Los expertos temen represalias de Trump contra empresas españolas en EE.UU.

Aumento del gasto militar

Podría aplicar también aranceles a aceite, vino o bienes de equipo y farmacéuticas

FILE PHOTO: US President Donald Trump speaks with NATO Secretary General Mark Rutte as they attend the North Atlantic Council plenary meeting at the North Atlantic Treaty Organisation (NATO) summit in The Hague on June 25, 2025. LUDOVIC MARIN/Pool via REUTERS/File Photo

El presidente de EE.UU.,Donald Trump, habla con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.

LUDOVIC MARIN / Reuters

El presidente de los EE.UU., Donald Trump, clamaba el miércoles contra la negativa del presidente español, Pedro Sánchez, a disparar el gasto militar de España hasta el 5% del PIB. Trump amenazó con hacer a España “pagar el doble” a través de su estrategia favorita, la vía comercial. “Nos lo devolverán en aranceles porque no voy a dejar que esto ocurra”, aseguró el mandatario en la rueda de prensa posterior a la cumbre de la OTAN en La Haya. Y aunque nadie puede ignorar las amenazas del presidente del país más influyente del mundo, lo cierto es que los expertos temen más las represalias a empresas españolas con intereses en el mercado estadounidense que a la aplicación de los mencionados aranceles.

Lo primero de todo, porque la legislación impide que EE.UU. pueda imponer estas tasas aduaneras específicamente a España. “Pertenecemos a un bloque comercial, a la Unión Europea, y los aranceles están consolidados para el conjunto de los países”, enuncia Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas. 

De hecho, tal y como recordó el miércoles el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, EE.UU. ya ha impuesto aranceles a productos europeos que afectan a España: un 10% general, un 50% al acero y el aluminio y un 25% al sector del automóvil. Todas estas tasas están en suspenso hasta el 9 de julio para tratar de llegar a un acuerdo “justo y equilibrado”, pero el marco de la negociación es ese: EE.UU y Europa. “Tenemos que ceñirnos a esta negociación bilateral”, afirmó Cuerpo, sin entrar en conversaciones unilaterales con países.

Otra cosa es, como define Manuel Hidalgo, senior fellow de EsadeEcPol y profesor de la Universidad Pablo de Olavide, que se impongan tasas sobre productos concretos que afecten especialmente a España, pero tendría que ser “una selección casi quirúrgica”. “Trump no puede imponer aranceles desorbitados sobre determinados productos si no invoca cuestiones de seguridad nacional y ahí, sería la Unión Europea la que tendría que tomar represalias”, afirma.

El Gobierno americano puede bloquear la entrada de compañías a mercados públicos de contratación

Podría costarle encontrar la justificación pero lo ha hecho en el pasado y podría volver a hacerlo. Todos los expertos recuerdan cuando en 2018, la anterior Administración Trump impuso aranceles a productos muy importantes para el agro español como son el aceite de oliva y la aceituna negra. En este caso, las mayores exportaciones de España a EE.UU. son bienes de equipo y maquinaria, productos farmacéuticos, aceite y vino. En el caso de imponer aranceles, los dos primeros sectores sufrirían más, afirma Torres, de Funcas, porque “se manufacturan con unas condiciones especiales para EE.UU” mientras que los alimentos “son más homogéneos y tienen demanda global, lo que permitiría, a medio plazo, compensar la caída de un mercado, con otros países”.

Y aún así, no sería lo más adecuado porque España es país de servicios, un mercado netamente importador desde EE.UU. y los aranceles podrían impactar menos y porque, además, es muy difícil imponer gravámenes a España sin que esto salpique a otros socios europeos que podrían verse afectados en mayor medida, como Italia con el aceite o Alemania con la automoción.

El director de Coyuntura de Funcas apunta a otra diana que podría ser más peligrosa y más certera que los aranceles: las represalias sobre empresas españolas con intereses en EE.UU. como por ejemplo, “restricciones en los mercados públicos de contratación de cara a conseguir contratos públicos”, señala. En la misma línea, se manifiesta Javier Cuervo, docente del grado de ADE en UNIE Universidad: “Trump puede ejercer distintas presiones sobre compañías como Iberdrola, Ferrovial o Grifols que tienen mucha presencia allí y dependencia de los contratos públicos. No hay que olvidar que el presidente ya canceló un contrato con Renfe en 2019 y puede aumentar las presiones fiscales, las inspecciones u obstaculizar inversiones”, asegura. Cuervo también pone el acento en la “pérdida de credibilidad como socio fiable que supone aislarse del acuerdo. Es una medida que erosiona el perfil de riesgo de España”, señala.

Las negociaciones sobre los aranceles son bilaterales entre los EE.UU y la Unión Europea

El economista José Carlos Díez traslada el foco de Trump a los socios europeos, señalando que el agravio es mayor para “aquellos que han aceptado pagar”. En la misma línea, Frédéric Mertens, director del Departamento Jurídico y profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia, señala que “España es un país relevante en Europa y esta cuestión está provocando enfado por la falta de solidaridad que los demás entienden que supone no aceptar el incremento de gasto. El mayor problema puede ser la consecuencia europea más que los posibles aranceles”, afirma.

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