La IA alimenta las formas de moverse que vienen

Especial movilidad | Automoción

Sea con las manos al volante o los algoritmos al mando, el uso de la tecnología dice mucho en el sector

FILE PHOTO: A Tesla Model 3 vehicle drives using FSD (Full Self-Driving) in Encinitas, California, U.S., October 18, 2023. REUTERS/Mike Blake/File Photo

Un coche de Tesla operando con una conducción totalmente autónoma 

Mike Blake / Reuters

¿Conduciremos coches u ordenadores con ruedas? La revolución que llevan la inteligencia artificial (IA) y la tecnología al sector del automóvil promete transformar la forma en la que nos movemos. Un futuro en el que se la juegan las marcas, otro escenario para competir más allá del precio. Con ventaja china, hay oportunidades de negocio billonarias.

Los sensores, cámaras y chips invaden desde el tablero a las entrañas de los vehículos. Leen el entorno, procesan y toman decisiones en menos de un segundo. Llegan a apretar el freno, protegen con los sistemas de ayuda al conductor (ADAS) o ponen todo en manos de los algoritmos con la conducción 100% autónoma. Gestionar todo esto implica sistemas cada vez más avanzados en los coches, factor que ha contribuido a su encarecimiento los últimos años. Es un paso obligado: “El sector está utilizando la IA no solo para mejorar el rendimiento del vehículo, sino también para transformar la experiencia del usuario, optimizar los procesos de producción y apoyar la toma de decisiones basada en datos”, repasa Xavier Ferré, socio responsable de automoción y transporte en EY España. “La movilidad conectada moverá miles de millones de euros en el 2030 si los pronósticos se cumplen”, añade.

Con más tecnología, los datos recopilados son una veta de negocio, con posibles servicios a medida en el futuro, como los seguros. “Iremos siendo testigos de multitud de cambios que van a impulsar las oportunidades para muchas grandes empresas y pymes que sepan anticiparse y apostar por la innovación e inversión tecnológica”, dice Ferré.

La pugna entre Europa, China y EE.UU. también sale a relucir con los distintos niveles de avance

La pugna inversora es mundial. En el frente de la conducción autónoma, con una regulación más laxa los actores chinos pueden hacer más kilómetros y entrenar así mejor a sus IA. “Tienen más ventaja porque tienen más datos para entrenar sus sistemas. El Gobierno apuesta por el eléctrico desde hace veinte años con estrategias a largo plazo y la entrada del digital en todos los sectores”, expone Marc Sachon, profesor del IESE y experto en el sector de la automoción. Además, fija restricciones en el aprovechamiento de datos que impiden a firmas europeas sacarlos de China. “Tienen los datos y empresas avanzadas en chips. En software son líderes globales, incluso superan a Tesla”, cree el experto. En el resto del planeta, se va a otros ritmos. “Quedan muchos problemas por resolver para avanzar y llegar a un uso más común en Europa. La regulación, los seguros o el tratamiento de datos complica a las empresas”, alerta Sachon. En EE.UU. se han retirado permisos o pausado pruebas tras accidentes mortales o fallos.

Una derivada de la conducción autónoma es el robotaxi, un servicio sin conductor. Actual campo de batalla, Tesla es la que más titulares copa, pero también destacan en la búsqueda de negocio Waymo (Google) o Zoox (Amazon). Y esta misma semana Volkswagen presentaba un modelo para que entre en operativa en el 2026. Menos conocidas por estas tierras son las chinas Pony.ai, Baidu o WeRide, que acumulan más experiencia, con millones de trayectos a sus espaldas. ¿Por qué interesa tanto el robotaxi? Sacar al conductor del coche permitiría mayores márgenes al operador, reduciendo el coste del transporte y acercándolo al del coche en propiedad. Los analistas estiman un recorte en los costes de hasta el 70% en los viajes, señalan en Saxo. Combinar la plataforma de las apps, como Uber o Didi, y los coches de los fabricantes presenta un negocio gigante, que Goldman Sachs cifra en 25.000 millones de dólares ya en el 2030. A largo plazo, se habla de billones si reemplaza viajes privados.

El coste de los viajes podría reducirse hasta en un 70% gracias a los robotaxis, vehículos sin conductor, según los analistas

Los nuevos tiempos traen también nuevos actores. En China el desembarco de firmas tecnológicas como Xiaomi o Huawei añade más presión. Aplican sus conocimientos en tecnología para lanzarse a la fabricación de coches. “Ahora ensamblar un coche es más fácil, se puede seguir una construcción modular, automatizada, como fabricar un PC”, expone Sachon. Pueden comprar la batería a terceros y encargar la producción a sus proveedores. Aquí quiere jugar un papel clave Foxconn, conocida por la fabricación de los iPhone. Un buen punto de entrada estaría en los coches pequeños, cree.

Para el usuario, las tecnologías más punteras podrían tardar años en ser asequibles. O no... La china BYD ha roto la baraja al integrar los sistemas más avanzados en modelos baratos. Con una Europa algo atrasada, Ferré cree que Europa debe impulsar su innovación e invertir en I+D para reducir su dependencia tecnológica y mantenerse competitiva. También llama cooperar más con EE.UU. o Japón.

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