Los extranjeros impulsan el PIB
En portada: inmigrantes y mercado laboral
Suman un récord, con más de tres millones de afiliados, el 14% del total, con un impacto determinante en el crecimiento económico
El salto a la normalidad de la segunda generación
El sector de la hostelería es el que tiene mayor porcentaje de inmigrantes
Son muchos, vendrán más y son indispensables para el crecimiento. Sobre esto no hay dudas. Los trabajadores extranjeros son una de las claves del aumento del PIB de España de los últimos años, un incremento muy por encima del que registran las otras grandes economías europeas.
Las cifras hablan por sí solas. En el mercado laboral, hemos pasado de unos dos millones de afiliados extranjeros en el 2019 a los casi 3,1 millones en este pasado mes de septiembre. El récord absoluto se marcó en junio de este año y ahora en septiembre, después del bajón habitual de agosto, se mantienen muy cerca de esta cifra. Un gran salto en seis años que también se aprecia en los porcentajes. En agosto del 2019 eran el 11% del total de afiliados, y ahora son más del 14%.
Marruecos y Rumanía son los países que aportan más inmigrantes, con más de 335.000 cada uno
Un incremento de la presencia de extranjeros en el mercado laboral que se corresponde también con las cifras de crecimiento del PIB. Una España en la que, después de la revisión al alza del crecimiento del segundo trimestre hasta un 0,8%, los economistas ya prevén que el PIB subirá este año un 3%. La proyección del Banco de España es que sea del 2,6%. Se puede comparar el dato con la anémica Alemania, que en el 2025 tendrá un crecimiento plano, con el 0,6% de Francia o el 0,7%, de Italia, según las previsiones de la Comisión Europea.
Su presencia gustará más o gustará menos, probablemente poco, visto el debate creado sobre el impacto de la emigración que ha pasado a la primera línea política, pero en el terreno económico, los datos son elocuentes sobre este impulso que está dando la inmigración al crecimiento.
Los inmigrantes suman medio millón de afiliados en este sector, casi un tercio del total
Hay otra cifra, que aporta el economista Raymond Torres, director de coyuntura económica de Funcas, que también ayuda a visualizar este impacto. Entre el 2019 y el 2025, la población extranjera que tiene entre 15 y 64 años, por tanto, en edad de trabajar, ha aumentado en 1,6 millones. En el mismo periodo, nacionales de la misma franja de edad hay 15.000 menos.
Una tendencia de llegada de trabajadores extranjeros que seguirá al menos en el futuro inmediato. “De momento, sigue. Hay un efecto bucle, se combina la buena marcha de la economía y la llegada de inmigrantes”, explica Raymond Torres.
Baleares es la comunidad con más porcentaje (24%) de trabajadores inmigrantes por la hostelería
Una presencia extranjera que tiene efectos económicos y también sociales, con un aumento en los últimos meses del debate sobre la inmigración, salpicado tanto de cifras como de bulos. El economista canadiense David Card, premio Nobel de Economía, que ha trabajado a fondo el impacto de la emigración en el mundo laboral, explicó esta semana en Madrid que en la formación de la percepción que tiene la sociedad cuenta relativamente poco el tema económico. En los actos del 40.º aniversario de Fedea, Card se preguntó si la evidencia era lo que importaba, y la respuesta es que no demasiado. Su cálculo es que a un 80% de la gente le preocupa los efectos de “composición”, es decir, raza, etnia, religión, lengua; con lo cual, el impacto económico de la inmigración importa algo, sí, pero poco.
Card citó también un reciente sondeo en Estados Unidos en el que aparecía que el 29% de encuestados estaba de acuerdo en que “los inmigrantes están invadiendo nuestro país y reemplazando nuestro background cultural y étnico”. Es decir, una posición que avalaría la denominada teoría del reemplazo.
La previsión de crecimiento del PIB para este año es del 2,6%, según el Banco de España
Raquel Carrasco, catedrática de Economía en la Universidad Complutense de Madrid y colaboradora en Fedea, ha recopilado estudios publicados en los que aparecen constataciones de que la llegada de inmigrantes no ha tenido impacto negativo en el trabajo de los nativos ni los ha perjudicado. “Ha tenido un efecto de complementariedad”, explica Carrasco, que aporta datos para desmontar el mito que relaciona inmigración con criminalidad.
