Estamos ante una burbuja industrial de la inteligencia artificial (IA).
Quien lo dice es uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo, el fundador de Amazon, Jeff Bezos, que soltó este comentario durante una intervención en un congreso el viernes en Italia.
El fundador de Amazon considera que a largo plazo la inversión “saldrá a cuenta”
El magnate, no obstante, precisó que esta innovación “saldrá a cuenta” más adelante porque, pese a las altas valoraciones alcanzadas en los mercados, su retorno será tangible al crear un avance sustancial en los tejidos productivos.
“Vivimos en una época en la que están en curso varias edades de oro : la de los viajes espaciales, la de la inteligencia artificial, la de la robótica, y la rapidez de este cambio es fantástica para los emprendedores”, afirmó Bezos, que se atrevió a hacer una comparación con la burbuja punto com de los años 2000.
“Como entonces, los inversores, por la excitación, no distinguen entre las ideas buenas y las malas, pero la IA es real y cambiará todas las industrias”. La definió en este sentido como una burbuja industrial, no financiera, “y lo bello de las burbujas industriales es que, cuando el polvo se asienta, la sociedad obtiene beneficios gigantes de esas invenciones”.
El debate sobre si las empresas de este sector no habrían alcanzado un valor excesivo en relación con las expectativas se ha reactivado esta misma semana después de que OpenAI, de Sam Altman, la matriz de ChatGPT, alcanzara –tras las últimas estimaciones y la reciente inversión de 100.000 millones de dólares por parte del gigante de los chips Nvidia– una valoración de 500.000 millones de dólares, lo que la convierte en la startup más cara del mundo y de la historia (hay que recordar que la firma todavía no cotiza).
Curiosamente, fue el mismo Altman quien encendió hace semanas las primeras alarmas sobre este tema (“cuando se producen burbujas, las personas inteligentes se entusiasman en exceso con lo que en realidad es tan solo una pizca de la verdad. ¿Nos encontramos en una fase en la que los inversores en general están demasiado entusiasmados con la IA? Mi opinión es que sí”).
Justo el mismo día, el viernes en los mercados, la fiesta siguió como si no hubiera un mañana. Los índices bursátiles de Wall Street se anotaron el enésimo récord histórico del año. No tanto esta vez por resultados empresariales o la tecnología, sino por las perspectivas de una rebaja del precio del dinero.
Una nota del Bank of America Global Research pronosticó ayer que la Reserva Federal aplicaría su próximo recorte de las tasas de interés en octubre, en lugar de diciembre, citando unos datos débiles del mercado laboral estadounidense. Esto significa más capital accesible para financiar las empresas startup.
Poco tiene que ver esto directamente con la IA. Pero cualquier pretexto en estos momentos ayuda a subir las cotizaciones y a olvidarse de las burbujas (reales o presuntas) por un rato. Y, si no, pregunten a Jeff Bezos.