Motor y familia se mezclan en Leonart Motors. La marca de motos con sede en Mataró lanzará al menos tres modelos y llegará a nuevos países, con la mira en EE.UU., dentro de su plan de crecimiento con miras al 2030. Le permitirá elevar la facturación de los 1,8 millones actuales a los 5 millones. Especializada en los 125cc, busca “ampliar target con nuevas opciones”, explica Jordi Llorens, consejero delegado. Apunta a la media cilindrada y al terreno eléctrico, donde ve tirón en otros países como Suiza pese al descenso de ventas en España.
Nacida hace dos décadas, lo hizo al calor de la convalidación del carnet de coche para la conducción de motos de 125cc, cuando se vio una oportunidad de negocio. Primero arrancó con la importación desde Asia y luego incorporó diseño desde Mataró para dar “una imagen más personalizada”. Tras unos años en los que se asoció con Piaggio, las motos que comercializa hoy vienen de China, moviéndose entre los tres y cinco modelos. El factor diferencial es la estética. “Son motos de cilindrada pequeña, pero que dan apariencia de más grande, para que el cliente que quiera una 125cc no tenga que conformarse solo con una escúter sencilla”, explica. Este segmento supone el 90% de las ventas, aunque en su trayectoria ha ido sumando cilindradas como los 350cc y los 450cc.
La estética se presenta como el factor diferencial, lo que los lleva incluso hasta Japón
La empresa tiene fuerte componente familiar. La impulsaron el padre de Llorens, su hermano y él mismo. Mientras Jordi se centra en la administración, su hermano Marc se encarga del diseño e imagen. A la madre le deben el nombre, con su apellido Lleonart adaptado a un Leonart que tiene más sentido internacional. “Es una empresa súper familiar”, destaca. Antes de las motos, la familia se dedicaba al textil, con una empresa que se reconvirtió para el negocio actual. “Éramos apasionados de las motos, pero no teníamos experiencia en el sector cuando nos lanzamos”, reconoce.
Leonart vende unas 700 unidades al año. Las motos, que rondan los 4.000 euros, se venden en unos nueve países. España es el primer mercado, con el 60% del pastel. Entre aquí y Francia, su otro gran frente, ronda los 200 puntos de venta. Además, tiene importadores en otros países como Alemania, Malta o Japón. “Llegar a Japón con una gama tan especial nos da prestigio de marca, nos enorgullece”, apunta. Ahora sumará Suiza.
A largo plazo, tiene como objetivo entrar en EE.UU., Reino Unido y las zonas de Europa donde no cubran, como el este. “Los últimos años hemos crecido un 70% sobre niveles prepandemia. En el 2030 llegaríamos a facturar 5 millones, es un objetivo realista y asequible”, comenta Llorens. En total, emplea a 7 personas, con oficina, showroom , posventa, centro de recambios y almacén en Mataró.