Uber: “Barcelona quiere regresar a los años 90”

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Felipe Fernández, director general en España de la plataforma de movilidad urbana, lamenta las trabas regulatorias en Catalunya

7June2023 © Tomàs Moyà / Photographer www.tomasmoyaphoto.com

Felipe Fernández, director general de la compañía en España, Portugal y Andorra

LV

Uber pronto cumplirá diez años en el mercado español. Un aniversario con sabor agridulce, especialmente a causa de su presencia en el mercado catalán. A pesar de tantos años operando en Barcelona, la plataforma de Estados Unidos sigue inmersa en una recrudecida batalla contra el taxi y un marco legislativo que en varias ocasiones le ha resultado desfavorable.

“Barcelona quiere regresar a los años noventa poniendo palos a las ruedas a la tecnología y al sector de los VTC. Ahora la Generalitat prepara otro decreto que prácticamente nos quiere hacer eliminar”, lamenta Felipe Fernández, director general de la compañía en España, Portugal y Andorra.

Según el directivo, la polémica en Barcelona supone “un caso muy único en Europa, uno de los peores que está sufriendo en el continente”. El grupo lamenta la inseguridad jurídica en este territorio, con tres decretos diferentes en menos de diez años y ahora, la elaboración de un cuarto decreto que, si la Generalitat tira adelante tal y como está planteado, puede suponer una fuerte restricción a su operativa.

Unos 5.000 taxistas colaboran con la plataforma en el conjunto de España, de los cuales 2.000 en Barcelona

Fernández añade que esta inseguridad jurídica está frenando su expansión en otras ciudades más allá de Barcelona y su área metropolitana. “A causa de ello, también estamos paralizando nuevas inversiones en servicios y tecnología, así como la posibilidad de incrementar el tamaño de las oficinas en Barcelona”. Ahora, la compañía emplea en la ciudad unas 50 personas (de un total de 250 en el conjunto español) que trabajan sobre todo enfocadas a la división de reparto a domicilio Uber Eats.

A pesar de los problemas en la capital catalana, Fernández muestra su compromiso con la ciudad: “no tenemos previsto irnos, Barcelona seguirá siendo una apuesta clave para Uber”, asegura. En la ciudad, 17 millones de personas han abierto la aplicación para pedir un viaje y alrededor del 60% de los clientes finales tienen un perfil internacional a causa del turismo.

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Más allá de la polémica en el mercado catalán, Uber mantiene una firme apuesta por España. Fernández asegura que este país es el tercer mercado más importante de Europa –solo por detrás de Reino Unido y Francia– y que ocupa el ranking del top 10 en todo el mundo. “Vemos unan gran adopción por parte de los ciudadanos. Ya estamos probando el coche autónomo en Madrid”, asegura el directivo, que no puede compartir datos al ser un grupo cotizado en Estados Unidos.

En total, la compañía opera en 17 ciudades españolas. De momento, quiere afianzarse en estas localidades, aunque no descarta nuevas aperturas. Ahora, Uber ha puesto el foco en el mercado andorrano, donde acaba de aterrizar con una flota de 20 vehículos. “Hay mucha demanda y ahora empieza la temporada de invierno”, comenta.

España es el tercer mercado en Europa y la plataforma ya está probando el coche autónomo

Uber también quiere minimizar la polémica contra el taxi ya que asegura que un total de 5.000 taxistas utilizan su plataforma para obtener viajes que complementan su trabajo. De hecho, de este total, unos 2.000 se encuentran en Barcelona, donde precisamente el sector es más beligerante. Esta colaboración supone una fuente de negocio para Uber, que cobra una comisión del 12% a los taxistas por el uso de su servicio.

Este gigante tecnológico también tiene un papel destacado en el reparto de comida a domicilio a través de la plataforma Uber Eats. Fernández elude su responsabilidad frente al negocio ya que éste depende de Courtney Tims, la directora general en el sur de Europa de esta división.

En todo caso, Fernández defiende que la plataforma cumple con la normativa laboral a pesar de haber recibido advertencias de la Inspección de Trabajo por seguir operando con flotas de mensajeros autónomos cuando la normativa exige lo contrario.

El año pasado, el grupo quintuplicó sus beneficios hasta los 9.856 millones de dólares (9.466 millones de euros) mientras que la cifra de negocio de la plataforma ascendió a 43.978 millones de dólares (42.236 millones de euros), un 18% más.

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