un Madrid solidario y comprometido, con hechuras de equipo imponente pero todavía en busca de una identidad o, como mínimo, con piezas clave por ensamblar. Varió Xabi Alonso, que como jugador no perdió en los 18 partidos que jugó contra el Espanyol (nadie le ha superado todavía), su propuesta para dar la alternativa a Gonzalo en la delantera, por delante de Mbappé, que relegó al banquillo a Güler. Ese cambio hizo previsible el juego de los blancos en el inicio, incapaces de diseñar ese pase brillante que desordenase al Espanyol.
Con Mbappé atrapado entre una multitud de piernas blanquiazules y Vinícius aislado en la banda y un tanto desilusionado, el Madrid pecaba de horizontal. Hasta que Militao se vio solo a 30 metros y sin pensarlo demasiado empaló el balón con violencia para hacer el primer gol del partido. Un central salió al rescate de Alonso con un disparo antológico, que Dmitrovic rozó pero no acertó a desviar.
Dmitrovic hace la estatua y Mbappé sentencia
Sin haber llegado a sufrir, ya perdía el Espanyol, que reivindicó su vocación ofensiva hasta el descanso. Sin embargo, lo que ganaban Roberto y Dolan con sus disputas, no se traducía en ocasiones claras. Al borde del entreacto llegó la mejor tras un centro de Pol Lozano que Calero no acertó a conectar a escasos centímetros de la línea de gol. Sobre la bocina perdonó el segundo Mbappé, que disparó fuera desde el punto de penalti tras la primera aparición de mérito de Vinícius por la izquierda.
Las posibilidades de éxito del Espanyol no tardaron en esfumarse definitivamente. Mbappé conectó un disparo seco desde la frontal y de manera negligente Dmitrovic hizo la estatua. El balón pasó por su lado a escasos centímetros sin que fuese capaz de reaccionar. Se abre de nuevo la carpeta de la portería, que parecía cerrada a cal y canto desde la irrupción de Joan Garcia. Este fue el equipo gol de Mbappé en esta Liga. El francés mantiene la racha y amplía su ventaja entre los máximos goleadores.
Deslumbrado por el escenario y con un resultado tan negativo, el Espanyol dio su brazo a torcer muy pronto, los cambios de Manolo González así lo atestiguaron. Rozó el tercero Vinícius con un disparo al palo y replicó Puado con un remate de cabeza que se fue alto por muy poco. El carrusel de cambios fue el epílogo de una segunda parte inservible. Aprovechó Alonso unicamente para dar minutos a Bellingham, falto de ritmo tras su lesión. Hizo lo propio González con jugadores menos habituales.
Hace un alto en el camino el Espanyol, derrotado sin excusas en su visita al líder, pero conserva la ilusión de una temporada que no acaba más que comenzar. Los blancos siguen con paso firme y mantienen el pleno de victorias, mientras siguen buscando el ritmo de crucero que desea su nuevo entrenador.
Ficha técnica
Real Madrid, 2 - Espanyol, 0
Real Madrid: Courtois, Carvajal, Asencio, Militão, Carreras, Tchouaméni (Camavinga 90), Valverde, Mastantuono (Brahim 77), Vinícius (Rodrigo 77), Mbappé (Bellingham 89) y Gonzalo (Güler 61).
Entrenador: Xabi Alonso.
Espanyol: Dmitrovic, El Hilali, Calero, Cabrera, Carlos Romero, Pol Lozano (Pickel 63), Urko, Edu Expósito (Koleosho 63), Dolan (Jofre 63), Puado (Kike García 77) y Roberto Fernández (Antoniu Roca 84).
Entrenador: Manolo González
Estadio: Santiago Bernabéu. 78.297 espect.
Árbitro: Martínez Munuera (c. valenciano).
Tarjetas: Tchouaméni, Mastantuono.
Goles: 1-0, Militão (22). 2-0, Mbappé (47).