Indra crece con Hispasat, pero sigue lejos de competir con los gigantes europeos

Industria militar

El mercado castiga la operación de 725 millones con una caída del 12,7% en bolsa

ESPAÑA DEFENSA:TORRES DE LA ALAMEDA (MADRID), 05/05/2022.-Vista del Vehículo de Combate de Ruedas (VCR) 8x8 ?Dragón del Ejército de Tierra, equipado con estaciones de empleo ligero Guardian 2.0 y Guardian 30. de la empresa Española de defensa Escribano Mechanical&Engineering, durante una exhibición este jueves en Torres de la Alameda, Madrid.- EFE / Sergio Pérez

El blindado VCR 8×8, fabricado parcialmente por Indra, que comienza a recibir el Ejército de Tierra

Sergio Pérez / EFE

Indra quiere jugar la gran liga de la industria militar europea, pero su capacidad de competir contra los gigantes del Reino Unido, Francia, Alemania e Italia es reducida, al menos de momento. La reciente adquisición de Hispasat por 725 millones de euros a Redeia añade un activo más a la compañía nacional de referencia en el sector de la defensa, pero, a pesar de que se trata de la operación más importante en su historia, sus rivales continentales le superan con creces en prácticamente todos los aspectos. Indra aún tiene que recorrer un largo camino para ganar posiciones en la era del impulso del gasto en armamento.

España no fabrica blindados a gran escala ni lleva el peso de la aviación militar. Por ello, Indra plasmó en su plan estratégico explorar nuevas áreas, a la vista de que las guerras modernas se desarrollan en otros escenarios. El espacio es uno de ellos, y ahí se enmarca la compra de Hispasat y, especialmente, la toma de control de Hisdesat, que, según reconoció la semana pasada el nuevo presidente, Ángel Escribano, es el auténtico objetivo del desembolso. Indra busca, por tanto, ganar posiciones en un terreno que la compañía considera de vital importancia: el de los satélites y las comunicaciones estratégicas.

El presidente Escribano espera que los resultados del 2024 “amortigüen” el golpe a la acción

El mercado, sin embargo, no ha entendido la operación, pese a que se cerró en un precio inferior al inicialmente planteado, y ha castigado los títulos bursátiles. Durante la semana pasada, la acción de Indra se desplomó un 12,7% y cayó hasta los 16,10 euros. Hace solo siete meses, se aproximaba a los 22 euros. La dirección del grupo aseguró no sentirse preocupada por la reacción de los inversores y espera “amortiguar” el golpe a final de mes con la presentación de unos resultados del 2024 que se presumen positivos.

Uno de los motivos que podrían explicar la reacción negativa hacia Indra es la limitada capacidad de competir contra los grandes del sector en Estados Unidos. Principalmente, contra Starlink, la sociedad de Elon Musk, y Amazon. De hecho, Indra busca la llamada órbita LEO, de bajo alcance. Las homólogas de Hispasat en el resto de Europa también están siendo penalizadas en el mercado.

BAE Systems, Rheinmetall, Thales y Leonardo tienen una dimensión económica muy superior

Con Hispasat, Indra podría alcanzar una capitalización cercana a los 3.800 millones. En comparación con el gigante británico BAE Systems, el encargado de los cazas Typhoon, la compañía española tiene un volumen diez veces inferior. Lo mismo ocurre con la alemana Rheinmetall o la francesa Thale, que cuentan con una capitalización que ronda los 32.800 millones. La italiana Leonardo dispone, por su parte, de una dimensión económica seis veces superior. Indra también ocupa una reducida parte de la tarta militar europea en cuanto a ventas.

La dimensión de la industria armamentística europea es, además, reducida si se compara con la de Estados Unidos. La líder, Lockheed Martin, a quien Musk criticó a finales del 2024 por su “costoso” programa F-35, alcanza una capitalización de más de 100.000 millones de dólares, y General Dynamics, matriz de la española Santa Bárbara, llega a 70.000 millones.

Pero, pese a la distancia con sus rivales europeos y mundiales, Indra dispone de varios proyectos que, en sus diferentes fases de desarrollo, ampliarán el radio de alcance de la española. El más importante es el FCAS, el futuro avión de combate comunitario. El grupo español participa, por primera vez en la historia, en un proyecto industrial al mismo nivel que Francia y Alemania. Es decir, un 33% del programa es made in Spain , en concreto, las comunicaciones del caza de última generación. Pero para ver al FCAS surcar los cielos aún quedan años, ya que los primeros prototipos están previstos para el 2040.

Más inmediato es el VCR 8x8 Dragón, el blindado en el que participa Indra con un grupo de empresas nacionales. Este programa ha dejado de ser un proyecto para convertirse en realidad. Tras distintos avatares y retrasos, el vehículo superó con éxito hace unos días la prueba de rodadura y fiabilidad, tras recorrer más de 2.000 kilómetros en diferentes condiciones de terreno y llevando al extremo sus capacidades operativas. Las primeras entregas a las fuerzas armadas están previstas para los próximos días.

Otra tesitura que tiene que despejar la alta dirección de Indra es Minsait. “Estamos buscando un socio”, insistió el presidente Escribano hace unos días. El problema es que la división tecnológica es una parte esencial del grupo, de forma que una desinversión podría convertir a Indra en una compañía más reducida.

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