España está en el foco de los inversores. La inversión inmobiliaria se situó en el primer semestre del año por encima de los 7.300 millones de euros, una cifra que supone un 22% por encima del año anterior y un 15% por encima de la media de los últimos diez ejercicios. Esta tasa de crecimiento contrasta con la evolución media en Europa, del 4%. En un contexto global de incertidumbre y de ralentización económica, el país sobresale como el segundo mercado favorito para los grandes fondos internacionales, justo por detrás de Reino Unido, según datos de CBRE.
El interés por invertir en este mercado puede acabar por traducirse en una cifra récord de inversión a finales del ejercicio. La consultora inmobiliaria prevé que la inversión acabe incrementándose cerca de un 15%, hasta los 16.000 millones de euros, el mayor volumen transaccionado de la serie histórica. La jefa de investigación de CBRE, Miriam Goigoechea, apunta además que, estas previsiones, no incluyen operaciones corporativas en marcha, como la venta de Aedas a Neinor (1.000 millones) o la compra Livensa Living (1.200 millones) por parte de Nido; por lo que la cifra global podría ser todavía mayor.
Las socimis han tenido mayor protagonismo este año al representar el 18% de la inversión en este primer semestre frente a una media del 9% en los últimos tres años, mientras que los family offices e inversores privados superan el 10% del volumen total. Por otra parte, el capital institucional gana protagonismo a través de las operaciones corporativas. Por nacionalidades, el inversor español lidera la inversión con un 58% del total. Los inversores franceses y estadounidenses superan entre ambos los 1.100 millones invertidos en España, representando el 9% y 8% respectivamente, seguidos de los británicos (6%).
Desde la pandemia de la covid, el sector residencial se ha convertido en el motor de la inversión en España. La promoción de viviendas se ha ido incrementando año tras año hasta alcanzar las 130.000 unidades en 2024, aunque la cifra está lejos frente al déficit de 500.000 que arrastra la sociedad española, según datos del Banco de España. La situación no es tan apremiante en otros países europeos, aunque es un problema generalizado. Prueba de ello es que el segmento residencial es el principal receptor de inversión en el continente.
En los primeros seis meses del año, el mercado inmobiliario captó 7.300 millones, un 22% más
En España, el residencial captó 1.721 millones de euros en transacciones (+14%). “El segmento multifamily, que incluye tanto la promoción para venta como para alquiler representó el 50% del total. El producto estrella es la vivienda asequible de alquiler”, comenta Goicoechea. El 70% de esta inversión se concentra en Madrid y capitales de provincia como Zaragoza, Málaga y Sevilla. Barcelona se mantiene en unos niveles muy bajos dada la desconfianza de los inversores en la regulación del alquiler y la falta de suelo para promover tanto VPO como vivienda libre. Entre las principales operaciones, destacan las inversiones de Alas en vivienda asequible en Madrid y Barcelona o la adjudicación al grupo Salas del plan Plan Suma Vivienda en la capital española.
El otro tercio de la inversión en residencial se concentró en el segmento de las residencias de estudiantes, con Barcelona y Valencia a la cabeza. La mayor operación fue la venta de un activo de Hines y Henderson Park a Ardian y Rockfield en el 22@. Finalmente, el flexliving concentró el resto de la inversión en una docena de operaciones en Madrid.
El segundo gran grupo de inversión fue el mercado hotelero, que cosechó 1.655 millones de euros, un 9% menos que el mismo periodo del año anterior. La ligera caída no significa que el sector se encuentre en un momento pletórico gracias a los fundamentales del turismo, con mejoras de rentabilidad por habitación e incremento de visitantes en el país. Los grandes protagonistas del sector son cadenas hoteleras que aprovechan el buen momento del sector para reforzar su patrimonio, con operaciones como la de Spring Hotels, que adquirió el complejo Marenostrum en Canarias por 430 millones de euros
“Hay una polarización de la inversión hacia los segmentos de cuatro y cinco estrellas y los low cost. De esta forma, el interés es menor por los hoteles de dos o tres estrellas”, comenta la consultora. Por otra parte, los activos vacacionales recuperan el liderazgo de las inversiones tras varios años en segundo término frente a los hoteles urbanos. Así, el 38% de la inversión se concentró en Canarias, seguido de Barcelona (22%) y Baleares (14%).
El sector residencial se destaca como el favorito de los inversores tanto en España como en Europa
El tercer gran foco de los inversores fueron los activos comerciales, con cerca de 1.631 millones (+39%), gracias al interés de los inversores por los centros comerciales. Tras las dudas que despertaron en la pandemia de la covid, estos activos presentan indicadores de actividad de récord. De esta forma, representan el 65% de la inversión en retail . En los seis primeros meses del año, se registraron cuatro operaciones de más de 100 millones de euros: Ballonti (120 millones), Bonaire (305 millones), Madrid Xanadú (200 millones) y Espacio Mediterráneo (135 millones).
Goicoechea explica que el cuarto segmento con mayor inversión fue el de oficinas, que justo antes de la pandemia era el principal motor del mercado inmobiliario, con 1.175 millones de euros (+40%). “Arrancamos el año con un primer trimestre catastrófico, pero se ha reactivado con fuerza”, explica. La mayor operación del año fue la compra de la sede de Amazon en Madrid por 300 millones y la sede de Planeta por 250 millones. La cifra podría ser todavía mayor si se tuviese en cuenta los activos adquiridos para reposicionarlos hacia otros sectores. En total, se trata de operaciones por valor de 200 millones de euros para su transformación hacia residencial u hotelero.
