Facet: más allá del diamante

Mundo empresarial

La compañía factura 26,2 millones de euros con el diseño, producción y distribución de joyas a marcas y pequeñas joyerías

Jose Miguel Serret, consejero delegado de FACET

Jose Miguel Serret, consejero delegado de Facet

LV.

Las pequeñas joyerías de toda la vida confían desde hace décadas en la experiencia de Facet, un distribuidor de diamantes y fabricante de joyas nacido en 1987.

El grupo familiar, con sede en Barcelona, tiene plantas de producción en Córdoba y en Bombay y hace bandera de ser de los pocos fabricantes españoles que controla toda la cadena de valor: desde el diseño de la joya hasta la venta, pasando por todas las fases de fabricación. Pulseras, anillos, cadenas, cierres, cadenas, de plata, oro y diamantes... el catálogo es extenso.

La familia Serret también impulsa la plataforma Tracemark, de trazabilidad de toda la cadena de valor

Sin embargo, Facet empezó sin controlar toda la cadena de producción. Desde finales de los 80 hasta mediados de los 2000, la empresa se dedicó a la comercialización de diamantes tallados, así como a la clasificación de los mismo por tamaño, pureza y valor. Fue en el 2005 cuando abrió la fábrica en India y en 2020 cuando apostó por una planta en el Parque Joyero de Córdoba, ciudad con fuerte tradición en esta industria. En esta ciudad andaluza, la compañía desarrolla los productos más sofisticados y tiene maquinaria equipada con tecnología de diseño e impresión 3D.

“Llevamos casi 40 años en el mercado y nos hemos consolidado en España y el mercado internacional: acabamos de reforzar nuestras filiales en Estados Unidos y en Alemania dedicadas a la distribución de los productos. Vendemos a empresas detallistas y grandes marcas de joyería”, apunta José Miguel Serret, fundador y propietario de la compañía.

Con este modelo de negocio, Facet alcanzó unas ventas de “26,2 millones de euros el año pasado y obtuvo un resultado positivo de 460.000 euros”, asegura Serret. Este año, el directivo pronostica mantener estables los ingresos en alrededor de los 26 millones de euros. La plantilla se sitúa en torno a las 300 personas, de las cuales unas 90 trabajan en España, repartidas entre la sede central de Barcelona y la fábrica de Córdoba.

De manera paralela, la familia ha impulsado otra sociedad independiente llamada Tracemark. Bajo el liderazgo de Berta Serret (hija del José Miguel), esta compañía ha desarrollado un sistema tecnológico de trazabilidad de cada joya, de manera que permite al consumidor conocer el origen y recorrido de cada pieza, desde la materia prima hasta el producto final.

Nacida en el 2020, esta compañía factura alrededor de 200.000 euros anuales y tiene como clientes a varias empresas de joyería, como Facet, Tous, Tamara Comolli, Maison Roca o Duran Joyeros, entre otros.

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