Un español trabajará 3,5 años menos que un alemán en su vida

Empleo

En la última década la tendencia es a trabajar más años, según cifras de Eurostat

Unos trabajadores desplazan material de obra en plena ola de calor

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Xavi Jurio

Un español que arranque hoy su carrera laboral trabajará 36,5 años de media. Son 3,5 menos que un alemán, pero casi cuatro más que un italiano. El mapa europeo que dibujan los datos publicados este viernes por Eurostat incluyen grandes diferencias, con picos de 46,3 años de vida laboral en Islandia, que se hunden a 32,7 en Rumanía.

Las cifras, que parten de la participación laboral, marcan el tiempo estimado que trabajará una persona que hoy tiene 15 años. El dato español, pese a avanzar dos décimas, sigue por debajo de la media tanto de la UE (37,2 años) como de la eurozona (37,4). No se trata de que los españoles simplemente trabajen menos, sino de que en el dato impactan factores propios como un mayor desempleo y una incorporación más reciente de las mujeres al mundo laboral, así como una comparativa con países con otras estructuras económicas y necesidades.

“Las tasas de paro altas como la española lastran la vida laboral. Los países con carreras más largas suelen tener una tasa de paro más baja o una tasa de ocupación mayor”, analiza Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas. La interrupción de las carreras por situaciones de desempleo serían más frecuentes en España, incide. Así, en casos en los que no se haya sufrido el paro cree que las vidas laborales serían similares a la de otras naciones. Torres apunta asimismo que la edad de entrada al mundo laboral es más tardía.

Con los citados 3,5 años, la brecha con el panorama alemán ha crecido a su cota más elevada desde la pandemia. Sergi Jiménez-Martín, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra e investigador de Fedea, expone que el dato español está afectado también por una incorporación más tardía de las mujeres al mundo laboral. Los hombres que se están retirando ahora lo hacen con carreras largas, de casi 40 años, mientras que las de las mujeres, pese a extenderse, rondan los 30, dice. “Estamos en un periodo de convergencia en el que la mujer se termina de incorporar”. Las cifras de Eurostat lo corroboran, ya que la vida laboral de un hombre español rondará los 38,3 años, por los 34,6 de las mujeres. 

Hacer la media entre ambos deja una cifra más reducida que en otros países del norte “donde la mujer está incorporada al mundo laboral desde hace generaciones, y desde muy jóvenes”. Se pueden citar los ejemplos de Países Bajos (43,8), Suecia (43 años), Dinamarca (42,5) o Noruega (41,5), con los 40 de Alemania algo más atrás. Las brechas de género resaltan sobre todo entre los italianos. Con 32,8 años, tienen unas de las carreras laborales más cortas. Jiménez-Martín advierte que tradicionalmente la mujer italiana ha tenido una participación más baja y más facilidades para un retiro temprano. De esta manera, los italianos tienen una vida laboral media de 37,2 años, no tan alejada de la media, pero el de las italianas es de 28,2, la más baja de toda la UE, y trastocan su media. Algo similar vive Rumanía.

Un norte con más años, un sur más diferencaido

El sur es más heterogéneo. Si se mira a países vecinos, tanto un portugués (39,3 años) como un francés (37,2) trabajan más. Otro factor que pesa en las comparativas es el de la estructura de la economía. Las vidas laborales más largas se dan en el norte de Europa. “Hay una tendencia norte-sur. El valor añadido de la economía marca la diferencia. En economías basadas en la industria o el conocimiento, más productivas y sofisticadas como las del norte, la experiencia es más necesaria para la explotación de la economía”, comenta Benigno Lacort, experto en economía sénior y profesor de la Universidad Europea. 

“Con más experiencia, más valor tienes. Si la industria es vigorosa, caben todos y duran más”, redunda. Asimismo, la mayor fortaleza deja más estabilidad y menos periodos de desempleo. En el lado contrario, en economías de valor añadido inferior, más dependientes de servicios o turismo como la española, el esfuerzo es más físico y afecta “a los dos extremos, tanto a unos jóvenes a los que les cuesta entrar como a unos trabajadores que buscan salir antes del sistema”. Así, una vida laboral más corta tampoco tiene por qué indicar algo mejor, porque las condiciones de trabajo pueden ser peores o las jornadas más largas.

En cualquier caso, las vidas laborales se van alargando. Tanto en Europa como en España. Comparando con el 2015, la media de vida laboral trepa 1,5 años en nuestro país. Torres, de Funcas, cree que se debe a una tendencia a una reducción del paro, a unas carreras más largas entre las mujeres y a que tendemos a vivir más años, lo que prolonga la edad de jubilación y la vida laboral.

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