“Ha sido un efecto dominó”: el suplemento para perros y gatos que empezó en clínicas y ahora es esencial en hogares y protectoras
PETBIÓTICOS
El suplemento PETBIÓTICOS, desarrollado en 2024, ha pasado de los protocolos veterinarios a miles de familias y refugios de todo el país

PETBIÓTICOS se integra en la alimentación diaria de perros y gatos como apoyo a la salud intestinal
Desde su llegada a las clínicas veterinarias en 2024, PETBIÓTICOS ha avanzado impulsado por un factor que pocas veces adquiere tanto peso: el boca a boca. Veterinarios que lo recomendaban a amigos, familias que compartían resultados con su entorno y protectoras que lo incorporaban tras probarlo en casos reales han generado una expansión constante que no ha dependido de campañas ni grandes lanzamientos.
Su uso empezó en consultas que buscaban alternativas para estabilizar la salud intestinal de perros y gatos y, poco después, se trasladó a hogares y refugios. Ese recorrido orgánico llevó al sector a reconocerlo como mejor producto de salud animal y abrió una etapa en la que la recomendación directa se convirtió en el principal motor de adopción.

A medida que el uso se extendía, empezaron a llegar también testimonios de familias que observaban mejoras rápidas en la estabilidad intestinal, en episodios de estrés o en animales con defensas comprometidas. “La confianza empezó por los veterinarios y continuó en los hogares, donde lo integraron como parte de la rutina diaria”, explica Román. La imagen del bote junto al comedero se convirtió en el reflejo de esa adopción cotidiana: un producto fácil de usar y tan básico como un botiquín familiar.
Con el tiempo, PETBIÓTICOS fue consolidándose no como un suplemento más, sino como un recurso estable para perros y gatos que necesitaban equilibrio intestinal en un entorno cambiante. Los veterinarios llegaron a describirlo como un “producto fondo de armario”: práctico, seguro y siempre disponible. Su facilidad de uso —unas pocas gotas al día— ayudó a que muchas familias lo incorporaran en la alimentación de forma permanente.
El día a día de una protectora es mucho más exigente de lo que se suele imaginar
El crecimiento más llamativo se produjo en refugios y protectoras, donde la vida animal transcurre con ritmos mucho más exigentes. Colonias saturadas, estrés constante, cambios de rutina y contagios rápidos forman parte del día a día. En ese contexto, las diarreas recurrentes no son solo un problema clínico, sino que implican limpieza continua, más tratamientos y un desgaste notable para los equipos. Román recuerda cómo empezó esta expansión. “Ha sido un efecto dominó. Un refugio lo probaba, veía resultados y se lo recomendaba al siguiente”, resume.
Lo que más impactó al equipo no fueron las cifras —más de 300 refugios y asociaciones actualmente— sino la reacción de los cuidadores al comprobar que un problema que arrastraban desde hacía años podía transformarse en algo controlable. Muchos describían un cambio inmediato: menos episodios de diarrea, menos urgencias y animales más estables y capaces de recuperar peso. Ese bienestar visible se convirtió en un indicador claro de que el enfoque funcionaba.

A nivel científico, los especialistas coinciden en que la microbiota de perros y gatos es muy sensible a factores habituales de la vida urbana. Variaciones en la dieta, periodos de estrés, cambios estacionales o la convivencia con otros animales pueden alterar su equilibrio. PETBIÓTICOS nació precisamente para abordar esa fragilidad, aportando los metabolitos que el intestino necesita para mantenerse funcional.
La expansión a hogares y refugios
Si 2024 fue el año de los premios y el reconocimiento profesional, 2025 está siendo el año del reconocimiento social. El boca a boca ha tenido un papel decisivo. Familias que lo utilizan a diario lo recomiendan a otras; veterinarios que observan mejoras lo incluyen en sus protocolos; y refugios que detectan cambios reales lo mantienen de forma estable. “Para nosotros, ese es el premio más importante: comprobar que los animales mejoran y que la gente confía en lo que hacemos”, afirma Román.
Hoy, PETBIÓTICOS está presente en más de 2.000 clínicas veterinarias en España y en miles de hogares donde se emplea como apoyo diario para diarreas, inmunidad frágil y desequilibrios intestinales. También forma parte del trabajo de cientos de protectoras, que lo han convertido en un aliado relevante en casos especialmente delicados. Dentro de la empresa circula una imagen que resume bien la ambición del equipo: imaginar por un momento que todos los perros y gatos tomasen PETBIÓTICOS y pensar en el impacto que eso tendría en su salud y calidad de vida.
El futuro del proyecto mantiene la misma hoja de ruta: investigar, mejorar y ampliar su alcance. El objetivo es reforzar su presencia sin perder el foco en la evidencia científica y en el impacto real sobre la salud intestinal. En esta evolución, la red creada en torno a veterinarios, protectoras y familias seguirá siendo clave para identificar necesidades y ajustar el producto a nuevos escenarios. “Nuestro trabajo avanza a medida que avanzan los datos”, señala Román, “y cada mejora en salud intestinal nos indica que vamos en la dirección correcta”.

