La UE llega a un principio de acuerdo que diluye el objetivo del 90% en el 2040

Tras más de 18 horas de negociaciones

Los ministros de Medio Ambiente logran llegar a la COP30 con una orientación general después de negociaciones durante la madrugada

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La vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, con el secretario de Estado alemán para el Medio Ambiente, Jochen Flasbarth y el ministro del mismo país Carsten Schneider en la reunión en Bruselas

OLIVIER MATTHYS / EFE

Fumata blanca en el Consejo de la UE. Después de un día y una noche de negociaciones, los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea han alcanzado esta madrugada un acuerdo sobre un objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2040, pero con más flexibilidades para convencer a los países más reticentes con cláusulas de última hora, como una revisión cada dos años exigida por los países más críticos.

Según ha podido saber este diario, los ministros, después de más de 18 horas de negociación y diversas reuniones bilaterales organizadas de la presidencia danesa (en las que también ha participado España), han podido cerrar sobre las cuatro de la mañana este compromiso vinculante para mantener la cifra del 90% en el 2040. “No es perfecto, pero está muy bien”, ha valorado a su salida la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, destacando que España ha mantenido su línea roja de no rebajar el 90% con el apoyo de un grupo de doce países, también de gobiernos conservadores como Alemania o Suecia.

La línea roja española era mantener la cifra del 90%, que no se daba  por cerrada

Entre las concesiones que han obtenido los países críticos se encuentra que los Estados miembros podrán usar créditos de carbono para cubrir hasta el 5% del objetivo de reducción de emisiones del 90%, unos créditos que se podrían llegar a pagar con fondos europeos. Se incluye, además, otra cláusula de revisión para que la Comisión Europea reevalúe la situación cada cinco años y sopese si es necesario dar otro 5% más de margen en la compra de créditos internacionales a los países que lo requieran. Además, la UE se dirige a suavizar otras medidas climáticas políticamente sensibles, como retrasar un año, hasta 2028, la extensión del mercado de carbono comunitario al transporte por carretera y la calefacción.

Cuando por fin parecía que solo quedaba poner el sello oficial, os representantes de los Veintisiete se han vuelto a reunir esta mañana para refrendar un pacto con el que Europa logra no llegar a la reunión de la COP30 con las manos completamente vacías. La reunión ha terminado con aplausos en la sala, porque también ha supuesto la aprobación del compromiso de emisiones para el 2035, que es lo que la ONU pidió a los países que presentaran antes de la reunión de Belém. En esto, la UE confirma que pretende lograr en diez años una reducción de emisiones de gases de entre el 66,25% y el 72,5%, en comparación con los niveles de 1990.

No ha sido una misión fácil: para aprobar el objetivo se necesita una mayoría cualificada de al menos 15 de los 27 estados miembros de la UE que representen el 65% de la población de la UE. Y, por lo tanto, el beneplácito de pesos pesados en el tablero europeo como Italia o Polonia, dos de los países que ayer más vehementemente han luchado para obtener estas flexibilidades para rebajar los objetivos climáticos de la UE. La presidencia danesa ha informado que han votado a favor 21 países que representan el 81,9% de la población europea.

Entre ellos no se encuentra Polonia, que pese a agradecer las concesiones realizadas, ha sido uno de los cuatro países (junto con Eslovaquia, Hungría y República Checa) que han votado en contra del texto por su nivel de ambición. Ha sido Italia la que se ha terminado subiendo al barco tras lograr este otro 5% de créditos internacionales que en la fase de revisión se podrá adquirir “a nivel doméstico”, según ha apuntado el titular de Medio Ambiente, Gilberto Pichett o Fratin. “Son diez países unidos con Italia en la difícil, larga negociación de casi 20 horas”, ha apuntado esta mañana el representante italiano.

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El encuentro era fundamental no solo para llegar a la COP30 con el nuevo objetivo climático para el 2040, sino de ahí derivar un compromiso de emisiones para el 2035, que es lo que la ONU pidió a los países que presentaran antes de la reunión de Belém. Incluso China ha logrado este compromiso de emisiones, pero Europa anoche todavía se arriesgaba a llegar a la COP30 con las manos vacías, algo que amenaza con afectar al liderazgo de la Unión Europea entre las principales potencias que intentan seguir defendiendo la batalla contra la emergencia climática pese a que, en Estados Unidos, Donald Trump está desmantelando sus políticas en este departamento.

“Es un acuerdo pragmático, ambicioso, rápido y flexible, y lo que debemos garantizar, y esto es lo fundamental, es que el clima, la competitividad y la independencia vayan de la mano”, ha resumido el comisario de Acción por el Clima de la UE, Wopke Hoekstra.

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