Un mosaico de contrastes en la actualidad global
Publicidad
Bajo un cielo plomizo, la tradición fallera se alza en Blanquerías, un mar de rostros que desafían la lluvia. Mientras, en Artesa de Lleida, el humo de los quemadores protege los frutales del frío, un contraste entre arte y supervivencia.
En la política internacional, Trump desafía al clima en su llegada a Maryland, un símbolo de poder bajo el paraguas. Lejos de allí, en Ucrania, el fuego consume un almacén, vestigio de la violencia que azota la región.
La vida encuentra su curso en Kocani, donde una paloma se posa sobre las cenizas de un club nocturno, un recordatorio de la fragilidad de la existencia. En Cabárceno, la esperanza renace con la llegada de una gorila, un triunfo de la conservación.
En Teherán, la alegría florece con la llegada del Nowruz, un nuevo comienzo entre ramos de flores. En San Petersburgo, el arte provoca con un retrato de la paz imposible, mientras en Londres, el fútbol deja un sabor amargo en la derrota.
Un mundo de contrastes, donde la belleza y la tragedia se entrelazan en un tapiz de la vida moderna.