Kushner, yerno de Trump, figura como inversor de Paramount para la compra de Warner Bros

EE.UU.

Al presidente estadounidense le preguntaron si esa implicación familiar afectará a su decisión y echó balones fuera diciendo que no ha hablado con el marido de su hija Ivanka, ocupado con la paz en Gaza  

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Jared Kushner. 

Kent Nishimura / Reuters

El presidente Donald Trump aparece como actor esencial para la resolución del último capítulo del drama multimillonario de Hollywood ya en cartelera. El guion apunta que no será un simple cameo.

La oferta hostil de Paramount por valor de 108.000 millones de dólares para quedarse con Warner Bros.Discovery (WBD), y desbancar a Netflix, cuenta con una lista de inversores en la que figura, tal vez como pieza clave, la firma de capital privado Affinity Partners, cuyo fundador es Jared Kushner, yerno del presidente estadounidense.

La presencia de Kushner tiene el potencial para persuadir a accionistas de WBD de que Paramount está mejor posicionada para obtener el visto bueno del órgano regulador

En la Casa Blanca, una periodista le recordó este lunes a Trump que había dicho que la oferta de Netflix le preocupaba y él repitió otra vez que había que analizar el porcentaje de mercado que representaría esa fusión. Pero la informadora le cuestionó sobre ese apoyo de su yerno a Paramount y si esa circunstancia “afectará a su decisión”.

“Nunca hemos hablado de esto”, aseguró, reiterando el mecanismo que utiliza siempre que trata de esquivar una pregunta molesta. Y añadió, entre risas, que Kushner “realmente ha intentado trabajar en Gaza, como primer objetivo”.

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Así zanjó la curiosidad de la periodista. La implicación del marido de Ivanka Trump no fue publicitada por Paramount, propiedad de Larry Ellison y su hijo David, director ejecutivo de la compañía. Los dos están bien posicionados en el entorno de Trump. Sin embargo, la presencia de Kushner tiene el potencial para persuadir a accionistas de WBD de que Paramount está mejor posicionada para obtener el visto bueno del órgano regulador.

Ted Sarandos, director ejecutivo de Netflix, remarcó tras conocer la iniciativa hostil que su empresa se encontraba “superconfiado” en la finalización de su propia oferta. “Tenemos un trato hecho y estamos increíblemente felices con ese pacto”, dijo en una conferencia con inversores.

Pero a la espera de que Netflix mueva ficha, cuya oferta de 83.000 millones de dólares (como la otra, incluida la deuda) se ha visto muy superada, Paramount explicó en los documentos presentados que Larry Ellison y la firma de capital privado RedBird Capital Partners se han comprometido a respaldar los 40.000 millones en efectivo que necesitan para realizar la oferta.

Pero en esos papeles se matizó que han conseguido atraer a varios otros inversores, entre los que consta la sociedad de Kushner, para alcanzar parte de esa inversión. En los documentos no queda claro cuanto ha ofrecido Affinity Patners como financiación.

Cualquier acuerdo de fusión ha de ser aprobado por la administración Trump

Pero la incorporación de esta firma añade un giro político en el serial por hacerse con Warner Bross, una operación que tiene todo el potencial para reconfigurar la industria del entretenimiento y de las influencias políticas.

La oferta de Paramount, a diferencia de la realizada por la mayor plataforma de streaming, ambiciona no solo apostar por los estudios, los derechos de autor, una biblioteca con más de 100 años de películas, sus franquicias y una plataforma como HBO. También pretende adquirir los canales por cable, como la CNN, que habían quedado exentos en la oferta inicial de Netflix.

Sea cual sea el resultado, cualquier acuerdo de fusión ha de ser aprobado por la administración Trump. Y aquí surgen las suspicacias. El presidente es un crítico de largo recorrido del trabajo informativo que realiza la CNN. Es una de sus fake news preferidas para el insulto. Si los Ellison logran cerrar un pacto con la ayuda de la firma de Kushner, una parte de la empresa matriz sería propiedad de la familia Trump.

Los analistas consideran que es muy inusual que un presidente tenga una intervención directa en los grandes acuerdos corporativos, o al menos guardan las apariencias de neutralidad. Por lo general estas decisiones son el fruto de revisiones realizadas por los reguladores, alejados de las aportaciones políticas. Pero con Trump todo es diferente y el domingo ya anunció que “voy a estar implicado en esa revisión”. El lunes, pocas horas después de esa declaración, Paramount presentó su oferta hostil.

Kushner fundó Affintiy Partners tras el primer mandato de su suegro y se enfrentó al escrutinio por su profunda dependencia del fondo soberano de riqueza saudí conocido como Fondo de Inversión Pública. La firma tiene aproximadamente 5.400 millones bajo gestión, según The New York Times.

Otros que apoyan la financiación de la oferta de Paramount son los fondos de riqueza soberana de Arabia Saudí, Qatar y Abu Dhabi. En la documentación se especifica que estos inversores renunciarían a cualquier función de gobierno en la gestión de Warner Bros.Discovery, así como a los puestos en el consejo de administración.

Indicaron que habían hecho estas concesiones para rebajar las preocupaciones sobre la aprobación del acuerdo por parte del comité de inversiones extranjeras en Estados Unidos, que es una agencia interinstitucional que evalúa si un acuerdo plantea problemas de seguridad nacional. Si la compra llega a buen puerto, Ellison y RedBird serán los accionistas que controlen la nueva empresa.

El regulador federal aprobó el pasado verano otra gran operación en la que Paramount se hizo con la propiedad de la cadena CBS. La primera decisión de David Ellison fue nombrar a Bari Weiss, periodista conservadora, editora jefe. A Trump aún le pareció poco y este lunes arremetió contra la última edición del 60 Minutes, programa de prestigio de la cadena que puede tener los días contados tal como se le conoce.

Entrevistaron a Marjorie Taylor Greene, la legisladora tan fanática de Trump antes como ahora está a la contra, que desnudó las debilidades del presidente. Aseguró, entre otras cosas, que los congresistas republicanos se burlan de Trump en la intimidad.

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