José Elías, empresario multimillonario de 49 años, ha compartido recientemente en LinkedIn su particular enfoque sobre las redes sociales, destacando que su éxito se basa en no seguir las reglas habituales de los creadores de contenido. Según Elías, “No tengo ni idea de hacer contenido para redes sociales. Y justo por eso creo que me va bien”, una confesión que pone de manifiesto la autenticidad como su principal estrategia.
La imperfección hace que su contenido se diferencie del resto
Contenido imperfecto, sello de identidad
En su publicación, José Elías señala que muchos creadores se esfuerzan en perfeccionar cada detalle de sus vídeos, desde la iluminación hasta la edición, pasando por la música y los subtítulos. “La mayoría de creadores de contenido lo hacen todo perfecto. Y cuando digo todo es todo… La luz, los subtítulos, la música, la edición…Todo tan procesado que el ojo ya se ha acostumbrado. Y cuando algo es tan perfecto, genera rechazo. Lo ves como si fuera un anuncio más”, explica.
Elías reconoce que su contenido no sigue estos estándares, pero asegura que esa simplicidad es precisamente lo que le permite conectar con su audiencia. “Yo no tengo un contenido en redes perfecto. Lo sé. Pero no aspiro a tenerlo. Y creo que esa es la clave. Es lo que hace que conecte más”, afirma, subrayando que su estrategia se basa en mostrarse tal como es, sin filtros ni artificios.

José Elías, presidente de Audax Renovables
El empresario comenta que su ventaja competitiva radica en la naturalidad frente a la perfección que domina el entorno digital. “Porque cojo el móvil, te cuento lo que pienso y listo. Me muestro tal y como soy importándome bien poco lo demás”, añade, destacando la espontaneidad como elemento diferenciador.
Asimismo, José Elías sostiene que no tiene intención de cambiar su manera de hacer contenido, a pesar de no dominar las técnicas habituales de grabación. “Así que sí, seguiré sin tener ni idea de cómo se graba un vídeo. Porque en un mundo donde todos se esfuerzan por parecer perfectos… Mi ventaja competitiva es, precisamente, no serlo”, concluye.