Camarasa traspasa el local de Francesc Macià, que se llamará Sotelo

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La familia propietaria salda parte de una deuda total de 3,5 millones y conservará la gestión de la frutería, que se mantendrá en el establecimiento

FRUTERIA RESTAURANTE CAMARASSA DE PLAÇA FRANCESC MACIÀ

El restaurante y frutería Camarasa de Francesc Macià

Mané Espinosa

La histórica cadena de fruterías Camarasa ha logrado saldar parte de su deuda con el traspaso de su buque insignia, el establecimiento de Francesc Macià que es a la vez restaurante y tienda de frutas y quesos gourmet.

La operación se firmó el 5 de agosto y en unas dos semanas se hará efectivo el cambio de imagen y oferta. Está previsto que la treintena de personas que trabajan en el local mantengan su empleo.

Los nuevos propietarios, el dueño de la firma de criptomonedas BitBase, Álex Fernández, y el empresario Tito Bosch, han decidido rebautizar el restaurante con el nombre de Sotelo, según avanzó Crónica Global y ha confirmado este diario. Hacen referencia así a la denominación de la plaza Francesc Macià durante la dictadura. El régimen franquista llamó así al enclave en recuerdo del político conservador José Calvo Sotelo, a quien consideraba un “protomártir”.

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FRUTERIA RESTAURANTE CAMARASSA DE PLAÇA FRANCESC MACIÀ

El dueño de Camarasa, Marc Taribó, explica que, si todo va según lo previsto, conservará la gestión de la frutería, que continuará su actividad en el establecimiento. En cambio, la zona de quesos y charcutería desaparecerá para transformarla en restaurante y zona de copas.

La compañía catalana, que está en concurso de acreedores desde el pasado mes de febrero, debía más de 3,5 millones de euros a varias entidades financieras –CaixaBank, Banco Santander, BBVA y Banc Sabadell– y empresas proveedoras. El traspaso del establecimiento salda sólo parte de este pasivo. Taribó comenta que los atrasos del alquiler del local ya se han abonado, y quedaría parte de los préstamos ICO y de las entidades bancarias, además de una cantidad menor a proveedores. Ahora confía en poder reestructurar la deuda pendiente, que no ha concretado.

El local abrió en el 2022 y ha logrado gran popularidad en la zona alta de Barcelona, pero el esfuerzo inversor y la bajada de facturación de Camarasa al perder los córners de El Corte Inglés ahogaron a la compañía en deudas.

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