Loading...

De la banca a las flores: la inspiradora historia de Tres Gardenias

Tres Gardenias

Ramos con nombre propio, tarjetas grabadas a láser y un mensaje claro: las flores no tienen por qué ser un lujo inalcanzable

Mariana Molinares, fundadora de Tres Gardenias 

Créditos de fotografía: shutterweddings

Hoy en día, parece que regalar flores se ha ido sustituyendo por otros detalles que se perciben como más prácticos o menos costosos. Mariana Molinares, fundadora de Tres Gardenias, ha decidido desmontar esta idea desde su floristería en Plaza San Amaro, en Madrid, para reavivar el concepto de la flor como regalo y llegar a un público más amplio y diverso.

Lo ha hecho cambiando hojas de cálculo por hojas de eucalipto, después de una larga trayectoria dedicada al mundo de la inversión inmobiliaria y el recobro de deuda. Y lo ha hecho con una convicción: que las flores pueden ser parte de lo cotidiano, una forma sencilla de regalar belleza y alegría sin necesidad de un motivo especial. “En un mundo lleno de cosas, a veces olvidamos que lo más valioso son los momentos. Las flores, con su naturaleza efímera y su belleza fugaz, nos devuelven esa verdad. De ahí viene la magia de regalar flores, y eso es lo que quiero compartir con Tres Gardenias”.

En una época en la que todo parece rápido y desechable, Tres Gardenias reivindica el regalo con significado a través de ramos cuidados al detalle y mensajes personalizados 

Cedida

El proyecto pronto cumplirá un año desde su inauguración. “Llegó un momento en que pensé, aunque no parezca el momento idóneo, si no lo hago ahora no lo haré nunca”, cuenta. Siempre le había rondado por la cabeza la idea de construir un negocio propio y de tener un espacio donde poder canalizar su afinidad con el arte, la estética, la decoración… y también con la calma que transmite una flor bien elegida. Tres Gardenias no fue una ocurrencia, sino más bien la suma de muchas cosas que llevaba tiempo acumulando.

Aunque muchos asocien el nombre Tres Gardenias con una canción, en realidad hace alusión a tres generaciones —abuela, madre e hija— y al significado que hay detrás de la flor gardenia: el amor incondicional. De ahí que algunos ramos lleven nombres con historia, como Eugenia, en honor a su abuela. Son ramos que buscan perdurar en el tiempo, tanto por su diseño como por el cariño que hay detrás. “Mi intención es que estos productos se mantengan como una especie de base fija, que siempre estén disponibles y sean reconocibles”, explica. A ellos se suman otros ramos más estacionales o experimentales, pero siempre con un punto en común: el cuidado en cada detalle.

En Tres Gardenias, el empaque está pensado al milímetro y cada ramo puede ir acompañado de una tarjeta de madera grabada a láser con un mensaje personalizado 

Cedida

En Tres Gardenias, el empaque está pensado al milímetro y cada ramo puede ir acompañado de una tarjeta de madera grabada a láser con un mensaje personalizado. “Quería que todo tuviera sentido, que quien lo reciba vea que hay intención, que se ha pensado para esa persona”. Es una forma de reivindicar el regalo con significado en una época en la que todo parece rápido y desechable.

Parte del reto ha sido hacer que la experiencia sea asequible. Mariana Molinares ha trabajado para mantener un ticket medio de 30 euros sin renunciar a la calidad. El hecho de tener un local pequeño y estar cerca del centro le ha permitido combinar el trato cercano con la comodidad de un buen servicio de delivery.

Su próximo paso es seguir desarrollando su propia plataforma de venta y reforzar la presencia de Tres Gardenias en los marketplaces con su entrada en Glovo, además de lanzar un sistema de suscripción para particulares y empresas. “El modelo de negocio está diseñado para crecer online antes de incrementar su presencia física. Actualmente, el 70% de las ventas de Tres Gardenias se realizan a través de plataformas y de la página web y el reto es mejorar de manera constante la operativa en esta línea”.