Los europeos pagan un tercio más por la cesta de la compra desde la covid

Consumo

El BCE calcula que el precio de los alimentos ha subido un 33% respecto al 2019

FOTO ALEX GARCIA SUPERMERCADO COREANO OLE MART EN CARRER VILLARROEL 2025/08/07. Ola Coreana. La música, la comida y la moda de Corea aterrizan en Barcelona. Tiendas y restaurantes responden al creciente interés por esta cultura asiática.

Un supermercado de productos asiáticos

Àlex Garcia

Si tienen la extraña sensación de que, aunque la economía va razonablemente bien y les han subido el sueldo, aún les cuesta llegar a fin de mes y cuadrar el presupuesto familiar, deben saber que no están solos. Y no es solo una percepción: es la realidad.

El estudio de los economistas del BCE señala que las clases más bajas son las más perjudicadas 

Así lo reconoce un estudio del jueves de varios economistas del Banco Central Europeo (BCE), que han analizado la evolución de los precios de los productos básicos que forman parte de la cesta de la compra de los europeos.

“Cuando la gente va al supermercado, muchos se sienten más pobres. Uno de cada tres se preocupa por no poder permitirse comprar los alimentos que quisiera. Y esto es más que una simple sensación: los precios de los alimentos se mantienen obstinadamente altos. En concreto, un tercio más altos que antes de la pandemia”, escriben los economistas en una nota que tiene un título muy evocador: “when groceries bite” (cuando la compra duele o cuando la cesta de la compra aprieta).

A raíz de la crisis sanitaria y la guerra de Ucrania, la inflación en la eurozona llegó a dispararse un 10,6% en octubre del 2022, para retroceder al 2% en la actualidad. Pero los alimentos van a su propio ritmo, cuando se habla de precios. Alcanzaron un máximo del 15% en el apogeo del ciclo alcista y todavía hoy se encuentran en el 3,2%, es decir una tasa superior al indicador general. Esta divergencia se ha consolidado desde el 2022. “Es excepcional y persistente”, señalan. Y parece destinada a quedarse.

Entre los estados miembros de la eurozona, se va desde los incrementos que han sufrido los ciudadanos de los países bálticos, superiores al 50% desde el 2019, hasta el 20% de Chipre, una cifra algo más baja, pero que sigue siendo notable. En promedio, hablamos de un aumento de los precios alimentarios en Europa del 30%, una cifra que en España sube al 34%.

Los costes energéticos y el cambio climático han influido en el precio de las materias primas agrícolas

Si vamos por categoría de productos, destacan en particular las revalorizaciones del cacao, café, aceite de oliva y mantequilla, todas superiores al 50%. Otros bienes de primera necesidad como el pan (más de un 30%) o la leche (un 40%) han golpeado los bolsillos de los consumidores en los últimos años. Y esto sin contar la carne (cerdo y ternera también registran variaciones similares a las mencionadas).

En promedio, los europeos destinan el 20% de su presupuesto a los alimentos, más del doble que dedican a otros apartados como la energía. Pero el impacto no solo varía según los países, sino también entre las clases sociales. Porque el alza de los bienes alimentarios tiene otra consecuencia perniciosa: profundiza las desigualdades. “Todos tienen que comer. Sin embargo, los precios de los alimentos afectan aún más a los hogares de menores ingresos, para quienes preparar una comida cada día consume una parte mayor de sus ingresos”, recuerdan los economistas del BCE. “Por consiguiente, los más pobres experimentan tasas de inflación efectivas más altas que sus vecinos más ricos, lo que implica que necesitan recortar más en otros gastos para equilibrar sus presupuestos”.

Sobre las causas de este fenómeno, son varias. El encarecimiento de los costes energéticos a raíz de la guerra de Ucrania (en particular el del gas), la revalorización en los mercados de las materias primas agrícolas –algo relacionado con los estragos del cambio climático, desde sequías hasta inundaciones que dañaron los cultivos– así como el aumento de los costes salariales de las empresas del sector, todos han contribuido a elevar el precio en las etiquetas de las estanterías. “Es cada vez más difícil distinguir los factores cíclicos de los estructurales”, reconoce el estudio.

El pasado 15 de septiembre en un discurso la miembro del consejo del BCE Isabel Schnabel dijo que “la inflación de los alimentos se está reacelerando, lo que pone en riesgo las expectativas de inflación de los consumidores”. Con las cosas del comer no se juega.

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