El ciudadano europeo, y en particular el español, es más ahorrador que el estadounidense: destina alrededor del 13% de sus ingresos al ahorro, frente al 8% de los ciudadanos de EE.UU. Sin embargo, desde el 2009 la riqueza de los segundos ha crecido tres veces más que la de los primeros. Y una de las razones es que los estadounidenses se decantan en mayor medida por los mercados de capitales para rentabilizar su dinero, mientras que los europeos prefieren productos de ahorro líquidos y de bajo riesgo, como los depósitos bancarios.
Con el objetivo de canalizar una parte de los 10 billones de euros invertidos en este tipo de productos hacia inversiones productivas para impulsar la economía, la Comisión Europea se ha marcado como objetivo aumentar la participación de los ciudadanos en los mercados de capitales. Sin embargo, ¿es Europa suficientemente atractiva para el pequeña ahorrador a pesar de su paupérrimo crecimiento y los riesgos que enfrenta el continente?
En opinión de Ariel Bezalel, gestor de inversiones de renta fija de Jupiter Asset Management, “Europa se va a recomponer y a encontrar la manera de resolver su problema existencial”, que radica en la falta de competitividad de su manufactura frente a la de gigantes como China, con una energía y una mano de obra mucho más baratas. “Gran parte de la industria europea atraviesa serios problemas, y esto es lo que nos preocupa de cara al 2026”, reconoce el gestor. Mientras tanto, el país asiático “redobla sus esfuerzos” en el mercado europeo para contrarrestar los aranceles de EE.UU. A esto se suma la crisis política y de deuda en la que se encuentra inmersa Francia y que ha disparado el rendimiento de sus bonos soberanos a largo plazo y su prima de riesgo, por las dudas sobre su capacidad para reconducir su delicada situación.
Línea de montaje del coche eléctrico Volkswagen ID.3, en Dresde, al este de Alemania
En contraste, otras economías europeas han evolucionado en positivo, como es el caso de Italia y España, con un crecimiento que triplicó en el tercer trimestre al de la zona euro. “Si imaginamos Europa como si fuera un donut, en el centro –Alemania, Francia y Reino Unido- la situación es más débil, pero alrededor del donut se observa un crecimiento mucho más sólido”, comenta el gestor de inversiones de renta variable europea Niall Gallagher (Jupiter).
Y no solo nacen brotes verdes en el sur de Europa, sino también en el norte: Irlanda crece a un ritmo aproximadamente del 2,5% anual, similar a lo proyectado para España y Portugal. “Se puede observar que existe un anillo alrededor de Europa donde las tasas de crecimiento son similares a las de Estados Unidos”, comenta Gallagher. Otros factores que son favorables para la inversión: la “resiliencia significativa” del consumidor como consecuencia de las bajas tasas de desempleo, crecimiento salarial, elevado nivel de ahorros y bajos niveles de endeudamiento. Sin embargo, la confianza del consumidor sigue siendo débil.
En el caso español, con su principal índice bursátil –el Ibex- revalorizándose por encima del 30% en lo que va de año, el gestor destaca el tirón de la banca y el papel de grandes empresas como Inditex, Iberdrola, ACS, Iberia y energéticas. A ello se añade el hecho de que los precios de la energía son más bajos que en Alemania y Reino Unido gracias a la contribución de la energía solar y nuclear, lo cual favorece la competitividad. El crecimiento español se explica también, dilucida Damià Rey, director de GVC Institute, por el fuerte auge turístico, los fondos Next Generation EU y una población que va en aumento. La cara negativa es la renta per cápita, que no crece -y, por lo tanto, tampoco el poder adquisitivo de clases medias y bajas-, lo que atribuye en parte a la fuerte presión fiscal, que se encuentra en máximos.
En el actual escenario
¿Cómo mover ficha en el mercado de renta fija?
En el caso de la gestora Jupiter AM, que estaba posicionada de manera muy agresiva en bonos del Tesoro estadounidense a dos y cinco años -con una rentabilidad por encima del 3,5%-, en las últimas semanas se ha decantado por la toma de beneficios al considerar que el mercado de bonos del Tesoro está anticipando reducciones en las tasas de referencia, si bien considera que las últimas leyes aprobadas por el Gobierno de Donald Trump podrían impulsar el crecimiento del país y, con ello, la inflación. En todo caso, la gestora ha reducido su exposición a deuda gubernamental estadounidense trasladándola a Europa, donde también ve probable que el Banco Central Europeo (BCE) acometa algún recorte más de tipos.
