North Point Wear no nació en un despacho ni en un laboratorio de tendencias, sino en la calle. A principios de los 90, cuando el surf, el skate y el hip hop empezaban a asomar en Barcelona, Fausto Ramírez, fundador de la marca, detectó un hueco que las grandes no estaban cubriendo: ropa resistente “de asfalto”, pensada para caerse con el patín sin romperse el vaquero, con una estética que diera identidad a una generación y un imaginario propio conectado a plazas, skateparks y muros de graffiti. “Vi una oportunidad de negocio escuchando a los chicos de 12 y 13 años —entre ellos, mi propio hijo— y me empapé de su mundo”, recuerda Ramírez.
Esa intuición, apoyada en décadas de oficio textil (confección, tintorería, lavandería y acabados) y en la efervescencia cultural del momento, se convirtió en el punto de partida de una marca de ropa que se consolidó como referente del streetwear nacional a lo largo de los 90, con siluetas holgadas, denim, bordados y detalles inspirados en la cultura skate primero y en la ola hip hop después; sudaderas oversize y pantalones resistentes que diferenciaban a North Point del “mundo agua” (surf) y vestían a toda una generación que buscaba pertenencia, actitud y durabilidad.
North Point Wear nació para vestir la calle con funcionalidad y actitud y su prenda matriz es el denim resistente
La raíz del negocio es barcelonesa, pero el corazón late en Sant Adrià de Besòs, donde Ramírez sitúa su imaginario: las Tres Chimeneas, los muros de graffiti, el antiguo corredor de la vía del tren y ese triángulo litoral que une Besòs, Poble Nou y la Vila Olímpica. Hoy la compañía figura oficialmente domiciliada en Sant Adrià, reforzando ese vínculo territorial con la cultura urbana y su futuro desarrollo creativo.
North Point Wear nació para vestir la calle con funcionalidad y actitud. Su prenda matriz es el denim resistente —“la base de todo”—, al que se fueron sumando cortes amplios, bordados y detalles que conectaban con los códigos del skate y la ola hip hop que llegó desde la Costa Este. Ese ADN “de asfalto” les diferenció de las marcas nacidas en los deportes de agua y llevó a la compañía a evolucionar sin perder robustez. En los 90 y 2000, North Point vistió a una comunidad que hoy ronda los 45-50 años; muchos conservan sus prendas como recuerdo de una época.
La marca North Point Wear nació hace tres décadas como pionera del streetwear español
No es lo mismo estampar una camiseta que conocer el producto, el tejido y todo el proceso de fabricación
Frente al auge del low cost y la apuesta por mantener el ADN inicial, la respuesta de la firma ha sido redoblar el mensaje de durabilidad (5 años de garantía en las prendas denim), raíces y autenticidad para los jóvenes actuales: “No es lo mismo estampar una camiseta que conocer el producto, el tejido y todo el proceso de fabricación”, subraya Ramírez, que busca acercarse de nuevo a los jóvenes con inquietudes por la cultura urbana y los deportes “de asfalto”.
La propuesta actual combina tienda física de proximidad — con presencia en las históricas Galeries Maldà— con e-commerce propio. “La marca renace porque la calle vuelve a hablar nuestro idioma”, reconoce el emprendedor. Así, la tienda propia en Barcelona y la venta online son escaparate y laboratorio a la vez, con un storytelling que no se improvisa: 30 años de archivo, patrones y acabados son un patrimonio productivo difícil de “copiar y pegar”.
El nuevo plan de North Point Wear pivota en tres ejes: transgeneracionalidad, comunidad y apuesta por aquello local
Otro rasgo diferencial es su manera de “estar”: volver a los eventos y ferias donde confluyen disciplinas urbanas (deportes extremos, tatuaje, videomakers, música) para escuchar a la nueva generación y testar producto. “He incorporado a jóvenes diseñadores recién graduados al equipo para tender ese puente: ellos aportan sensibilidad actual; yo, oficio y criterio”, explica el fundador. El objetivo no es quedarse en la nostalgia, sino reinterpretarla con una mirada actual: recuperar la esencia de los 90, adaptándola a los gustos, materiales y formas de consumo de hoy para crear prendas auténticas y duraderas.
El objetivo de North Point Wear no es quedarse en la nostalgia, sino reinterpretarla con una mirada actual
Así, el nuevo plan de la marca pivota en tres ejes: transgeneracionalidad, comunidad y apuesta por aquello local. ”Queremos reenganchar a quienes vistieron North Point en los 90 y conectar con la Generación Z que hoy descubre el streetwear como moda y no tanto como cultura”, argumenta. Para ello, la marca está trabajando colecciones cápsula que dialogan con su archivo sin caer en el “revival vacío”.
En cuanto a comunidad y contenidos, desde el negocio seguirán amplificando y potenciando el canal de YouTube (pódcast y radio) apoyando tanto a deportistas como a artistas emergentes y la tienda para que el cliente no solo compre, sino que “pertenezca”. “La marca tiene que enganchar con el usuario actual, sabiendo que es distinta a hace 30 años. El soporte para crecer vendrá de partners que crean en una filosofía probada y en un producto que resiste la calle”, resume Ramírez.
La marca ha lanzado una colección inspirada en las Tres Chimeneas, símbolo del pasado industrial y del potencial creativo que se proyecta en la zona
Finalmente, está el kilómetro local con mirada global y profundizar en el eje Besòs-Barcelona: una colección inspirada en las Tres Chimeneas, símbolo del pasado industrial y del potencial creativo que se proyecta en la zona, donde la transformación urbana y la llegada de nuevos polos creativos están acelerando la escena. “No me motiva quedarme en la jubilación y ser observador pasivo. Aburrido, decidí volver a poner en circulación el oficio: sumando archivos, tejidos, patrones y un equipo joven con capacidades y deseos de aprender. Era eso o dejar que la historia se quedara guardada en un cajón, y no estaba preparado para esto”, acaba.
Lecciones de Vanguardia
Fausto Ramírez, fundador de North Point Wear
“El camino es duro: antes de acertar con la línea adecuada quizá te equivoques dos, tres o cinco veces; pero todo suma, todo es experiencia”.
“La clave es perseverar. Fijar un objetivo, avanzar con humildad y medir cada paso. Cuando te marcas una meta y la alcanzas, la satisfacción es enorme; si además te mantiene autosuficiente, habrás encontrado tu manera de estar en el juego”.
