Esta es la mejor ocasión que tiene Pedro Sánchez para disolver el Parlamento y convocar elecciones generales. Al menos así lo creen los caballeros que habitan en las altas torres. Si espera mucho tal vez no vuelva a tener una ocasión similar a esta. Sin embargo, nada impide que vuelva a intentar un triple como hizo en los últimos comicios. En julio el Gobierno estaba contra las cuerdas, pero ahora el PSOE saca al PP nada menos que 15 puntos según el CIS de Tezanos. La ocasión la pintan calva.
Si grazna como un pato, camina como un pato y se comporta como un pato, entonces, ¡seguramente es un pato! Esto es lo que pasa con el presidente del Gobierno. Todas sus acciones dan a entender que utilizará el rechazo de los presupuestos del próximo año para convocar las generales para marzo del 2026. Naturalmente ha dicho hasta la saciedad que no va a ser así y que agotará la legislatura. Sería una mentirijilla pequeña. En la política como en el mus está permitido mentir para sorprender al contrincante, aunque la maquinaria electoral de todos los partidos está siendo engrasada para que no coja a nadie desprevenido.
Precampaña
Ningún ministerio está trabajando en los presupuestos del próximo año; por el contrario, el presidente ha pedido que le organicen el mayor número de actos públicos
En el mundo empresarial también tienen descontado que no habrá presupuestos y que estamos entrando de lleno en la precampaña electoral. Esto supone la parálisis de las administraciones públicas y del incremento del gasto, algo a lo que ya están acostumbrados. De hecho, la economía va por un lado y la política por otro.
A lo mejor todos se equivocan y el inquilino de la Moncloa resiste hasta el final contra viento y marea. Su última genialidad es que se encuentra muy a gusto con los presupuestos del 2023. Tanto que parece estar dispuesto a prescindir de ellos en esta
y en la siguiente legislatura si gana y se mantiene en
el poder, como es su deseo. Según comenta en voz baja su entorno, el coste de perder el poder en esta coyuntura dado el calendario judicial es tan elevado que no se va a atrever. Demasiado riesgo para aprovechar la oportunidad. En palacio están muy preocupados por lo que pueda pasar con Begoña.
Pero la prueba del pato es infalible. Ningún ministerio está trabajando en los presupuestos del próximo año. Por el contrario, el presidente ha pedido que le organicen el mayor número de actos públicos y reuniones con el partido en los diferentes territorios. Tezanos está a tope para animar a la tropa y movilizar el voto. Cambiar la Constitución para blindar el derecho de las mujeres a abortar, cuando se sabe de antemano que faltan votos, es una clarísima estrategia electoral. Acelerar la construcción de viviendas, que es donde les aprieta el zapato, es otro indicio que no falla.
Mover Roma con Santiago para salir en la foto dando la mano a Donald Trump era el pistoletazo de salida, aunque al final le ha salido el tiro por la culata. Pero ahí está Pedro Sánchez codeándose con los líderes del mundo y liderando el derecho de los palestinos a tener un Estado propio. La flotilla, el abrazo con los directores e intelectuales progresistas. La asistencia a estrenos, cara sonriente y ataques agudos al jefe de la oposición: “¡Ánimo, Alberto!”.
Solo hay que estar atento a lo que se apruebe en los últimos consejos de ministros: los martes milagro. Antes de fin de año presentará el proyecto presupuestario, que será expansivo y electoralista y cuyo objetivo no será otro que el de afear a quien no lo apruebe.
La estrategia sería adelantar las generales a las autonómicas y municipales, pero sobre todo a que se conozca el informe íntegro de la UCO.