Ser agricultor autónomo en España hoy significa enfrentarse a jornada interminables, precios bajos por los productos y costes que suben constantemente. Muchos trabajadores del campo sienten cómo la ilusión por su oficio se ve cada vez más amenazada, mientras la tradición se enfrenta a la modernidad y a un mercado cada vez más exigente. Esta realidad refleja las dificultades económicas y personales que atraviesa una gran parte del sector agrícola, donde la tradición se enfrenta a la modernidad y a un mercado cada vez más exigente.
Francesc Font, agricultor, ingeniero agrícola y fundador de The Regen Academy, pertenece a la novena generación de una familia dedicada a la agricultura: más de 300 años de historia cultivando viñas, olivos y cereales bajo prácticas convencionales. Sin embargo, llegó un momento en el que comprendió que trabajaba sin descanso para obtener muy poco beneficio. “Además, nuestras tierras estaban cada vez más empobrecidas. Sobrevivíamos como negocio únicamente gracias a las subvenciones”, explica en un vídeo.
Y con ello refleja la realidad de muchos compañeros en España. “Los agricultores estamos perdiendo la ilusión, y no porque no nos guste el campo, al contrario, es un privilegio poder trabajar al aire libre, entre viñedos y olivos, sino porque económicamente se nos hace cada vez más difícil mantenernos”.
Francesc Font, agricultor
Los precios que perciben por los productos son muy bajos, en palabras de Font: “muy justitos”. Mientras tanto, los costes no paran de subir y los productos resultan cada día más caros. “El gasóleo cada día es más caro, la maquinaria cada día es más cara y eso hace que te queden unos márgenes muy, muy pequeños, muy reducidos”, apunta. “Lo sacas adelante, lo sacamos adelante a base de horas, a base de sacrificios familiares, económicos, pero esto no es sostenible en el tiempo y no tiene ningún sentido”, sentencia.
Sé que es un cambio difícil, pero te animo a aprender más sobre tus suelos y te animo a investigar sobre las nuevas técnicas sostenibles de producción
Se planteó si dejarlo todo, si tenía sentido seguir así, y de hecho lo hizo: lo dejó. No abandonó su profesión, pero sí el método de trabajo. “Como la cosa no funcionaba, quería encontrar otra salida y empezamos a aproximarnos a la agricultura ecológica, a la agricultura regenerativa. Con muchísimos miedos al principio, pero diez años después solo puedo decirte que he recuperado la ilusión: la ilusión de ser agricultor, la ilusión de producir, mejorando mi finca cada día”.
Un nuevo enfoque agrícola
La agricultura regenerativa es un modelo agrícola que busca restaurar y mejorar la salud de los ecosistemas, en lugar de limitarse a explotarlos para producir alimentos. A diferencia de la agricultura convencional, no se centra únicamente en el rendimiento de los cultivos, sino también en regenerar el suelo, aumentar la biodiversidad y fortalecer los ciclos naturales.
Algunos principios claves de la agricultura regenerativa son: cuidar la salud del suelo, promoviendo prácticas que aumentan la materia orgánica y la fertilidad natural, mediante el uso de cultivos de cobertura, compost, biofertilizantes y técnicas que evitan el uso excesivo de químicos.
También implica evitar la labranza o reducirla al mínimo, para proteger la microbiota y disminuir la erosión. Además, busca fomentar la diversidad y los policultivos, combinando distintos cultivos, árboles y ganado en sistemas como la agroforestería o el silvopastoreo, lo que imita a los ecosistemas naturales y mejora la resiliencia frente al clima.
Soy la novena generación, después de nueve generaciones de más de 300 años, que se planteaba si tenía sentido seguir y, de hecho, no seguí
Otro principio es la gestión eficiente del agua, favoreciendo la infiltración natural de la lluvia y reduciendo la escorrentía mediante terrazas, zanjas de infiltración o sistemas agroforestales que ayudan a retenerla. También se promueve la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, atrayendo polinizadores, aves y microorganismos beneficiosos. Finalmente, destaca la captura de carbono, ya que al regenerar los suelos y aumentar la biomasa se logra absorber CO₂ de la atmósfera, contribuyendo a mitigar el cambio climático.
Campo de olivos
Este tipo de agricultura ha cambiado, literalmente, la vida de Font. “Al principio con gran escepticismo, hasta que finalmente me convencí de que era el camino a seguir. Desde entonces no he parado de aprender y de ayudar a otros productores a realizar una transición como la que hicimos nosotros. Ahora he volcado todo este conocimiento en el método The Regen 360°© para que otras personas puedan aplicarlo.
“Sé que es un cambio difícil, pero te animo a aprender más sobre tus suelos y te animo a investigar sobre las nuevas técnicas sostenibles de producción como la agricultura regenerativa, porque de verdad ha cambiado nuestro modelo de negocio, nuestra vida y hemos recuperado la ilusión que habíamos perdido hace unos años”, se sincera. “Hemos aprendido a producir de otra forma, sin productos químicos, labrando lo menos posible, incluso en algunos cultivos ya no haciéndolo, y, sobre todo, hemos aprendido a producir mejorando nuestra finca cada campaña que pasa”.
