En el nuevo capítulo de 'Erasmus Play', donde en cada episodio un antiguo estudiante cuenta cómo fue su experiencia de Erasmus y da consejos sobre como aprovechar al máximo esta estancia, Claudia nos cuenta su experiencia en Polonia y las diversas situaciones con las que se encontró.
Claudia estudió Matemáticas en Zaragoza y durante el curso 2022-2023 decidió irse a Cracovia durante 6 meses, porque quería vivir en un país muy diferente a España. Dentro de las opciones que la universidad le ofrecía, le recomendaron este destino y, aunque no conocía a nadie más que fuera a ir allí ni tenía referencias previas, decidió finalmente lanzarse a la aventura. “A La gente le encanta Polonia, es una cosa impresionante”, afirma.
Aunque solo compartía habitación con otra persona, en su planta solo había una cocina para 50 personas y un baño para otras 10: “Olía fatal. Era un caos, pero una vez te acostumbrabas ya no estaba tan mal”, afirma. En cuanto a las instalaciones, añade que “no tenía ni mesas para comer”. Sin embargo, lo mejor de todo era el precio, ya que “pagaba 90 euros al mes”, dice.
Uno de los dilemas que tienen la mayoría de los estudiantes es decidir con qué tipo de personas juntarse: si con un grupo que hable tu mismo idioma o con un grupo multicultural donde conoces a gente de muchos países. En su caso, acabó relacionándose con estudiantes españoles. De hecho, su grupo círculo de amigos eran todos españoles, y, a día de hoy, siguen en contacto. “Es una experiencia que une muchísimo porque es intenso”, afirma.
Cracovia, Polonia.
Coste de vida
Cuando estás de Erasmus, todo estudiante recibe una pequeña ayuda económica por parte de la Beca Erasmus, además de otras becas que el estudiante puede optar. “Es un país bastante barato que te da para hacer bastantes cosas”, dice.
Al ser un país bastante asequible, a Claudia le atrajo la idea de vivir allí, ya que su alquiler apenas llegaba a los 100 euros. “Es más barato que en España, afirma”. Esto le permitió gastarse el dinero sobrante de las becas y sus ahorros, en otras cosas, como viajar, comer afuera y disfrutar del ocio y la cultura.
En cuanto al supermercado, añade que los precios son similares a los de España, pero que a veces recurría a algún 'truco' para que la compra le saliera más barata o incluso gratis: robar la comida, confiesa. Reconoce que, cuando se iba al supermercado en grupo, era más fácil caer en la tentación de no pagar.
“Un amigo mío lo pillaron en un supermercado. La policía era un poco corrupta, les pagó una cantidad de dinero y lo dejaron libre”, afirma. Aunque confiesa, que este tipo de actos a veces no valen la pena, especialmente cuando estás en un país extranjero con una beca que te subvenciona una parte del coste de vida, confiesa: “No somos gente pobre, a veces no vale la pena lo que te arriesgas frente a lo que ganas”, admite.
En cuanto al ocio, afirma que siempre se podía hacer planes afuera, como salir de fiesta o ir a restaurantes. Lo difícil era decir que no. Al ser un sitio muy turístico, con una gran variedad de oferta cultural y del ocio, hace que sea “un buen destino para que te vengan a visitar tus amigos o tus padres porque siempre hay muchísimos”, añade.
Y aunque la estancia fue corta, si hay algo de lo que se arrepiente Claudia es de no haberse quedado más tiempo, ya que cree que es una experiencia muy enriquecedora que te ayuda a conocerte mejor. Sin embargo, su tiempo en Cracovia la ha marcado para siempre, concluye.