Cuenta cómo, aunque la población extranjera pasó de 3,7 millones en el 2005 a 7 millones en el 2023, la tasa de criminalidad ha caído nueve puntos en este periodo. Es cierto que el número de condenas entre las personas de nacionalidad extranjera es mayor que la proporción que le correspondería, pero aquí intervienen factores como que entre los inmigrantes hay más presencia de varones jóvenes y de bajo nivel educativo, un grupo más propenso estadísticamente a cometer delitos. Es lo que explicaría esta aparente distorsión.
Raquel Carrasco también analiza los efectos de la regularización del 2005 en España, que otorgó permiso de trabajo a unos 600.000 inmigrantes no comunitarios que ya residían el país, y la conclusión es que tuvo efectos económicos y fiscales claros, sin generar los impactos adversos frecuentemente esgrimidos en el debate político.
Es el porcentaje de afilados extranjeros en Catalunya es del 19%, un total de 720,000
En concreto, especifica que esta regularización no produjo efecto llamada, que no hubo impacto negativo en el empleo formal de los nativos y que disminuyó el empleo informal tanto de inmigrantes como de nativos poco cualificados. De estos inmigrantes regularizados, muchos comenzaron en el sector doméstico, pero después se movieron hacia la hostelería y el comercio, con mejores condiciones en el medio plazo. Se le añade también un aumento de recaudación por cotizaciones sociales e IRPF, sin que se detecten incrementos de gasto en sanidad y educación.
Una regularización que, según estos datos, funcionó, pero que ahora mismo es difícil que se repita una operación similar. Las posibilidades de adoptar otra regularización de unas 500.000 personas, que antes del verano se intentó impulsar, son mínimas.
La construcción es uno de los sectores con más trabajadores extranjeros
Es cierto que el año pasado el Congreso de los Diputados aceptó tomar en consideración la iniciativa legislativa popular (ILP), con solo la posición en contra de Vox. En aquel momento, el PP votó a favor, en parte por la fuerte presión que realizó la Iglesia católica, dado que Cáritas es una de las organizaciones que promueve la iniciativa.
Sin embargo, los tiempos han cambiado. Ahora el PP mantiene un discurso migratorio más duro, mientras que Junts también sigue un camino parecido, y aunque la izquierda presiona al Gobierno, es difícil que esta regularización siga adelante, tanto desarrollando la ILP o en forma de decreto ley. Hubo un intento de acelerar el proceso antes del verano, pero fracasó, y ahora no parece que el ambiente ni las mayorías parlamentarias, sean propicias a esta medida.
Los extranjeros han pasado de ser dos millones en el 2019 a casi 3,1 millones en el 2025
En el momento de analizar en qué sectores se concentran los trabajadores extranjeros no hay sorpresas. Es básicamente en los de bajo valor añadido. De este modo se entiende cómo suponen el 30% de afiliados en la hostelería, con medio millón de afiliados, y el 22% en la construcción, con 229.000. Mientras, en el Sistema Especial Agrario, los 200.000 afiliados extranjeros suman el 34% del total, y en el del Hogar, los 142.000 acumulan el 42% del total.
Si aplicamos la formula de “dime en qué sector trabajas y te diré dónde estás”, la hostelería explica la concentración de trabajadores extranjeros en Baleares, una zona en que el 24% de afiliados son extranjeros. De un total de 666.000, 163.000 son inmigrantes. En porcentaje le sigue Catalunya, con un 19%, y muy cerca les acompañan Aragón, Valencia, y Madrid. En el otro extremo, donde menos extranjeros hay es en Extremadura, menos de un 5%.
Porcentaje de afiliación extranjera sobre el total es del 14%
Por países de procedencia, de donde vienen más extranjeros al mercado laboral es de Marruecos, con 343.000, seguido de cerca por Rumanía, con 335.000. Les siguen Colombia, Venezuela e Italia, cada uno por encima de los 200.000 trabajadores en España. Y a más distancia, 126.000 trabajadores chinos. En el caso de Ucrania, y con la salida de muchos de sus nacionales por la guerra con Rusia, su número se eleva a 78.000, según los datos de afiliación del mes de agosto.