El FMI alerta que la estabilidad financiera peligra por el incremento imparable de la deuda

Economía global

El Fondo proyecta que la deuda de EE.UU. llegará al 125% de su PIB en el 2025 a pesar de los ingresos por los aranceles; la de España bajará del 100% a partir del 2026

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El FMI alerta que la estabilidad financiera peligra por el incremento imparable de la deuda

EFE

Aranceles y guerra comercial, estigmatización a los inmigrantes y pérdida de fuerza laboral o inteligencia artificial y dudas sobre si hay una burbuja o no. Estos son factores que figuran en el nuevo catálogo de las preocupaciones de los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Todos estos elementos juegan un papel primordial como signos de tensión en las proyecciones realizadas en el informe de octubre del FMI. Pero junto a estos elementos “de temporada” se encuentra una cuestión clásica como es la deuda pública mundial. Cada vez es más amenazante para “la sostenibilidad y estabilidad del sistema financiero”, en buena medida por un rechazo al alza en el aumento de impuestos, tal como se indica en el Monitor Fiscal presentado por el Fondo este miércoles, en el marco de su reunión anual de otoño.

“La distribución de riesgos es amplia y tiende a que la deuda se acumule aún más rápido”, matiza este documento en el que sobresale de nuevo el lastre de Estados Unidos y el impacto que supone para el resto del mundo, incluso para países con un desequilibrio bastante menor.

“Se desestima la deuda”, lamento Vitor Gaspar, director del departamento Fiscal del Fondo durante la rueda de prensa de presentación, respecto a las prevenciones que se deberían tomar. “La acción fiscal es urgente”, indicó.  

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A pesar de los billones en ingresos extras por los gravámenes, según los cálculos del presidente Donald Trump, la deuda de Estados Unidos no deja de crecer y este año ascenderá al 125% del PIB estadounidense, dos puntos porcentuales más respecto al 2024. Y la proyección es que en el 2030 alcance el 143%. Este sería el equivalente a más del 10% de la deuda pública global que, impulsada por EE.UU. y China (por encima del 100% a partir del próximo año y subiendo), se eleva ya a más de 100 billones de dólares.

Tirando de ese carro la mayor potencia económica, el Fondo proyecta que la deuda pública mundial superará el 100% del PIB para el 2029. En ese escenario, este dato se hallará en el nivel más alto desde 1948. España está en el proceso a la inversa, por cuanto este año se sitúa en el 100,4% y, a partir del 2026, se proyecta una caída sostenida por debajo de ese techo.

“El aumento de los costos del servicio de la deuda ya está presionando los presupuestos”, advierte el informe. Es el pez que se muerde la cola, la deuda no hace más que incrementar la deuda por los intereses.

En este panorama, las valoraciones de los activos financieros están sometidas a un gran esfuerzo, los riesgos son considerables y la posibilidad de propagación a través de ciclos de retroalimentación fiscal y financieros adversos es particularmente preocupante.

Además, el gasto inminente en defensa, desastres naturales, en tecnologías disruptivas, demografía y desarrollo se suman a las demandas de gastos públicos. Y todas estas presiones “vienen junto con líneas rojas políticas claras contra los aumentos de impuestos y una menor conciencia pública de los límites fiscales”, subraya el informe.

La deuda mundial superará el 100% del PIB en el 2029

“La conclusión es ineludible. Empezando por unos déficits y deudas muy elevados, la persistencia del gasto por encima de los ingresos fiscales empujará a la deuda a niveles más altos amenazando la sostenibilidad y estabilidad financiera”, alerta.

El FMI expresa la gran paradoja. Las grandes economías amasan una deuda mayor de ese 100% proyectado. Sin embargo, países como Estados Unidos y China tienen mercados de bonos soberanos profundos y con liquidez, por lo que sus riesgos fiscales se consideran moderados. En contraste, muchos mercados emergentes y países de bajos ingresos afrontan desafíos fiscales más fuertes aunque la deuda sea relativamente pequeña, por debajo incluso del 60%.

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“Priorizar la política fiscal es esencial para apoyar la sostenibilidad de la deuda y preparar colchones fiscales en caso de severos shocks adversos, incluidas crisis financieras”, aconseja el Fondo.

Y lo hace admitiendo que “la ecuación fiscal es muy difícil de resolver políticamente”. Pero insiste que este es el momento para prepararse. “La política fiscal es una política estructural. Desplegar esta estructura mejora las perspectivas de crecimiento y refuerza las sinergias con el sector privado”, reitera el informe. O como dijo hace unos días Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, toca “apretarse los cinturones”.

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