Marta Blázquez, la primera mujer al mando de la federación de concesionarios de España Faconauto, es un torbellino de actividad, siempre dispuesta a coger teléfono, altavoz, maleta o lo que sea necesario para que el sector al que lleva siete años representando, primero como vicepresidenta y después como presidenta, no pierda peso ni rentabilidad en la transformación hacia el vehículo eléctrico. Apuesta por los planes de ayuda no solo para la electrificación sino para la renovación total del parque y apunta a las clases medias como clave del cambio. Para ella, convencer al cliente es clave y solo se consigue a través de más gama, mejores precios y flexibilidad en la reducción de emisiones.
“Por primera vez, tenemos un marco legal de ayudas que piensa en todos los españoles”
La actualidad manda, así que toca empezar preguntando por la reciente decisión de Bruselas de eliminar el veto a los motores de combustión en el 2035. ¿Qué le parece esta medida?
Este paso se produce porque Europa ha reconocido la necesidad de adaptar los objetivos de reducción de emisiones a la realidad del mercado y del ciudadano. La Comisión Europea ha identificado correctamente que una parte importante de las dificultades para avanzar en la transición está en el acceso del consumidor final al vehículo eléctrico, tanto por precio como por condiciones reales de uso. En ese sentido, encaja también la apuesta por impulsar un coche eléctrico europeo accesible, que permita democratizar la electrificación. En cualquier caso, estos objetivos no se alcanzarán sin un plan ambicioso para todo el sector, que sitúe al ciudadano en el centro y vaya acompañado de medidas eficaces de estímulo a la demanda y de un despliegue acelerado de la red de recarga.
Volviendo al sector que representa, dice que el 2025 ha sido un año de buenas noticias para los concesionarios. ¿Por qué? ¿Cómo lo evalúa?
Veníamos de años muy duros, con mercados deprimidos. Nosotros insistíamos en que había que reaccionar, que en esta transición se les había olvidado el cliente, Así que lo vemos como un año de inflexión, donde el cliente ya entra en la ecuación. La democratización de la electrificación y la renovación del parque solo se pueden lograr si se activa a las clases medias.
¿Qué necesitaba el cliente que ahora tiene, en su opinión?
En primer lugar, precios más asequibles en los vehículos electrificados. Este año hemos tenido más gama y más variedad de precios. Además, aunque la gestión es mejorable, las ayudas del Plan Moves han empezado a recibirse y eso genera ruido positivo en el mercado. La ampliación del plan Moves con 400 millones de euros hasta el 31 de diciembre, para atender a la lista de espera y promover nuevos pedidos, es importante porque ayuda a mantener la inercia del mercado. También se han superado barreras, la autonomía de los coches es más alta, hay más puntos de recarga, hay más claridad sobre dónde están y su estado... Y luego, hay políticas incentivadoras como los aparcamientos gratuitos en las zonas de bajas emisiones, que deberían tener reglas homogéneas en todas las ciudades para no confundir al usuario. Estos elementos han hecho que hayamos pasado de una cuota de mercado del 11,4% para los vehículos electrificados a terminar por encima del 20% acumulado.
¿Y el mercado general?
Crecemos por encima del 15%, el segundo mercado de Europa que más lo hace. Esto se debe a que varias comunidades autónomas han puesto en marcha planes de ayuda para todas los tipos de motor, no solo para la electrificación. Estos planes autonómicos han supuesto 120.000 unidades vendidas. El sector necesita vender, no solo por volumen sino para renovar el parque viejísimo, inseguro y contaminante. Y para eso, se necesitan todas las tecnologías.
Para el 2026, estiman un mercado de 1,3 millones de unidades, con un tercio de las ventas para la electrificación. ¿Es ya un mercado natural para España?
Si, ya son cifras de mercado normales, suficientes para que ningún eslabón de la cadena lo pase mal
“Está siendo un buen año, aunque un tercio de los concesionarios todavía no está en números negros”
¿Qué factores impulsarán el mercado en el 2026?
Para el 2026, hay previstos 400 millones de ayudas a la compra y 300 millones más para puntos de recarga en carreteras, que indirectamente impulsa el mercado. Además, la ley de Movilidad Sostenible obliga a la creación de un plan nacional de renovación del parque automovilístico complementario a las ayudas a la electrificación. Por primera vez, tenemos un marco legal y de ayudas que piensa en todos los españoles.
¿Creen que las ayudas a la electrificación del 2026 serán similares a las del 2025?.
Probablemente no serán tan cuantiosas como las del 2025. Este año se destinarán unos 800 millones a la electrificación (incluyendo la deducción del 15% en el IRPF), mientras que el año que viene, la certeza es de 400 millones. En este escenario, creemos que es mejor ajustar las ayudas para beneficiar a un espectro mayor de clientes con menos cuantía, en lugar de dar las mismas ayudas a menos gente.
¿Las comunidades autónomas están preparadas para gestionar la extensión de fondos adicionales antes del 31 de diciembre?
Creemos que en la parte del Moves 3 no habrá problemas, porque las comunidades ya están habituadas. La incógnita se centra en cómo se tramitarán los 400 millones del 2026. El anuncio del presidente del Gobierno fue que se haría de manera centralizada. Estamos a disposición del Ministerio de Industria para que las ayudas lleguen más rápido, siempre y cuando no se nos pida adelantarlas. No podemos asumir ese riesgo.
¿Cómo les está yendo a los concesionarios en términos de rentabilidad?
Está siendo un año bueno en volúmenes y en rentabilidad comparada. Aunque la rentabilidad actual se sitúa en el 1,38%, cuando debería estar en torno al 3%, ha habido un crecimiento. La mejor noticia es el dinamismo del mercado.
¿Están satisfechos?
Sí, aunque un tercio de los concesionarios todavía no están en números negros. Nos preocupa la viabilidad de esas redes. Pero ha sido un buen año y todo indica que es un buen escalón para un buen 2026
¿Qué impacto han tenido las nuevas marcas, especialmente chinas en la configuración de la red actual?
En volumen total, el número de puntos de contacto se está manteniendo. Las nuevas marcas han aprovechado el espacio que han dejado otras marcas, que ya no tenían recorrido, y se ha dado contenido a las instalaciones. Sin ellas, igual hubiéramos asistido a cierres. En términos de negocio, la primera buena noticia es que contaron con los concesionarios existentes para llegar al cliente y con unas buenas condiciones para sus redes desde el inicio de la relación.
¿La llegada de más marcas nuevas impulsará aún más el mercado?
Parte del crecimiento del 2025 se debe a una mayor oferta general de todas las marcas, incluyendo los nuevos players y el próximo año seguirá teniendo buen recorrido en parte por los nuevos productos, tanto de marcas chinas como de fabricantes tradicionales. Las nuevas ofertas y gamas medias, tanto de fabricantes europeos tradicionales como de los nuevos players, contribuyen al ascenso del mercado y la electrificación.
¿Cómo cree que deberían establecerse estas nuevas marcas en España?
Lo mejor sería que estos grandes players no solo traigan oferta, sino que también fabriquen en España. Esto generaría mayor valor añadido, permitiría aprender de su tecnología y, si deciden instalar fábrica, nos posicionaría como una tierra abierta a nuevas inversiones.

