Para muchos, el verano no solo significa buen tiempo, sino también una época en la que los días son más largos y se percibe una sensación de mayor libertad, por lo que salir de la rutina hace especialmente ilusión, aunque sea por un par de semanas. En este tiempo, las vacaciones son un respiro que permite recargar fuerzas, reencontrarnos con familiares y amigos, reorganizar nuestra vida y disfrutar de un merecido descanso frente a las responsabilidades que durante el año pueden resultar pesadas.
Y aunque irse de vacaciones puede considerarse un lujo o un capricho, para muchas personas son una necesidad real para la salud física y mental. Desconectar de la rutina contribuye a renovar energías y, así, rendir mejor al volver a nuestras obligaciones cotidianas.

Las vacaciones son un respiro que permite recargar fuerzas.
La sociedad está cegada por completo por los ideales del carpe diem, donde solo se piensa en disfrutar del presente y el futuro ya se verá
El economista Fernando Sánchez ha alertado sobre una tendencia que está en auge durante el verano: cada vez más familias piden préstamos para pagar sus vacaciones, un dinero que luego se devuelve con intereses y que puede comprometer su estabilidad financiera futura.
Como economista, desaconseja esta práctica tan tentadora. “Cuando normalizamos pedir un crédito para irnos de vacaciones, demostramos el enorme nivel de incultura financiera que tenemos como país”, afirma. El experto señala que la ausencia de educación financiera, tanto en el ámbito familiar como en el escolar, ha creado “una sociedad totalmente dependiente”, afirma.
La mayoría de las personas se condena a vivir por encima de sus posibilidades, endeudándose y normalizando el uso de la deuda
“La sociedad está cegada por completo por los ideales del Carpe Diem, donde solo se piensa en disfrutar del presente y el futuro ya se verá”, añade. Este enfoque, centrado únicamente en los placeres inmediatos, conduce fácilmente a decisiones que pueden perjudicar económicamente a largo plazo, como el endeudamiento.
Sánchez es firme en su posición: el endeudamiento es una herramienta que debería utilizarse únicamente cuando sirve para generar riqueza, como lo hacen los grandes inversores. Sin embargo, sin educación financiera, considera que las personas son mucho más propensas a cometer errores costosos, como endeudarse para irse de vacaciones. “La mayoría de las personas se condena a vivir por encima de sus posibilidades, endeudándose y normalizando el uso de la deuda para irse de vacaciones, comprar un iPhone o incluso un televisor”, advierte.
De hecho, el III Estudio Hábitos de consumo de los españoles: vacaciones de verano 2025, elaborado por Oney, revela que el 94% de los españoles tiene previsto salir de vacaciones este verano, a pesar de la inflación y el encarecimiento de los viajes durante esta época del año.
Según este informe, el gasto medio estimado por persona será de 1.339 €, lo que supone un 48% más que en 2024, mientras que la duración media de la estancia se reducirá a 9 días, frente a los 14 del año pasado. Además, el estudio indica uno de cada cinco españoles recurrirá a algún tipo de financiación para costear sus vacaciones, lo que supone aproximadamente el 22,5% de la población. De este grupo, un 16% optará por pagos aplazados y un 6,5% solicitará un préstamo personal.
Uno de los consejos más prácticos para mantener una buena salud financiera es planificar el viaje con antelación, reservando cada mes una parte de los ingresos para este fin.
De esta manera, se puede obtener un presupuesto suficiente para pagar las vacaciones sin recurrir a la deuda. Asimismo, es esencial ser consciente de los gastos e ingresos, y ajustar los caprichos al margen disponible. Vivir por encima de las posibilidades, pidiendo préstamos para financiar caprichos, es uno de los errores más graves que señalan los expertos y que pueden perjudicar el bienestar económico durante mucho tiempo.