Los bancos han elevado el ritmo de concesión de hipotecas este año hasta situarlo en el nivel más alto desde la crisis financiera del 2008, según los últimos datos registrados por el Banco de España. Otra de las tendencias es que la deuda hipotecaria va ahora en aumento, tras varios años de amortización, gracias en parte a los ahorros acumulados durante la pandemia.
En octubre los bancos concedieron créditos hipotecarios por 7.071 millones de euros, un 19% más que en el mismo periodo del anterior, en un momento marcado por la estabilización del Euríbor en niveles más bajos que los registrados desde el 2022, cuando comenzaron a subir los tipos. A eso se suman los escasos márgenes con los que la banca está acudiendo ahora a los consumidores, según el mensaje de las grandes entidades.
En los diez primeros meses del año, los bancos han dado hipotecas por 67.506 millones de euros, la cifra más elevada para este periodo desde el 2008, cuando se alcanzaron los 76.597 millones, en plena burbuja inmobiliaria. El incremento con respecto al año pasado es además del 22%.
En un entorno de elevados precios de la vivienda, los directivos de la banca sostienen que la concesión de crédito se realiza de forma competitiva e incluso en condiciones “irracionales”. Fue la expresión que utilizó el consejero delegado del Santander, Héctor Grisi, en la última presentación de resultados. Este discurso es parecido al del consejero delegado del BBVA, Onur Genç. “Hasta que no se normalicen a niveles que tengan sentido, no vamos a competir activamente”, aseguró.
Mientras, CaixaBank lidera el negocio de concesión de hipotecas con un incremento del 39% hasta septiembre y una cuota de mercado cercana a una cuarta parte del total. Su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, sostiene que los tipos de las hipotecas son “muy competitivos” y que “en absoluto” se está produciendo un recalentamiento hipotecario.
Los datos recién publicados por el Banco de España también muestran que la deuda hipotecaria con los bancos asciende ahora a 511.734 millones de euros, tras experimentar un repunte de más de 15.000 millones en un año. No es solo el mayor incremento de los últimos lustros, sino que apunta a una reversión en la tendencia a la amortización de hipotecas iniciada tras la crisis y acelerada con la pandemia.
Los clientes bancarios llegaron a tener una deuda hipotecaria de 653.245 millones de euros en el 2010 que poco a poco fueron amortizando hasta llegar al mínimo de 492.824 millones de euros en febrero del 2024. Ahora se aprecia un repunte.
En su informe de estabilidad financiera de otoño, el Banco de España no detecta señales de burbuja en la vivienda. Considera que los criterios de concesión de crédito hipotecario no presentan señales de relajación material y se mantienen en niveles por debajo del 80% en relación con el valor del inmueble.
Sí detecta en cambio que “el dinamismo en el mercado de la vivienda está siendo acompañado de la expansión del crédito inmobiliario, con incrementos notables en las nuevas operaciones para compra de vivienda”.

