Pasado el trago de las pruebas de acceso a la universidad de estos días, llega la decisión trascendental para muchos estudiantes. ¿Qué carrera elegir? ¿Qué profesiones son las más demandadas? ¿En qué sectores hay más trabajo?
Obtener empleo no es fácil. Hacerlo por primera vez y sin experiencia profesional es aún más retador para los miles de jóvenes que salen cada año de la universidad. Saber hacia donde orientarse y qué habilidades desarrollar marcan la diferencia en un mundo laboral más competido.
De acuerdo con Mónica Pérez, directora de estudios de Infojobs, la principal dificultad para ingresar al mercado laboral es “la desconexión entre la formación académica y la demanda real del mercado laboral”. Unos forman en una cosa y los otros piden otra. Además, en muchos casos la precariedad laboral también es un obstáculo para los jóvenes profesionales. Según Mayte Madrid, de Randstad, a los jóvenes les ofrecen “contratos temporales en vez de contratos indefinidos, o incluso a media jornada y por debajo de su cualificación”, lo que dificulta la inserción.
La oficina estadística europea Eurostat cifra el paro juvenil en España en un 25,6% en abril, siendo el más alto dentro de la eurozona. Una cifra que evidencia las barreras a las que se enfrentan los jóvenes profesionales al momento de acceder a un primer empleo.
A pesar de que los jóvenes están tardando en promedio tres meses en acceder al mercado laboral desde la finalización de sus estudios, señala Pérez, los empleos que obtienen al iniciar su vida laboral suelen ser asistenciales o técnicos, pero no profesionales. “Están tardando unos cuatro años en encontrar algo que tenga que ver con lo que han estudiado y algo acorde a su cualificación en jornada completa”, señala Madrid.
Para superar estas barreras, “es determinante elegir titulaciones en sectores que garanticen mejores oportunidades de empleo, especialmente en el futuro, como la informática y las telecomunicaciones, las ingenierías, la sostenibilidad y la salud”, indica la portavoz de Infojobs. Según la Radiografía de empleos y sectores emergentes, publicada por DigitalES y la agencia, “estas áreas están generando nuevas necesidades formativas para adaptar las competencias de los trabajadores actuales y futuros a las demandas de las empresas”.
Informática, telecomunicaciones, ingenierías o salud toman ventaja
Tener un título universitario no es suficiente. También es necesario “desarrollar competencias profesionales y personales valoradas por las empresas como las competencias digitales, el dominio de idiomas -especialmente el inglés-, el trabajo en equipo, la capacidad para trabajar bajo presión y la proactividad”, señala Pérez.
Además, desde Randstad sostienen que “el pensamiento crítico, la resolución de problemas en entornos complejos y la comunicación también son determinantes”. La capacidad de adaptación también es esencial: “Todos necesitamos seguir aprendiendo durante nuestra vida profesional porque todo está cambiando muy rápido”, apunta Madrid.
Las empresas también deben adaptarse a las necesidades de los profesionales para atraer más talento joven. Los nuevos trabajadores buscan flexibilidad, un propósito, y bienestar mental. “Esto no lo ofrece todo el mercado”, señala la portavoz de Randstad. Se plantea un juego de encaje entre lo que buscan las empresas y los jóvenes. Al buscar empleo, además de elegir un grado con altos niveles de empleabilidad y desarrollar habilidades digitales, lingüísticas y personales como se había comentado, en Infojobs añaden como relevante la capacidad de adaptación para acceder y mantenerse en el mercado.


