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Metamorfosis eléctrica en el corazón alemán de BMW

Automoción

La centenaria fábrica de Munich muta para albergar la estrategia electrificada Neue Klasse de la automovilístic

La planta de Munich fabrica mil vehículos diarios

LV

La centenaria fábrica de BMW de Munich (Alemania) sabe bien qué significan los grandes cambios. Fundada en 1922, en unos terrenos próximos a la capital del estado federado de Baviera, sus primeros pasos fueron como fabricante de motores de aviación y, posteriormente, de motocicletas. No comenzó a producir automóviles hasta 1952, y diez años más tarde, fue la primera en ensamblar los iniciales Neue Klasse de BMW de aquella época, un punto de inflexión para la marca, que la impulsó globalmente y que cambió sus estándares como empresa.

BMW desarrolla ahora una nueva Neue Klasse, su apuesta por una estrategia de electrificación, digitalización y economía circular que no solo supondrá 40 nuevos modelos y renovaciones totalmente eléctricos y más de 10.000 millones en inversión. Supone un replanteamiento completo de la cadena de valor de BMW y la transformación de la pequeña fábrica de Munich es la muestra. La llaman “la fábrica de los cinco minutos” porque es lo que se tarda en recorrerla andando.

Desde el 1922

La fábrica de vehículos de BMW en Múnich es una instalación que se inició con la producción de motores para la aviación y posteriormente, motocicletas

“Queríamos llevar esta planta con nosotros al futuro”, explica Ilka Horstmeier, directora de relaciones laborales y miembro del consejo de administración de la automovilística, a un grupo de periodistas internacionales en la propia planta muniquesa. En lugar de abandonar el espacio o convertirlo en viviendas, en el 2020 decidieron transformarla para la producción de los vehículos eléctricos de la Neue Klasse sin detener en ningún caso la fabricación en marcha, de alrededor de mil coches diarios. En un proceso participativo, con la colaboración de la propia ciudad, se diseñó un nuevo espacio fabril pero también de formación, el Talent Campus, y abierto a los ciudadanos.

El proyecto, con un presupuesto de 650 millones, se ha diseñado con la misma precisión “que un concept car, un modelo que inspire el desarrollo futuro”, detalla Horstmeier. Como es el BMW iX3, el primer sedán de la nueva línea que se fabricará en Munich a partir del 2026, a la vez que el resto de producción actual. Desde el 2027, allí solo fabricarán vehículos eléctricos.

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Pero toda transformación supone perder algo. En el corazón de la fábrica se encontraba la planta de motores más antigua de BMW, con 1.200 empleados que fabricaban motores de seis, ocho y doce cilindros. La decisión fue cerrar la instalación, y trasladar la fabricación a Austria y el Reino Unido, para construir una nueva línea de montaje de vehículos. Horstmeier cuenta el proceso con emoción porque ella misma dirigió la instalación entre el 2010 y el 2012: “Lo hablamos con los trabajadores con antelación, les aseguramos que la planta tiene más futuro así, dimos un calendario de cómo iba a ocurrir y recolocamos a la mayoría”. En el 2023, cuando se completó el cierre, aún hubo lágrimas, cuenta la directiva.

La historia de Munich es así una metáfora de la transformación de BMW. La reconversión no solo ilustra la transición tecnológica, sino también la transformación cultural y social. “De la producción de motores térmicos al liderazgo en electromovilidad, manteniendo su herencia y sus trabajadores”, dicen.