Pensiones electorales

Las pensiones crecerán el próximo año en torno al 2,5% coincidiendo con la inflación media del mes de noviembre. Con ello la subida que habrán registrado desde 2018, cuando llegó Pedro Sánchez a La Moncloa, será superior al 35%. Esto supone ocho puntos más de lo que han aumentado los salarios de los trabajadores activos.

Dicho de otra manera, los pensionistas cobran ahora casi 400 euros más al mes que en junio de 2018, cuando se formó el llamado Gobierno de coalición progresista. Entonces la pensión media de jubilación era de 1.083 euros y el próximo año superará los 1.500 euros mensuales.

La llegada masiva de emigrantes está sirviendo para suavizar el problema

Gracias a la contrarreforma, nuestros mayores no solo no han perdido poder adquisitivo, sino que en algunos casos lo han ganado, especialmente las pensiones más elevadas. Todo lo contrario de lo que ha pasado con la clase media trabajadora y, sobre todo, con los jóvenes.

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Un grupo de personas mayores practicando deporte en una playa de Barcelona  

Ana Jiménez / Propias

Una gran parte de los jubilados tiene vivienda en propiedad, siendo este uno de los capítulos que más castiga a las nuevas familias. Además, los mayores están muy subvencionados en medicinas, transporte, viajes, etc. Esto ha hecho que actualmente sean los abuelos quienes se ocupen de los hijos y de los nietos, cuando lo natural habría sido al revés. Todo un cambio de paradigma que puede suponer una humillación para las nuevas generaciones, que no pueden valerse por sí mismas, y genera una tensión que puede llegar a romper la solidaridad intergeneracional.

No es casualidad que el partido socialista se haya convertido en el partido de los jubilados, mientras los jóvenes se han ido desplazando a la derecha y la extrema derecha, lo que nunca había ocurrido en nuestra democracia. Este es el resultado de una política gubernamental que ha utilizado a los 10 millones de pensionistas que existen en España como su vivero electoral.

Se trata de pensiones electoralistas, que si bien han servido para tratar mejor a nuestros mayores, están poniendo en peligro la viabilidad de la Seguridad Social a medio plazo. Así lo han puesto de manifiesto los últimos estudios de Fedea, fundación creada por Luis Ángel Rojo e impulsada por el Banco de España.

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La llegada masiva de emigrantes a corto y medio plazo está sirviendo para suavizar el problema, pero a largo plazo se va a agravar. Los emigrantes están generando el derecho a una pensión como cualquier trabajador y en la medida en que se cotiza mucho menos de lo que se recibe por la mejora de las expectativas de vida, la crisis será aún más profunda. Esto no es un problema para Pedro Sánchez ni para el PSOE, ya que su principal objetivo no es otro que perpetuarse en el poder y para ello necesita asegurarse el mayor número de votos de una población envejecida.

Hace 30 años se intentó atajar este problema con un gran acuerdo entre todos los partidos del arco parlamentario dirigido a evitar que las pensiones fueran usadas como arma electoral. Pero desde que llegó Pedro Sánchez a La Moncloa el Pacto de Toledo ha saltado por los aires.

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