Mucho se ha hablado y escrito del cero eléctrico que sufrió la península Ibérica el pasado 28 de abril y de sus posibles causas y sus consecuencias, pero poco se ha puesto el foco en todas aquellas infraestructuras y servicios que, pese a lo extremo de la situación, fueron capaces de seguir en funcionamiento casi como si no ocurriese nada: aeropuertos, hospitales, empresas de suministros como el agua e incluso de supermercados en los que la vida transcurrió casi sin inmutarse.
Mucho menos se ha hablado de los protagonistas silenciosos que hicieron posible esa resiliencia ante un acontecimiento que hasta ese momento muchos calificaban de imposible. “No era nuestro caso. Para nosotros un cero eléctrico no solo era posible sino que era una situación miles de veces testada y para la que nuestros sistemas y nuestros clientes estaban de sobra preparados. Llevamos muchos años evangelizando con la necesidad de estar preparados para estas contingencias”, asegura César Sánchez, director general de Energía y Control de Amper.
El objetivo de la compañía para el 2025 es de 600 millones de euros en pedidos, un 6% por encima del cierre de 2024
La suya es una de las principales empresas españolas proveedoras de sistemas de respaldo energético que no solo garantizan la continuidad de la actividad tras un evento crítico sino que, según explican sus directivos, también son esenciales para llevar a las plantas de producción a lo que se denominan paradas seguras, es decir a un punto en el que la recuperación de la actividad se pueda hacer en el menor tiempo posible y sin daño alguno para las instalaciones. En condiciones normales, la tecnología de Amper permite una gestión inteligente de los suministros energéticos para utilizar en cada momento la fuente energética más eficiente y asequible y para discernir cuáles son los consumos que nunca pueden soportar un cero energético y garantizar la continuidad su actividad en modo isla, pase lo que pase.
Entre sus clientes más estratégicos se encuentra la propia Red Eléctrica, energéticas como Engie o los aeropuertos de Madrid y Barcelona, entre otros muchos.
Amplió capital por 77,16 millones en julio para financiar su expansión en seguridad y defensa
“Lo ocurrido el 28 de abril fue como un test de estrés real para nuestras soluciones tecnológicas que combinan sistemas BESS (almacenamiento en baterías), sistemas SCADA (que controlan la seguridad de infraestructuras críticas), control de grupos electrógenos, redes eléctricas, etc. En conjunto, estas herramientas forman un ecosistema robusto para garantizar el suministro eléctrico en infraestructuras críticas en cualquier circunstancia y así se demostró”, explica Manuel Oliveira, director comercial de Amper, que tras muchos años de ser visto como un agorero predicador, ahora ve cómo los clientes llaman a la puerta para buscar ese respaldo.
El área de energía aporta ahora el 80% del negocio y garantiza que infraestructuras críticas nunca paren
La situación pilla a Amper en uno de los momentos más dulces de una atribulada historia, que se remonta a 1956. En ese año, el ingeniero de telecomunicaciones salmantino Antonio Peral decidió lanzarse al mundo empresarial fabricando aparatos de radio e intercomunicadores también conocidos como telefonillos. Peral tuvo la capacidad de visualizar lo que serían los sustitutos de los serenos, que hasta entonces se habían encargado de garantizar el acceso de los vecinos a sus edificios. En cuatro años, comenzó a fabricar en serie ambos artefactos y llegó a ser uno de los principales proveedores de Telefónica y a posicionarse entre los líderes mundiales de su sector.
Desde entonces, las vicisitudes han sido muchas. La liberalización de las telecomunicaciones jugó en su contra y estuvo al borde de desaparecer en 2014, cuando el conflictivo empresario inmobiliario Enrique Bañuelos estaba al frente.
Se realizaron 5.000 actuaciones en remoto el pasado 28 de abril gracias a la tecnología de Amper de conexión y desconexión de plantas y redes eléctricas para recuperar el sistema
El punto de inflexión de la compañía llegó en 2021 con una apuesta por la energía y la seguridad que se materializó en el plan estratégico 2023-2026. Con el exministro Pedro Morenés en la presidencia y la entrada de Zelenza y Martinavarro Dealbert (Jomar e Hijos) como principales accionistas, la cartera de pedidos de Amper creció un 40% en 2024, hasta los 540 millones de euros y busca los 800 para 2027. Los ingresos de 2024 alcanzaron los 419,5 millones, un 13,6% más que el año anterior, y el resultado operativo creció un 38,2% hasta 35,1 millones.
Sus soluciones tecnológicas para plantas de energía, control de redes y sostenibilidad aportan el 80% de las ventas de su actual cartera de pedidos. La gran mayoría de las infraestructuras críticas las tienen implantadas para, entre otras cosas, operar en remoto. Una utilidad que fue clave el 28 de abril. “Ese día, la tecnología de esta compañía permitió realizar más de 5.000 actuaciones de conexión y desconexión con asistencia remota que ayudaron a recuperar la red en tiempo récord”, explica Oliveira.
Pero más allá de esta apuesta que ya ha demostrado su eficacia, el equipo de Morenés tiene su foco en otro de los sectores con mayor proyección en los próximos años: defensa, seguridad y comunicaciones. El 80% de las inversiones de los próximos años está destinado a ese área.
Facturó 419,5 millones de euros en el ejercicio del 2024, un incremento del 13,6% sobre los ingresos del año anterior
En julio lanzó una ampliación de capital de 77,16 millones de euros para financiar la adquisición de pequeñas compañías del sector de defensa y seguridad. Lo hará siguiendo el modelo aplicado para el sector energético, aportando efectivo y acciones como hizo con la eólica marina Navacel el pasado mes de diciembre, por ejemplo.
Toda una remontada que no olvida el origen del grupo, garantizar la seguridad de los clientes.