Los aranceles y la crisis interna de Stellantis -dueña de Fiat, Jeep o Peugeot- han provocado que el gigante del motor entre en pérdidas, con un agujero de 2.300 millones de euros en el primer semestre. El dato recogido en las cuentas preliminares presentadas este lunes contrasta con la ganancia de 5.600 millones del mismo periodo del año pasado.
La compañía achaca las malas cifras a las paradas temporales de producción en respuesta a los aranceles de EE.UU., tasas que ya le suponen un efecto negativo de 300 millones de euros. De cara al segundo tramo del año espera un impacto arancelario “significativamente mayor”, que puede ser del doble o más. También afectan unas líneas europeas que deben ganar ritmo tras los últimos lanzamientos.
Los aranceles suponen un impacto de 300 millones
El contexto es de tormenta perfecta. Reconoce que sus medidas para reorientar el negocio y la rentabilidad están “en etapas iniciales”, por lo que falta ver sus efectos. Así, encaja un golpe de 3.300 millones en gastos por su reestructuración; por la cancelación de proyectos, como el recién anunciado fin del desarrollo del hidrógeno, que implica un cargo de 700 millones; la legislación en emisiones europea, o la depreciación de sus plataformas. Habla asimismo de impacto negativo por los mayores costes industriales o el tipo de cambio. En términos generales, los ingresos se situaron en 74.300 millones de euros, con un descenso del 13%.
Los coches entregados también fueron a la baja, con 1,45 millones de unidades en el segundo trimestre, el 6% menos. En el mercado norteamericano el desplome es notable, con un 25% de caída hasta las 322.000 unidades. La reducción en la fabricación y las menores importaciones por los aranceles lo explican. En EE.UU. las ventas se mantuvieron planas.
En el Viejo Continente, mercado principal, entrega un 6% menos en el segundo trimestre, con 722.000 unidades, “por factores de transición”. Es decir, el lanzamiento de nuevos modelos y la adaptación de las fábricas y la oferta. Pesan igualmente las menores ventas de vehículos comerciales ligeros, que le aportan más margen, o el avance de eléctricos, de nuevo con menos margen.
Stellantis encuentra un respiro en Sudamérica, donde crece el 20%, a 260.000 unidades, u Oriente Medio y África (+30%, 125.000). En el conjunto de China, India y Asia-Pacífico cae un 6%, con unas ventas testimoniales de 16.000 unidades.
Las cifras presentadas hoy no están auditadas, por lo que podrían tener cambios al presentarse definitivamente el 29 de julio. Stellantis está sumida en una etapa de renovación tras la salida de su consejero delegado anterior, Carlos Tavares. Tras meses de incertidumbre, el relevo lo ha tomado Antonio Filosa, que tiene ante sí la misión de darle la vuelta al negocio y poner orden en el abanico de marcas del grupo. Maserati, una de las que tiene un futuro más incierto, ve caer sus entregas un 22%.
La compañía afirma que se espera que los nuevos lanzamientos “brinden mayores beneficios en la segunda mitad del año”. Son tiempos de incertidumbre para Stellantis, que retiró su guidance, sus previsiones para el año, el pasado abril. La previsión es restablecerla el próximo 29 de julio. El grupo tiene instalaciones en Madrid, Vigo y Zaragoza y prevé levantar con CATL una fábrica de baterías de 4.000 millones de euros en Zaragoza,