Hoy, el mundo se llenó de color, emoción y momentos que nos recuerdan la diversidad y la belleza de la vida.
En el corazón de Budapest, miles de personas caminaron con orgullo por las calles. Banderas arcoíris ondeaban al viento mientras la comunidad LGBTQ+ celebraba su libertad en el desfile del Orgullo. A pesar de las leyes que podrían haberlo impedido, el evento se llevó a cabo con alegría y sin interrupciones, gracias al apoyo del ayuntamiento y la decisión del primer ministro de no intervenir.
Mientras tanto, en Moscú, un actor se robó las miradas durante una emotiva ceremonia de graduación en la VDNKh, un lugar emblemático de la ciudad. Su actuación fue un homenaje a los jóvenes que cierran una etapa y se preparan para el futuro.
En Japón, el arte y el deporte se unieron en un arrozal de Oshu, donde una impresionante obra mostraba el rostro del beisbolista Shohei Ohtani junto a su perro Decoy. Esta imagen, creada con plantas, es un tributo de su ciudad natal a uno de sus hijos más queridos.
En San Petersburgo, Rusia, los preparativos para las festividades de las Velas Escarlatas llenaron el río Nevá de magia. Un bergantín con velas rojas navegaba majestuoso mientras los voluntarios afinaban los detalles para la gran celebración.
En la India, hombres santos hindúes se reunieron en Jammu, entonando cantos religiosos mientras esperaban su turno para registrarse en la peregrinación anual a la cueva sagrada de Amarnath. Sus rostros reflejaban devoción y esperanza.
Y en Inglaterra, el barro no detuvo la alegría. En el festival de Glastonbury, los asistentes se lavaban entre las carpas, disfrutando del cuarto día de música, amistad y libertad en medio del campo de Somerset.