En el caso de Reino Unido, el país cuenta con tasas de rendimientos de bonos “muy atractivas” -por encima del 4%-, aunque en las últimas semanas han comenzado a caer con fuerza y la previsión, agrega el gestor, es que sigan en descenso “de manera pronunciada” por el endurecimiento de la política fiscal del país, la reducción de la presión inflacionista y la expectativa de nuevos recortes de tasas de interés. “En nuestra opinión, con los niveles actuales -y elevados- de los rendimientos de los bonos, estos vuelven a resultar atractivos, sobre todo en Europa”.
Pese a ello, recomienda diversificar entre diferentes clases de activos -como metales- y “comprar con cabeza” por la previsión de mayor volatilidad en los mercados de cara al año que viene. En el terreno de la renta fija, desaconseja la compra de bonos gubernamentales de larga duración en favor de los de corto o medio plazo con rendimientos atractivos.
Por su parte, desde GVC Institute recuerdan que los bonos españoles tienen rentabilidades a uno o dos años muy bajas -de alrededor del 2%- y, en cambio, la rentabilidad a largo plazo ha aumentado, lo que quiere decir que “se espera más incertidumbre”. En esta tesitura, la recomendación se centra en los bonos corporativos “bien capitalizados y con buen CAPEX -gasto de capital-, con emisiones en torno al 3-4%”, es decir, de alta calidad crediticia.
“Este tipo de empresas van a dar un tipo de interés superior al de los bonos gubernamentales”, agrega el asesor financiero Víctor Alvargonzález, de Nextep Finance. No obstante, precisa que “hay que elegir muy bien los fondos para que estén compuestos de renta fija corporativa sin vencimientos muy largos y de alta calidad crediticia”. El motivo, argumenta, es que si las entidades financieras empiezan a relajar la concesión de crédito, “puede haber problemas con la calidad de la renta corporativa”.
El corto y medio plazo también se aconseja en la deuda gubernamental, por el hecho de que, señala Alvargonzález, “a l mercado de bonos le preocupa la calidad crediticia como consecuencia del tsunami de gasto publico financiado con deuda, que irá a las grandes empresas europeas”. En todo caso, recomienda al ahorrador conservador una cartera compuesta en un 80% de renta fija -escogiendo fondos de corto o medio plazo- y un 20% de renta variable.
Europa gana terreno
¿Cómo mover ficha en el mercado de renta variable?
La clave para tener éxito invirtiendo en el viejo continente está “en ser selectivo”, prosigue Rey, teniendo en cuenta que nos encontramos “en un ciclo en expansión muy maduro”. En este contexto, la balanza se inclina hacia el mercado europeo, ya que este año “el Ibex está teniendo un desempeño mucho mejor, al igual que Europa en general” tras 15 años de grandes revalorizaciones de la bolsa de EE.UU, muy dependiente de sus “siete magníficas” tecnológicas.
Con el trasfondo del Euro Stoxx 50 y el Ibex en máximos, se intensifica la tentación de aprovechar el tirón bursátil. En este sentido, Rey aconseja “cierta prudencia”, aunque resalta el papel de sectores clave como el sanitario y farmacéutico, así como el energético y el tecnológico, sobre todo en el ámbito de centros de datos. ¿Y la inteligencia artificial? “Pensamos que hay una burbuja importante”, avisa el docente en mercados financieros. En relación al coloso bursátil español, el sector bancario, advierte que ha subido mucho y que podría verse afectado si aumentan los impagos. Por lo tanto, aconseja cautela.
Aun así, Gallagher (Jupiter) sostiene que la banca española “está bien capitalizada y es muy saludable”, por lo que la gestora ha reevaluado sus acciones. También ve gran potencial en transición energética, defensa e infraestructuras. “Mi recomendación sería mantener exposición a EE.UU., pero reequilibrando hacia Europa y Asia”, puntualiza.
Por último, el gestor señala que uno de los principales problemas que tiene Europa es que “hay demasiado dinero en los bancos en detrimento de los mercados de renta variable con un horizonte a 10 o 20 años”. Y esto representa un inconveniente en un continente que envejece y que tiene que asegurar el futuro de sus mayores y, al mismo tiempo, “financiar la transición energética, la logística de defensa y las infraestructuras, que requieren una enorme cantidad de capital privado”, por lo que anima a los gobiernos a establecer incentivos para este fin. Es quizás el momento, por tanto, de aprovechar las oportunidades que se vislumbran en el horizonte europeo.

