Definitivamente, el fondo de armario del equipo español se cree el sorpasso.
Nadal ya es historia y tampoco comparecen el lesionado Alcaraz ni el vetado Davidovich, pero Pablo Carreño encadena siete puntos para darle la vuelta al tie break ante Jan-Lennard Struff (el marcador pasa del 1-6 al 8-6) y adjudicarse el primer partido de la semifinal (6-4 y 7-6 (6)). Y luego, Jaume Munar se encara con Sasha Zverev, le planta cara y solo transige tras sendos tie breaks (7-6 (2) y 7-6 (5). Y al final, el dobles Granollers-Martínez Portero cierra la proeza con un 6-2, 3-6 y 6-3 ante Krawietz y Pütz.
Carreño se ha deshecho de Struff, y Granollers y Martínez Portero se han crecido en el dobles que cerraba el cruce
Esto ya es una osadía.
Zverev es un coloso del tenis contemporáneo, es el tercer tenista del mundo, y en algunos instantes su duelo con Munar parece un pasaje bíblico: parece el combate entre David y Goliat. El lector sabrá a qué nos referimos. Nos lo cuenta el libro de Samuel, Capítulo 17: con la onda, David tumba al gigantesco Goliat, y luego lo decapita con la espada.
En la rápida pista boloñesa, el pequeño Munar se transforma en el mágico Munar, personaje que abunda en las redes sociales y cuya deriva ha ido mutando. En los primeros tiempos, el mágico Munar era una suerte de retrato caricaturesco, un asunto que Munar se tomaba con inteligencia, moviéndose entre la ironía y el humor.
David Ferrer, capitán de España, conversa con Marcel Granollers y Pedro Martínez Portero, este sábado en Bolonia
Ahora, la caricatura ya no lo es tanto. Definitivamente, Munar es mágico, a la manera de aquel mítico futbolista del Cádiz que era salvadoreño y melenudo y luego regresó a su país y solo se alumbra en ocasiones, cuando le rinden un homenaje: Mágico González era fabuloso en los años ochenta.
(Cabeza de ratón, Mágico González no ganó Ligas ni Copas, no tuvo ocasiones, el chasis de su equipo no daba para más).
En este último año, Munar (28) se ha venido arriba. Ha tumbado a Musetti, Medvedev, Shelton, Tiafoe o Auger-Alliasime. Y el jueves, en los cuartos de esta Copa Davis, se llevaba por delante a Jiri Lehecka. Todos ellos son nombres notables del circuito ATP.
Jaume Munar, este sábado ante Sasha Zverev
Con esos antecedentes, ¿qué le impide desconfigurar al colosal Zverev?
Nada lo impide, así que Munar va a por ello: en Bolonia, el balear disputa cada intercambio como si le fuera la vida en ello. Revolotea alrededor del gigante. Le cambia el ritmo a Zverev, alarga los intercambios, le exige un golpe más e incluso firma nueve aces. No le regala nada al alemán, que debe recurrir a los tie breaks para sortear las zancadillas de Munar y, al fin, igualar el cruce.
Cuando el partido se resuelve para Zverev, en 7-6 (2) y 7-6 (5), Munar dice:
–Estoy un poco cabreado, siendo honestos, porque en algunos momentos que dependían de mí he fallado y estaba más nervioso de lo normal. He estado cerca de Zverev, pero vengo de donde vengo: aunque estoy creciendo mucho, él es superior por ránking.
Marcel Granollers y Pedro Martínez Portero celebran el pase a la final, este sábado
Cuando Munar se marcha –y lo hace sonriente, su rostro le contradice; al fin y al cabo, se ha encarado con un peso pesado–, entonces irrumpe el sensacional Marcel Granollers, doblista del año (junto al argentino Horacio Zeballos se ha adjudicado dos títulos del Grand Slam, Roland Garros y el US Open), y suporte y su saber estar elevan a Pedro Martínez, su compañero de aventuras en Bolonia, y juntos aturden al dúo Krawietz-Pütz, dos clásicos del cuadro de dobles que nunca se sienten cómodos.
Cariacontecido en el banco, Sasha Zverev observa cómo se crecen los españoles, totalmente involucrados en el primer y el tercer set, decididos a demostrarnos que la Copa Davis es un torneo distinto: poco cuentan aquí los ránkings (no juegan Alcaraz, ni Sinner, ni Djokovic, ni Fritz, ni De Miñaur, ni Musetti), este es un compromiso distinto, una rareza de banderas e himnos en un deporte de guante blanco que a veces, y en Bolonia lo estamos viendo, premia a los estajanovistas.
Hoy a partir de las 15h, España buscará su séptima Ensaladera ante la anfitriona, Italia, vigente campeona, otro conjunto sin estrellas: ausentes Sinner y Musetti, aquí juega con Berrettini, Cobolli y la pareja Vavassori-Bolelli.

