La alternativa a la tarifa regulada para ahorrar más en las facturas de luz y gas

Bolsillo

Las compras colectivas de energía se abren paso entre los consumidores españoles como una vía para conseguir la mejor oferta del mercado

Un hombre comprueba su factura de la luz junto a los contadores de su comunidad de vecinos

Un hombre comprueba su factura de la luz junto a los contadores de su comunidad de vecinos

Mané Espinosa / La Vanguardia

El hábito de renegociar los contratos de suministros puede generar ahorros recurrentes con un esfuerzo mínimo, tan solo dedicando un tiempo a comparar ofertas. Con este sencillo trámite, un hogar que pague, por ejemplo, 70 euros mensuales por la electricidad y logre reducir su factura en un 20%, podrá ahorrar 168 euros al año. Este tipo de ahorro se puede lograr a través de la compra colectiva de energía, una tendencia en auge entre los consumidores y una alternativa clara a la tarifa regulada, que no siempre sale a cuenta.

El problema radica en que los consumidores domésticos y las pymes suelen tener en general poco conocimiento sobre el mercado energético, lo que dificulta que acaben contratando la tarifa que mejor se adapta a sus necesidades. A esto se suma la presión que suelen recibir a través de insidiosas llamadas telefónicas de las comercializadoras para intentar que acepten ofertas que “en muchos casos resultan ser engaños”, explica Alberto Basté, cofundador y socio de Spock y experto en negociación y contratación de suministros de energía. La consecuencia directa es que muchas veces "cambian de tarifa sin valorar si realmente les merece la pena, lo que acaba derivando en frustración cuando descubren que no pagan menos e, incluso, en ocasiones acaban pagando más”.

Una mujer mayor mira con lupa la letra pequeña de la factura de la luz

Una mujer mira con lupa la letra pequeña de la factura de la luz

 Xavier Cervera / La Vanguardia

Desde principios del milenio comenzaron a surgir las compras colectivas, en las que un grupo numero de consumidores se une para negociar con las compañías de suministros de luz y gas una tarifa barata que se aplique durante un periodo determinado de tiempo (normalmente un año). Iniciativas que en España impulsan entidades como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el comparador de tarifas energéticas Selectra y, desde finales del 2022, Spock. “Antes de participar en la compra conjunta de energía, la startup “evalúa de manera objetiva y transparente” si la tarifa que ya tiene el consumidor “es mejorable” y, si es que sí, cuánto pagaría con la mejor oferta que ha negociado Spock, explica Basté. 

En el mercado existen otras herramientas similares, como el comparador de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), al que se accede de manera directa desde cualquier factura de luz y gas y que permite consultar las ofertas de gas disponibles para consumidores domésticos y pymes y las ofertas de electricidad para consumidores de baja tensión. Si bien el comparador del organismo público puede resultar útil para saber si se está pagando un precio razonable por la energía que se consume, solo muestra las ofertas que las comercializadoras le envían de manera voluntaria. Sin embargo,  "muchas de las mejores ofertas no se publican”, asegura Basté. 

Hasta el 25%

El ahorro medio varía en cada compra colectiva

En este sentido las compras colectivas tienen como objetivo conseguir tarifas más ventajosas que las ofertas que publican los operadores de gas y luz. Enrique García, portavoz de la OCU, explica que la organización lleva a cabo este proceso cuando las condiciones del mercado garantizan un ahorro real. “En el caso del gas, ha ocurrido este año que debido a la situación del mercado, no ha habido una oferta que mejorara la Tarifa de Último Recurso (TUR) y, por tanto, la subasta ha quedado desierta”, señala.

Desde el 2013, la organización de consumidores ha realizado ocho compras colectivas de energía. El ahorro medio que ha conseguido ha variado en cada una de ellas. Por ejemplo, en la última subasta, en la que resultó ganadora la comercializadora Wekiwi, los 80.000 consumidores que se inscribieron pagaron de media 150 euros al año menos en este suministro. Por su parte, desde Spock, que organizó unas diez compras colectivas el año pasado, estima un ahorro medio del 25% en las facturas de los 60.000 consumidores que le confiaron la elección de su compañía de la luz o del gas a través de este procedimiento. 

A cambio de promover estas subastas y gestionar los cambios de operadores energéticos, las entidades cobran a las comercializadoras por cada contrato que les consiguen. Esto ha generado críticas hacia la OCU, a quien se ha llegado a acusar de tener un conflicto de intereses. La organización se defiende en su página web, asegurando que la finalidad de ese dinero es simplemente sufragar parcialmente los distintos gastos organizativos, de gestión y comunicación de la compra colectiva. “Estos acuerdos en ningún caso pueden suponer una merma de la independencia de la asociación”, asevera. 

PVPC

¿Salen más a cuenta las compras colectivas que pasarse a la tarifa regulada?

La elección entre tarifa regulada y libre depende de la evolución del mercado. “La tarifa regulada de gas ha estado artificialmente baja debido a medidas gubernamentales, lo que la hacía imbatible frente al mercado libre”, explica Basté. Sin embargo, en electricidad la situación es diferente, ya que la tarifa regulada varía constantemente según el precio del mercado mayorista. Cuando sus precios suben, las tarifas del mercado libre suelen ser más competitivas y, además, ofrecen estabilidad durante un año. Pero cuando bajan, debido a la relajación de los mercados mayoristas, el cambio de tendencia tarda un tiempo en reflejarse en el mercado libre. “O es el cliente quien presiona y busca, o, de lo contrario, paga de más”, agrega el experto.

Aunque puedan conseguirse compras colectivas ventajosas, “la tarifa regulada se sitúa entre las más baratas y para un consumidor no activo es la más recomendable”, aclaran desde la OCU. 

Procesos automatizados

Cómo participar en una compra colectiva

El proceso para sumarse a una compra colectiva es sencillo. En plataformas como Spock, el usuario se registra, introduce los datos de su factura y recibe un análisis comparativo gratuito. Si la oferta actual es mejorable, puede unirse a la compra colectiva y contratar la tarifa ganadora mediante un proceso automatizado que reduce los costes para las comercializadoras y permite obtener mejores precios. “Un mes antes de que finalice el contrato, notificamos al usuario para que pueda participar en la siguiente compra colectiva y evitar que le suban el precio de manera indiscriminada”, explica el cofundador de la startup.

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Pequeños consumidores, personas jurídicas, como las comunidades de propietarios —con contratos de energía que, en general, suelen ser “bastante mejorables”, según afirman desde el sector— y las pymes son los principales interesados en las compras conjuntas de energía en un mercado cada vez más competitivo debido a la proliferación de operadores y nuevos modelos de negocio.

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